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Ocio y entretenimientoBiografía

Cintrón Verril, Concepción, "Conchita Cintrón" (1922-2009)

Señorita rejoneadora y matadora de toros nacida en Antofagasta (Chile) el 9 de agosto de 1922, pero considerada como peruana, ya que desde los primeros días de su existencia vivió en Lima, y fallecida en Lisboa (Portugal) el 17 de febrero de 2009. Hija de un portorriqueño y de una norteamericana de origen irlandés, adoptó la nacionalidad de su madre, por lo que en su pasaporte quedó acreditada como ciudadana estadounidense. En el planeta de los toros es conocida por el sobrenombre de "Conchita Cintrón".

Su afición al toreo le nació al hilo de las clases de equitación que, desde muy temprana edad, le impartió en la capital peruana el caballero rejoneador portugués -ya retirado de los ruedos por aquellas fechas- Ruy da Camara. Comoquiera que enseguida se mostró más interesada por el Arte de Cúchares que por la mera doma ecuestre, se hizo asesorar también por el coletudo sestaotarra Diego Mazquiarán Torróntegui ("Fortuna"), quien, durante una larga estancia en Lima, enseñó a la joven Conchita las primeras lecciones del toreo a pie.

Con tan sólo catorce años de edad, en 1936 debutó como rejoneadora en un festival benéfico celebrado en la plaza limeña de Acho, en donde demostró que contaba con enormes facultades para dedicarse a la lidia ecuestre; de ahí que emprendiera una fecunda andadura en calidad de rejoneadora, antes de probar suerte con el toreo a pie, en el que debutó en Tarma (Perú) el día 31 de julio de 1938. Por todas las plazas de Hispanoamérica pudo compaginar esta doble faceta de lidiadora, sin que en ningún país ultramarino se le pusieran obstáculos o impedimentos excusados en su condición femenina; y así, verbigracia, el día 20 de agosto de 1939 debutó en la plaza de toros de El Toreo (México), país en el que, a fuerza de cosechar tantos éxitos y reunir tantos partidarios, acabó siendo conocida con el encomiástico apelativo de "La Diosa de Oro".

Sin embargo, al desembarcar en España en 1945, dispuesta a repetir sus triunfos hispanoamericanos, se encontró con que la legislación vigente impedía a las mujeres torear a pie (véase, al respecto, dentro de la voz Tauromaquia, el apartado dedicado a las "Mujeres toreras"). Aprovechando las lagunas legales acerca del toreo ecuestre (al que la prohibición del toreo femenino no aludía expresamente), el día 23 de abril de 1945 debutó como señorita rejoneadora en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, para comparecer pocos días después -concretamente, el 13 de mayo de aquella misma temporada- en la plaza de toros Monumental de Las Ventas(Madrid), donde cautivó a la primera afición del mundo.

Anduvo rejoneando por tierras españolas hasta la campaña de 1950, sin poder echar pie a tierra para estoquear a aquellas reses a las que resultaba imposible despenar desde la montura. Sin embargo, los aficionados selectos pudieron paladear unas espléndidas muestras de su toreo a pie, tanto en algunos festivales benéficos (v. gr., el celebrado en la madrileña placita de Vista Alegre, el día 10 de julio de 1945), como en ciertos festejos camperos celebrados a puerta cerrada (como el que Conchita Cintrón protagonizó en la finca Gómez Cardeña, propiedad del genial espada trianero Juan Belmonte García).

En la mencionada campaña de 1950 preparó su despedida del ejercicio activo del toreo, tanto ecuestre como a pie, no sin antes haberse asegurado su vinculación al mundillo taurino merced a la fundación de una ganadería brava a partir de las reses portuguesas del hierro de Pinto Barreiros. Durante aquel año hizo en España diecinueve paseíllos, y aún tuvo ocasión de despedirse de la afición francesa en la plaza de toros de Burdeos, el día 1 de octubre, fecha en la que desorejó a los dos novillos de su lote, pertenecientes a la divisa de don José Infante da Camara. A su regreso a España, anunció su despedida oficial para el día 18 de aquel mes de octubre de 1950, en la plaza de toros de Jaén, en donde decidió infringir el reglamento para pasar de muleta a un morlaco marcado con la señal de Oliveira.

El día 5 de septiembre de 1951 contrajo nupcias con el aristócrata luso don Francisco de Castelo Branco, sobrino de su antiguo maestro Ruy da Camara, matrimonio que, según muchos de los fervorosos partidarios de Conchita Cintrón, fue la causa directa de su retirada del toreo. Y, en efecto, no volvió a participar en ningún otro espectáculo taurino, aunque protagonizó una película titulada Maravilla del toreo y, posteriormente, publicó sus memorias, plagadas de sabrosas anécdotas taurinas, bajo el título de Recuerdos.

La belleza y la esbelta elegancia de Conchita Cintrón se plasmaban en el arte que salía de sus muñecas y en la doma que ella imponía con el manejo de riendas y estribos. Fue una mujer culta, elegante y refinada, que reunió en torno a sí a un nutrido plantel de artistas e intelectuales, admiradores tanto de sus conocimientos como de su hermosura. Y en la historia universal de la Tauromaquia, merced a su valor, su técnica y su gracejo artístico, dejó un obstáculo insalvable para los detractores del toreo femenino.

Autor

  • José Ramón Fernández de Cano