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GeografíaHistoriaBiografía

Clapperton, Hugo (1788-1827).

Marino y explorador escocés, nacido en Annan (Dumfries) el 18 de mayo de 1788, y fallecido en las cercanías de Sokoto (o Sakatu), en el imperio Fulani (África), el 13 de abril de 1827, que fue el primer europeo en describir la región de la actual Nigeria, en concreto la zona NO.

A los trece años se alistó en la Marina británica y como oficial de la Armada Real llegó al grado de teniente de navío. Antes de emprender en 1821 las expediciones africanas por las que fue conocido, realizó un viaje a la India y después a Canadá. En 1821, el British Colonial Office, Ministerio Británico para las Colonias, lo envió, junto a Walter Oudney y Dixon Denham, a la misión Bornu por el interior de África. La expedición inició su periplo africano en la ciudad costera mediterránea de Trípoli, en Libia. Cruzaron el Sáhara y fueron los primeros europeos que avistaron el lago Chad, por el que Hornemann había pasado de largo y, partiendo de Kuka, por Sokoto (es decir, siguiendo toda la ruta de Hornemann), alcanzaron el Níger aguas arriba de Nupe ya en los inicios del año 1823. En su diario de viaje se encuentran numerosas referencias al lago Chad:

"Hacia las dos de la tarde del día 4 de febrero llegamos a Lari, a 10 millas de Métimé. Los habitantes de la llanura, asustados a la vista de nuestra numerosa caravana, escapaban corriendo en todas direcciones; detrás de ellos brillaba el gran lago Chad, dorado por los rayos del sol. A su vista el corazón empezó a latirme con violencia, puesto que este lago era para mí como la clave del objetivo principal de nuestras exploraciones y rogué al Cielo que, puesto que nos había guiado hasta allí, continuase protegiendo nuestros trabajos. [...] Al amanecer del siguiente día me dirigí, provisto de mi escopeta, a la orilla del lago con el propósito de cazar aves; pero las encontré tan confiadas y mansas que estuve dudando largo rato antes de decidirme a interrumpir con un disparo su paz y quietud. Además de otras muchas aves acuáticas había allí bandadas de ánades, patos y pelicanos salvajes y unas grullas que medirían de cuatro a cinco pies de altura permanecieron tranquilas a una distancia de otros tantos pasos de mí. El suelo inmediato a la orilla era un lodo obscuro y compacto. El agua es dulce, de agradable sabor y en ella abundan los peces, que los indígenas pescan por un procedimiento singular. Unas treinta o cuarenta mujeres se adentran en el lago, cuya orilla es muy poco profunda, espantan a los peces hacia la ribera y los capturan con las manos o les fuerzan a saltar a tierra."

También fueron los primeros europeos en adentrarse en la región chadiana de Bornu, en la actualidad perteneciente a Nigeria. Desde ese punto y en compañía únicamente de Oudney, Clapperton se dirigió rumbo al Oeste hacia Kano, Katsina, Sokoto y Zaria, todas ellas en la actual Nigeria. Únicamente él logró llegar hasta allí y sus anotaciones sobre el contacto con sus habitantes son, cuanto menos, impresionantes:

"La discusión acerca del modo cómo teníamos que saludar al jeque y que, según Bu-Khalum, consistía en colocar las manos sobre la cabeza, nos ocupó unos minutos; pero al fin convinimos en que entre nosotros no existía más que una sola fórmula de salutación, excluyendo la que debíamos a nuestro soberano, y así fuimos conducidos ante el jeque, a quien encontramos sentado sobre un tapiz en una habitación obscura. Su exterior era simpático y expresivo. Le entregamos nuestra carta y, a su pregunta acerca de la finalidad de nuestro viaje, le respondimos que no era otra sino visitar el país y recoger noticias sobre sus habitantes y productos, ya que nuestro sultán deseaba conocer todas las regiones de la Tierra. Diónos entonces la bienvenida y nos dijo que muy a gusto nos enseñaría cuanto pudiera; nos había hecho preparar tiendas en la ciudad y tendría sumo gusto en volver a vernos en cuanto estuviésemos repuestos de las fatigas del viaje."

Tras la muerte de su compañero en la empresa, Oudney, Clapperton tomó la determinación de dirigirse hacia Sokoto para buscar el nacimiento del río Níger, pero al no poder encontrar un guía con el que recorrer los 240 kilómetros que le separaban del mencionado río, en junio de 1825 volvió a Inglaterra en compañía de Denham.

Casi inmediatamente después de su primera expedición obtuvo el mando de otra que, en el mismo año 1825, le llevaría otra vez al África occidental subsahariana. Acompañado de Richard Lander, emprendió el viaje en diciembre, desde la bahía de Benín hacía la desembocadura del río Níger, en concreto en la ciudad de Busa. En los alrededores del Níger observó algunos restos de la embarcación de Mungo Park y desde allí penetró por el río, lo atravesó y siguió su cuenca hasta las ciudades de Cachena y Sokoto vía Kano, ciudad esta última que ya conocía. En Sokoto fue apresado por el sultán de la zona, lo que unido a las duras condiciones en las que se había desarrollado el viaje, que duró dos años, provocó la muerte de Clapperton por disentería.

Sería su compañero Lander quien descubriría la desembocadura del Níger y quien demostró que éste desagua en varios brazos en los dominios del golfo de Benín. Lander fallecería poco después, como consecuencia de la herida de una flecha en Fernando Poo.

Gracias a los dos viajes de Clapperton, el mundo occidental tuvo constancia por vez primera de una zona del interior de la denominada “África negra”. Además, escribió una Narración de viajes y descubrimientos en el norte y centro de África durante los años 1822-1823, y 1824, que vio la luz en 1828. El relato de la segunda expedición se publicó en su obra Diario (1829) y en la escrita por Lander, titulada Anotaciones a la última expedición a África del capitán Clapperton, que fue publicada en 1830. Estas tres obras dan testimonio de todas las penalidades sufridas en sus viajes.

Bibliografía

  • TREUE, W. La conquista de la Tierra. Barcelona, Ed. Labor, 1948.

MFD

Autor

  • MFD ; Elena Escobar Blanco