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HistoriaBiografía

Collins, Eamon (1954-1999)

Nacionalista irlandés, nacido en Newry (Irlanda) en 1954 y fallecido, a consecuencia de un atentado, el 27 de enero de 1999, en su ciudad natal. Desde su infancia vivió en contacto con las reivindicaciones nacionalistas irlandesas, puesto que Newry se halla situada al sur del condado de Armagh, uno de los más importantes enclaves del republicanismo irlandés. A pesar de ello, Collins pareció evadirse de ellos durante su juventud y se matriculó en la carrera de Derecho a los 18 años, en la Queen's University de Belfast. Dos años más tarde dejó los estudios para acceder a su primer empleo: funcionario de aduanas. Su entrada en la organización nacionalista violenta IRA (Irish Republican Army) se produjo en una fecha muy tardía, en 1978, cuando ya contaba con treinta y cuatro años, pero enseguida comenzó a seleccionar objetivos de atentados, tanto inmuebles como personas, y a reunir toda la información posible para su realización. Mientras tanto, continuaba siendo tan eficiente como de costumbre en su puesto funcionarial, lo cual hizo que nadie sospechase de sus actividades. Su primera cita con los tribunales tuvo lugar tres años más tarde, cuando se autoinculpó de preparar cinco asesinatos, a pesar de que nunca tomó las armas directamente. Esta primera delación levantó las suspicacias de sus compañeros y jefes del IRA, puesto que podría haber sido fatal para revelar a la policía inglesa de Irlanda, la temida RUC (Royal Ulster Constabulary), varias características de sus métodos de trabajo. Un tribunal de Belfast decidió absolverle de los delitos de terrorismo que se le imputaban, puesto que el juez, a instancias del abogado defensor de Collins, admitió que la declaración había sido conseguida mediante trato vejatorio por parte de la policía.

Después de este suceso, Collins se distanció del IRA, en parte por su propia voluntad y, en parte, porque la desconfianza hacia él le marginó en las actividades violentas republicanas. Un nuevo arresto de Collins por parte de la RUC ocurrió en 1985, después de un brutal ataque del IRA con armamento pesado a una comisaría de Newry que se saldó con nueve policías fallecidos. La marginación citada había hecho posible que Collins no participase, ni activa ni pasivamente, en el atentado, pero durante el interrogatorio policial, arrepentido de sus actividades en el IRA, Collins realizó una confesión que permitió la detención de más de medio centenar de activistas republicanos. La traición cometida le marcó para siempre y acabó siendo la principal causa de su muerte, ya que el IRA, como cualquier organización de sus características, no perdona a los delatores. Pasó dos años en la cárcel (1985-87), y tres más en el exilio británico, pero durante este trienio comenzaron las conversaciones entre el IRA y su delator para permitirle al primero cumplir su gran anhelo: regresar a Newry. Collins se arrepintió de su comportamiento en el interrogatorio, por lo que organización, teniendo en cuenta que la mayoría de los miembros detenidos en 1985 ya estaba en libertad por falta de más pruebas que el testimonio de Collins, decidió perdonarle para que volviese a casa. A pesar de ello, no fue bien recibido por el recalcitrante ambiente republicano de su ciudad natal, donde muchos pensaban que la de 1985 no había sido la última confesión. Efectivamente, Collins quiso redimirse de sus acciones en el IRA y logró la ruptura de las hostilidades dos años después de su regreso a Newry, acontecido en 1990. Un documental de la BBC, basado en su libro Killing rage (Rabia asesina), hizo que el IRA le declarase como uno de sus objetivos más próximos, además de convertir en un infierno la vida de él y de su familia en Newry. Las continuas amenazas, pintadas, destrozos materiales y presión psicológica a la que se vio sometido desde 1993 no arredraron la voluntad del arrepentido, que siguió denunciando las barbaridades del IRA cometidas durante su época de pertenencia a la organización, y acusando a los dirigentes de la organización de escudarse en unos supuestos nacionalistas y republicanos cuando, según su opinión, no eran más que varios asesinos sin escrúpulos y amantes de la sangre.

Durante los últimos meses de su existencia, Eamon Collins fue plenamente consciente de que no acabaría sus días tranquilamente. Desapareció de su casa la noche del 26 de enero de 1999 y, al día siguiente, su cadáver, con el rostro desfigurado, fue hallado en una carretera al sur de Newry. Pocos días antes había publicado un artículo en un periódico en el que denunciaba la continua ansia del IRA por los muertos y donde, sobre todo, dejaba claramente al descubierto quién o quiénes estaban detrás del autoproclamado IRA auténtico, causantes de uno de los grandes golpes al proceso de paz del Ulster: el atentado de Omagh, acontecido en agosto de 1998, en el que muchos turistas no implicados en el conflicto perdieron la vida. Fue su última traición, pero también abrió de nuevo el debate entre todas las partes implicadas en el proceso de paz. Su muerte, pues, supuso una traba enorme en las negociaciones sobre la entrega de armas del IRA, así como la validez de esta organización o de su brazo político, el Sinn Fein, para llevar a cabo tales cuestiones. La opinión pública británica sufrió una gran conmoción al conocer la noticia de su asesinato, toda vez que tras la firma del Acuerdo de Stormont (marzo de 1998), las vendettas y crímenes parecían haber sido definitivamente desterrados de Irlanda.

Autor

  • Óscar Perea Rodríguez