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GeografíaHistoriaBiografía

Champlain, Samuel de (ca.1567-1635).

Explorador y colonizador francés, nacido en 1567 en el puerto de Brouage, próximo a Rochefort (Francia), y muerto el 25 de diciembre de 1635, en Québec, Nueva Francia (actual Québec; Canadá). Considerado con todo merecimiento el padre de Nueva Francia, Champlain fundó la ciudad de Québec y consolidó las colonias francesas de América del Norte.

Militar de carrera, en su juventud sirvió bajo las órdenes del mariscal de Aumont en varias campañas en la Bretaña. En 1598 obtuvo del rey Enrique IV una pensión como premio a sus servicios y valentía en la lucha, una vez que fueron licenciadas las tropas tras la pacificación del lugar. Al encontrarse sin destino ni ocupación alguna, Champlain decidió acompañar a su tío y entrar a las órdenes de la Corona de España, para la que realizó un viaje, en 1599, que le llevó a las islas Canarias, México, las Antillas y América Central. Durante todo el transcurso del viaje, que duró hasta 1601, a Champlain se le despertó su vocación de navegante y explorador. Las vivencias de su primera travesía fueron plasmadas en una obra que publicó bajo el título de Brief discours des choses les plus remarcables que Samuel Champlain a recounnes aux Indes Occidentales.

De vuelta en Francia, el éxito del libro de Champlain y los informes que el propio explorador remitió al rey Enrique IV, el los que sugería la posibilidad de abrir un canal a través del istmo de Panamá para unir el Atlántico con el Pacífico y así acortar más de 1.500 leguas marinas en los futuros viajes hacia los mares del Sur, hicieron posible que la Corona francesa le ofreciera participar en un viaje de exploración y colonización, al mando de Pontgravé, con destino a las tierras de Norteamérica para continuar la labor emprendida por el descubridor Jacob Cartier años atrás, además de para crear factorías comerciales en aquellas regiones tan agrestes. Una vez obtenida la licencia del rey, Champlain aceptó el ofrecimiento y partió del puerto de Honfleur el 15 de marzo de 1603. A las nueve semanas de travesía, la expedición arribó en el fuerte de Tadusac, enclavado junto al río San Lorenzo, a 80 leguas de distancia de su desembocadura. El grueso de la expedición permaneció en el fuerte mientras que Champlain, Pontgravé y algunos marineros más estaban dispuestos a adentrarse en el interior por el río en un pequeña embarcación. El pequeño grupo llegó hasta Montreal y los rápidos de Lachine establecieron un próspero y pacífico comercio de pieles con los indios, que se mantuvo inalterable mientras los franceses permanecieron en Canadá. Antes de regresar a Tadusac, Champlain cartografió con sorprendente exactitud todos los lugares por donde pasó la expedición; para ello contó con la colaboración de las tribus locales.

De nuevo en París, Champlain fue recibido en la Corte por el monarca, quien se mostró gratamente sorprendido por los planos cartográficos presentados por el explorador, publicados bajo el título de Les sauvages on voyages de Samuel Champlain. Enrique IV propuso a Pierre du Gusat, señor de Mont, encabezar una expedición a la región de Acadia con la intención de explorar la parte oriental de Canadá y establecer colonias francesas en la misma, para la que propuso a Champlain como cartógrafo y geógrafo oficial. El 7 de marzo de 1603, la expedición partió del puerto de Havre y llegó a las costas de Acadia el 6 de mayo. Champlain exploró la bahía de Fundy y las costas de Nueva Inglaterra y Nueva Escocia, hasta el cabo Cod (actual bahía de Massachusetts), y se estableció en la desembocadura del río Santa Cruz. El escorbuto diezmó a la expedición e hizo fracasar el intento de crear colonias, pero el avance británico sobre estos territorios decidió a la Corona francesa persistir en sus esfuerzos de poblamiento. Antes de regresar a Francia, en 1606, para entrevistarse con el rey, Champlain puso en limpio todos sus apuntes geográficos y las impresiones que había recogido a lo largo de sus exploraciones, ambas de un gran valor geográfico y etnográfico, ya que describían de un modo real y detallista las costumbres y particularismo de los indios americanos.

En 1608, Champlain se hizo cargo de una nueva expedición al territorio canadiense, la cuarta, pero esta vez en calidad de vicegobernador de Nueva Francia. El objetivo prioritario del viaje era el de establecer colonias en la región, pero en vez de en la Acadia se eligió el territorio de la desembocadura del río San Lorenzo, desde el cual sería mucho más fácil penetrar en el interior del país. Tras desembarcar a primeros de julio, Champlain se dispuso a buscar el emplazamiento ideal para la futura colonia, que encontró en la punta de Québec, nombre dado por los indígenas a un pequeño estrecho rodeado de nogales. A pesar de las bajas causadas por el escorbuto, la colonia francesa pudo aguantar un invierno extremadamente crudo y salir adelante, hasta el punto de que en la primavera siguiente la pequeña ciudad contaba ya con algunos almacenes y casas coloniales. A pesar de que Québec era al principio de su fundación una ciudad dedicada exclusivamente al comercio de pieles con los indios, muy pronto se convirtió en el punto de partida de otras expediciones francesas en el este de Canadá y en la futura capital de Nueva Francia. Sus esfuerzos organizativos al frente del gobierno de Québec no impidieron a Champlain desarrollar su labor como explorador, ya que recorrió numerosas islas y acordó una serie de alianzas con las tribus indias de los algonquinos y los hurones, a los que prestó ayuda militar en los enfrentamientos que estas tribus venían manteniendo desde hacía mucho tiempo con la tribu de los iroqueses, originaria de la zona del nordeste del actual estado de Nueva York (Estados Unidos de América). Este hecho, considerado actualmente como un grave error táctico por parte de Champlain, fue el que hizo posible que Francia acabara perdiendo todos los territorios que poseía en América del Norte en favor de Inglaterra, ya que la poderosa liga iroquesa, compuesta por todas las tribus, juraron odio eterno a Francia y se aliaron con Inglaterra en multitud de enfrentamientos surgidos entre las dos potencias europeas en los dos siglos siguientes. En una de sus muchas exploraciones que realizó por aquellos parajes en compañía de los indios canadienses, Champlain avistó el lago que en la actualidad lleva su nombre y creó una casa comercial en Montreal.

