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LiteraturaPeriodismoBiografía

Chírikov, Yevgueni Nikoláyevich (1864-1932).

Narrador, dramaturgo y periodista ruso, nacido en Kazán (en la República del Tatarstán) en 1864, y fallecido en Praga en 1932. Autor de una rica y variada producción literaria que arremete contra el populismo, el totalitarismo y, en general, cualquier forma de poder que parta de la demagogia y la tiranía de las masas para negar las libertades y los derechos civiles a quienes no se hallen incluidos en su espectro ideológico, está considerado como una de la voces de la literatura rusa contemporánea que con mayor rotundidad clamó contra el marxismo y el régimen soviético instaurado en su patria tras la revolución de 1917.

VIda.

Nacido en el seno de una familia perteneciente a las clases privilegiadas dentro de la escala social y económica de su república (descendía de la antigua nobleza tártara), recibió desde niño una esmerada formación académica que le permitió desarrollar muy pronto su innata capacidad intelectual, bien manifiesta en su provechoso paso por el instituto de Kazán, donde asombró a sus maestros y condiscípulos por su excelente predisposición para el estudio tanto de las ciencias como de las disciplinas humanísticas. Pasó, al término de esta enseñanza secundaria, a la Universidad de Kazán, donde volvió a dar muestras de sus saberes polifacéticos al matricularse, simultáneamente, en las carreras de Derecho y Ciencias Naturales. Pero las inquietudes político-sociales que ya había comenzado a manifestar durante aquel período juvenil le impidieron culminar con éxito esta brillante formación superior, ya que fue expulsado de las aulas universitarias por su intervención directa en unos violentos disturbios estudiantiles en los que llegó incluso a ser detenido por las autoridades locales.

A raíz de esta expulsión de la universidad, el joven e impulsivo Yevgueni Chírikov decidió ganarse la vida por medio de la escritura profesional, por lo que comenzó a enviar numerosos artículos y crónicas a diferentes rotativos y revistas que, como El Patrimonio Ruso, Mundo de Dios, El Noticiero del Norte y La Nueva Palabra, lo admitieron con agrado entre sus colaboradores habituales. Por esta vía periodística, pronto se granjeó un cierto prestigio literario e intelectual que, al cabo de unos años, le permitió empezar a difundir sus escritos en publicaciones de mayor alcance, entre ellas la revista marxista La Vida, que acogió entre sus páginas al ya brillante escritor y periodista tártaro, a pesar de que Chírikov no sólo no se había adscrito a la ideología marxista, sino que renegaba públicamente de ella (tanto era así, que en 1916 se enfrentó pública y abiertamente con Máximo Gorki, entonces director de la revista y, por encima de todo, gran referente del intelectual comprometido con los ideales revolucionarios). Lógicamente, esta toma de partido en contra de los postulados marxistas le forzó a abandonar precipitadamente el país en 1917, para refugiarse primero en Bulgaria y más tarde en la capital checa, en donde permaneció ya definitivamente hasta el fin de sus días.

Obra.

En su faceta de narrador -tal vez la más celebrada de su fecunda trayectoria literaria-, Yevgueni Nikoláyevich Chírikov sobresalió por la publicación de una serie de novelas y relatos en los que dejaba constancia de sus postulados ideológicos, frontalmente opuestos a la revolución proletaria. De finales del siglo XIX es una de sus novelas más conocidas, Los inválidos (1897), en la que muestra su desacuerdo con cualquier tentativa de poder basada en la demagogia populista; un año después, dio a la imprenta otra interesante narración extensa que, publicada bajo el título de Los forasteros (1898), centra ya el objetivo de sus ataques en el ideario marxista; y, casi al mismo tiempo, ganó un merecido reconocimiento literario por su evidente maestría en el cultivo del relato breve, género al que aportó algunas piezas espléndidas -aunque demasiado deudoras del talento de Chéjov-, como las tituladas "El hijo pródigo" (1899), "La princesa" (1912) y "El destino" (1912).

Por el tiempo en que redactaba los dos relatos citados en último lugar, el autor de Kazán estaba enfrascado también en la elaboración de un proyecto mucho más ambicioso, la trilogía autobiográfica La vida de Tarjánov (1911-1914), que le consagró definitivamente como uno de los grandes narradores rusos de comienzos del siglo XX. El estallido de la I Guerra Mundial le surtió de argumentos para refrendar esa envidiable madurez narrativa que acababa de demostrar, ahora revalidada en los cuentos recogidos en el volumen Los ecos de la guerra (1915). Posteriormente, Chírikov continuó ofreciendo notables muestras de su capacidad fabuladora, pero ya desde el exilio, donde se dedicó casi exclusivamente a atacar con virulencia el nuevo régimen soviético implantado en su país -así, v. gr., en las narraciones extensas La fiera de los abismos y Mi novela-, cuando no a rememorar con nostalgia y amargura las costumbres, pautas sociales, conductas morales y, en general, formas de vida de esa Rusia imperial que había perecido a manos de la Revolución Marxista -material con el que conformó la novela Novodévichie y los relatos "La Novia" y "Ciudad de provincias".

En su faceta de dramaturgo, Yevgueni Nikoláyevich Chírikov alcanzó también un notable éxito de crítica y de público, sobre todo tras el estreno de su obra Iván Mirónych (1905), puesta en escena por la compañía más prestigiosa de aquellos años, el Teatro de Arte de Moscú, dirigido por el gran escenógrafo moscovita Konstantin Stanislavski, y en buena medida responsable de los éxitos clamorosos que habían consagrado a Chéjov y Gorki. Otras obras suyas de notable importancia dentro del teatro ruso de comienzos del siglo XX fueron Los hebreos (1904) y los dramas simbolistas Luces rojas (1907) y La leyenda del viejo castillo (1907).

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.