Clark, Lygia (1920-1988).

Pintora y escultora brasileña nacida el 23 de octubre de 1920 en Belo Horizonte (Minas Gerais) y muerta el 26 de abril de 1988 en Río de Janeiro. Perteneció a una generación de artistas de su país interesados en la renovación de todas las artes, en la apertura a la modernidad y comprometidos, a través de sus trabajos, en el proceso de cambio social.

Lygia Pimentel Lins, tal era su nombre de nacimiento, se casó muy joven, a los 18 años, con Aluízio Clark Ribeiro, ingeniero de minas. La pareja se trasladó a Río de Janeiro, donde muy pronto nacieron sus tres hijos. Aunque pintó y dibujó desde la más tierna infancia, su aprendizaje artístico lo inició en 1947; durante tres años estudió arte en Río de Janeiro bajo la orientación de Roberto Burle Marx y de Zélia Salgado. De Burle Marx, que fue arquitecto paisajista, recogió el sentido de libertad que siempre aplicó en su arte y en su vida. Animada por amigos y colegas, viajó a París en febrero de 1950 a estudiar pintura. Allí realizó sus primeros óleos junto a Arpad Szenes. También frecuentó los estudios del pintor Fernand Léger y de Dobrinsky. Se llevó con ella a sus tres hijos, a los que hizo innumerables retratos al carboncillo. Volvió a Río de Janeiro en julio de 1952, una vez clausurada la exposición que realizó en el Institut Endoplastique.

En 1954 entró a formar parte del Grupo Frente, inicialmente carioca, que también contó con seguidores en Sâo Paulo; dicho grupo fue formado por artistas jóvenes abiertos a las nuevas tendencias del arte concretista, rompiendo así con el lenguaje modernista que se había implantado en la Semana del Arte Moderno de 1922. Su primera exposición se inauguró en junio de ese mismo año, en el Instituto Brasil-Estados Unidos de Copacabana. Le siguieron otras exposiciones, en 1955, en el Museo de Arte Moderno de Río Janeiro, y en 1956, en el Itatiaia Country Club. Ya en estas muestras estuvo presente Hélio Oiticica, que se había incorporado al grupo más tarde. Con él, Lygia Clark colaboró en varias ocasiones y mantuvo siempre una gran amistad. La Iª Exposición Nacional de Arte Concreto, realizada sucesivamente en las dos ciudades en diciembre de 1956, reunió a pintores, escultores y poetas de Sâo Paulo y de Río de Janeiro. Este movimiento artístico finalmente se dividió en dos corrientes: la paulista más cerebral y la carioca más intuitiva. Lygia Clark perteneció a la corriente carioca, que acabó por dar lugar al arte neoconcreto.

En 1959 se inauguró en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro la primera exposición de esta tendencia, lo que constituyó el acontecimiento artístico más importante del año, y reunió a un nutrido grupo de artistas entre los que se encontraba Lygia Clark, que participó con 20 obras. Todos firmaron el Manifiesto Neoconcreto, que fue redactado por Ferreira Gullar, también presente en la muestra. Fue una declaración de su modo de entender el arte. La II Exposición Neoconcreta tuvo lugar en el Ministerio de Educación de Río de Janeiro en noviembre de 1960.

En la década de los cincuenta, la artista también participó en el intento constructivista de integrar todas las artes en la arquitectura y en el urbanismo, impulsado principalmente por Oscar Niemeyer, el arquitecto de Brasilia. El trabajo de Lygia Clark atrajo la atención de varios arquitectos con los que haría colaboraciones, como el propio Niemeyer, en el proyecto de una casa en Belo Horizonte.

En sus comienzos se dedicó a la abstracción geométrica, pero en el arte de Lygia Clark el tema del espacio fue el verdadero centro de la investigación estética, ya que estudió tanto el espacio virtual como el espacio circundante, de modo que quedaran relacionados. Gradualmente fue desdoblando el plano en articulaciones tridimensionales y en 1958 aparecieron las series de los Casulos y de los Trepantes, en las que comenzó a sugerir la participación del espectador, enfrentado a la vinculación de pintura y escultura. Lo más sobresaliente fue que tanto los Casulos como los Trepantes anunciaron la fase más importante de la obra de Lygia Clark, marcada por la creación de los Bichos. Se trataba de unas placas de metal móviles, articuladas con bisagras para ser manipuladas por el público, que desarrolló desde 1959. La serie se presentó en la Galería Bonino y obtuvo un gran éxito de crítica. Otros trabajos de esta etapa fueron Estructuras de Caixas de Fosforos, Arquitecturas biologicas, Espaços Modulados, Hapennings y Performances.

Desde octubre de 1968 hasta julio de 1976, vivió y trabajó en París. Durante ese período no dejó de viajar a su país, unas veces por motivos de salud y otras por trabajo o para participar en exposiciones. Desde 1972 ejerció de docente en la Sorbona, donde iImpartió cursos sobre comunicación gestual y desarrolló experiencias con un grupo de unos sesenta alumnos. En ellos buscó, por medio de ejercicios de sensibilización, la expresión de lo reprimido y la liberación a través de la imaginación creativa.

De vuelta a su país, se estableció definitivamente en Río de Janeiro. Se dedicó desde entonces más que a experiencias colectivas, como las llevadas a cabo en París, a tratamientos individuales. A partir de 1978 creó los Objetos Relacionais y comenzó a utilizarlos con fines de psicología terapéutica. Este trabajo de terapia, que llevó a cabo en su casa de Copacabana, sólo lo abandonó unos meses antes de su muerte.

A lo largo de toda su vida, Lygia Clark estuvo presente en innumerables exposiciones y muestras de arte. En 1952 expuso sus pinturas abstractas en el Ministerio de Cultura en Rio de Janeiro. Participó en varias convocatorias de la Bienal de Sâo Paulo, en la II, en 1953, con tres Composiçoes creadas en ese mismo año; en la III, en 1955, con las Superficies moduladas realizadas hasta esa fecha; en la IV, en 1957, donde ganó el premio de Adquisiçao; en la V; en la VI, en 1961, cuando recibió el premio de escultura nacional, en la cual presentó una selección de sus Bichos; y en la VII, en 1963, donde le dedicaron una sala especial. La primera gran exposición individual dedicada a su obra en Europa se celebró en la Signals Gallery de Londres en 1965. La I Bienal de Bahía inaugurada en diciembre de 1966 le dedicó una sala especial con diferentes obras; también participó en la Bienal de Venecia en 1960, 1962 y 1968. En 1967 la escuela de Bellas Artes organizó un ciclo de exposiciones retrospectivas del arte brasileño; una de las muestras estuvo dedicada a la abstracción geométrica, e incluyó obras de Lygia Clark. El IX Salón de Artes Plásticas de Río de Janeiro en 1986 le dedicó una sala especial junto a Hélio Oiticica, exposición que sería la única retrospectiva importante dedicada a Lygia Clark en vida. La Fundación Antoni Tapiès en Barcelona realizó una importante exposición de su obra en 1997.

Bibliografía

• PICCOLI, Valeria: Arte Constructiva no Brasil: Coleçao Adolph Leirner Sâo Paulo, Brasil, 1998.

• Lygia Clark. Fundació Antoni Tàpies, Barcelona, 1997.

T. Bandrés Sierra

Autor

• 0110 TBS