Contreras, Francisco (1877-1933).
Escritor y crítico literario chileno nacido en Quirihue en 1877 y muerto en París en 1933. Cursó humanidades en el Instituto Nacional, aunque abandonó pronto sus estudios. Destacó por sus composiciones poéticas, además de por haber reflexionado sobre las nuevas tendencias estéticas provenientes de Europa. Junto a Antonio Bórquez Solar luchó por introducir el Decadentismo. Escribió tanto en francés como en español, y tradujo a Verlaine y a Heredia, además de introducir el Simbolismo en la literatura chilena.
Contreras fue el iniciador de una nueva tendencia literaria, llamada Mundonovismo, que intentaba contemplar en clave modernista las costumbres populares y la descripción del paisaje nativo. El movimiento se planteó como una oposición a lo exótico y artificial.
Comenzó su actividad literaria colaborando en Lilas y Campánulas (1897) y en la Revista de Santiago (1898), ambas revistas fundadas por él. Publicó luego los primeros poemarios modernistas chilenos, Esmaltines (1898) y Raúl (1902). Llegó a París en 1905, ciudad que no abandonó salvo en contadas ocasiones para viajar a su Chile natal. Allí recibió la influencia de los poetas franceses Gautier, Baudelaire y Morèas, además de la del nicaragüense Rubén Darío, de quien fue amigo personal.
Autor prolífico, en 1906 publicó Toisón; en 1907 Romances de Hoy; en 1909 y 1910 los ensayos Los Modernos y Almas y Panoramas, respectivamente; en 1911 publicó, asimismo, una novela en verso con prefacio del propio Darío, La Piedad Sentimental; Luna de Patria y Otros Poemas fueron publicados en 1913 y, en 1919, La Varillita de Virtud. Al mismo tiempo colaboró con El Nuevo Mercurio de París y, desde 1911, ejerció la crítica literaria en la Sección de Letras Hispanoamericanas del Mercure de France. A estas publicaciones habría que agregar el ensayo donde plantea su visión de la literatura hispanoamericana bajo el título de Le Mundonovisme (1917); El Pueblo Maravilloso, novela de 1924 y La Montagne Ensorcelée (1928). Escribió también algunos ensayos, como el que lleva el título de Rubén Darío: su vida y su obra (1930), de notable interés por escribirlo alguien que había tratado personalmente a dicho autor. Por último, ha dejado los libros de viajes Tierra de reliquias (1912), dedicado a España, y Los países grises (1916), sobre los Países Bajos.
