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LiteraturaBiografía

Chúmina, Olga Nikoláyevna (1864-?).

Poetisa, narradora, dramaturga y traductora rusa, nacida en Nóvgorod (al noroeste de Moscú, a orillas del río Volga) en 1864, y fallecida en fecha y lugar ignorados. Poseedora de una vasta cultura humanística, fue una de las mujeres de mayor capacidad intelectual y sensibilidad artística de su época, y contribuyó al desarrollo de las letras en su nación no sólo con sus obras literarias originales, sino con la traducción e introducción en el mercado editorial ruso de algunas de las obras cimeras de la literatura europea de todos los tiempos. Prueba del extraordinario alcance de sus saberes fueron sus versiones en ruso de El paraíso perdido, del inglés John Milton; La reina Ginebra, de su compatriota Alfred Tennyson; y Herminio, del gran poeta francés Leconte de Lisle.

Nacida en el seno de una familia acomodada -su padre era un alto oficial del ejército imperial-, recibió desde niña una esmerada formación académica en Finlandia, donde transcurrió casi toda su infancia debido a que su progenitor había sido enviado allí al frente de un regimiento de tropas rusas. Precisamente fue este culto militar de alta graduación quien, frente a lo que era habitual en la educación de las niñas de la época, se encargó personalmente de que la pequeña Olga Nikoláyevna estuviera asistida en todo momento por buenos profesores particulares que tenían la misión de formarla en el dominio de la música, la literatura y diferentes idiomas extranjeros; y también fue el padre de la futura escritora quien, llevado de su acusada inclinación hacia la poesía, le inculcó desde su más tierna infancia la afición a escribir versos (afición que el militar había heredado, a su vez, de su propio progenitor).

Alentada, pues, por esa tradición lírica familiar, la joven Olga Nikoláyevna Chúmina se dio a conocer como escritora por medio de la publicación de unos versos primerizos que vieron la luz entre las páginas de las revistas Panorama Pintoresco y Tiempos Nuevos. A partir de entonces, su nombre empezó a circular con discreción por algunos foros literarios de su país natal, aunque no entró a formar parte de los círculos culturales consagrados hasta que, en 1885, viajó a San Petersburgo y entabló amistad con los ya veteranos poetas Pleschéyev y Polonski, a la sazón constituidos en dos de las figuras egregias de la bulliciosa vida intelectual y artística que animaba la Venecia del Norte. Un año después, la escritora de Nóvgorod contrajo nupcias con un oficial del ejército llamado G. Mijáilov, y a su lado se trasladó a la ciudad de Výborg -sita en la actual frontera con Finlandia-, donde su esposo estaba destinado.

Una vez instalada en su nueva residencia, Olga Nikoláyevna Chúmina se dedicó de lleno al cultivo de la creación literaria. Y así, tras haber dado a la imprenta una recopilación de sus composiciones líricas publicada bajo el título genérico de Poemas (1889), a los pocos días presentó con notable éxito de crítica y público su primer estreno teatral, un drama en verso titulado La tentación (1889). Alentada por la buena acogida dispensada a esta obra, la autora de Nóvgorod siguió cultivando con entusiasmo el género teatral, al que aportó otros títulos tan notables como La chispa extinguida, La ilusión, La mujer de Sócrates y En las redes.

La fama y el prestigio literario alcanzados como poetisa y dramaturga no disuadieron a Olga Nikoláyevna Chúmina de probar suerte en el ámbito de la prosa de ficción, género en el que sobresalió principalmente por su novela titulada En la vida y en la muerte.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.