De regreso en Francia, en 1610, Champlain contrajo matrimonio con Elena Beullé y consiguió del rey Luis XIII (1601-1643) el favor para que el príncipe de Condé, a la sazón gobernador del Canadá, le nombrara teniente general de Nueva Francia. En su siguiente viaje, Champlain se propuso averiguar las afirmaciones del también explorador francés Nicolás Vignon de que el lago que daba origen al río Ottawa desembocaba en el mar del Norte. Así pues, en 1615, Champlain regresó a Canadá en compañía de más colonos y en calidad de representante de una poderosa compañía de comerciantes de Dieppe, Saint-Malo y Ruan. Después de fracasar en su intento por descubrir ese gran mar salado que remontaba el río Ottawa, Champlain regresó a Québec y tras unos rodeos tocó las riberas de los lagos Hurón, Erie y Ontario. Poco después reanudó sus campañas contra los iroqueses y cayó herido en una refriega, por lo que estuvo bastante tiempo convaleciente en territorio de los hurones hasta su total restablecimiento. Regresó a Québec para fortificar la ciudad en previsión de nuevos ataques iroqueses y se hizo cargo de su administración y desarrollo económico.

Tras pasar una breve temporada en Francia, entre 1617 y 1618, Champlain volvió a Québec acompañado de 80 colonos con sus familias, confirmado en su puesto por el duque de Montmorency, nuevo gobernador de Canadá en sustitución del príncipe de Condé. Persuadido por las enormes posibilidades de progreso de la ciudad, Champlain mandó llamar a toda su familia y emprendió las obras de viviendas que faltaban en la ciudad, al mismo tiempo que mandó construir un nuevo fuerte y el castillo de San Luis. Nuevamente en Francia con el propósito de demandar más ayuda de la Corona al nuevo gobernador de Canadá, el duque de Ventadour, hasta 1626, no pudo regresar a Québec. Nada más llegar allí, Champlain impulsó los últimos trabajos del fuerte y mandó construir una segunda fortaleza, medida previsora acertada puesto que, en 1628, estalló la guerra entre Francia e Inglaterra. A pesar de las reformas militares llevadas a cabo por Champlain en Québec, la ciudad sufrió un durísimo asedio que duró exactamente un año, entre julio de 1628 y junio de 1629, hasta que, falta de alimentos y de todo tipo de material bélico para defenderse, no tuvo más remedio que capitular antes las tropas inglesas comandadas por los hermanos Kerk.

Después de este episodio lamentable, Champlain fue conducido preso a Inglaterra, donde permaneció hasta 1632, fecha en la que se firmó la paz de Saint Germain, que ponía fin a la larga guerra sostenida entre ambas potencias. Gracias a su particular empeño por recuperar el control de Québec, el cardenal Richelieu consiguió de los ingleses la devolución íntegra de todos los territorios franceses conquistados y colonizados hasta la fecha en Canadá. El mismo año de la firma de la paz, Champlain regresó a Québec con 200 familias de colonos y marinos, con los que acabó por asentar definitivamente a la colonia. Al año siguiente, todos sus esfuerzos colonizadores y exploratorios se vieron recompensados al ser nombrado gobernador de Nueva Francia, cargo que conservaría hasta su muerte, acaecida en Québec en 1635, la amada ciudad que había fundado y que ya empezaba a extenderse sobre los márgenes del río San Lorenzo.

Sin duda alguna, el nombre de Samuel de Champlain está unido al de Jacob Cartier, considerados ambos los verdaderos fundadores de Canadá. Además de las obras anteriormente citadas, Champlain dejó escritas todas sus vivencias y aventuras de los numerosos viajes que realizó a Canadá, de entre las que podemos destacar: Voyages et Decouviement a Nouvelle France depuis 1615 á 1618 (1619) y Voyages á la Nouvelle France Occidentale, appelleé Canadá, avec toutes les déconcertes faites par Champlain (1603-1629). En 1870, Laverdier publicó sus obras completas en seis tomos.

Bibliografía

  • FRENETTE, Yves. Bréve historie des Canadiens français. (Montreal: Ed. Boréal, 1998).

  • MATHIEU, Jacques. La Nouvelle France: les français en Amérique du Nord, siglos XVI-XVIII. (París: Ed. Belin, 1993).

  • VV.AA. Así nació Canadá. (Madrid: Ed. Grupo 16, 1985).

CHG

Autor

  • Carlos Herraiz García