Castro, Óscar (1910-1947).
Poeta, cuentista y novelista chileno nacido en Rancagua en 1910 y muerto en 1947.
Tuvo una infancia y una juventud difíciles debido a las precarias condiciones de vida que tenía su familia. Castro escribió en la prensa local, en concreto en La Tribuna, y en revistas que él mismo creó como Nada y Actitud. Se inició en la literatura con un “Responso a García Lorca”, realizado en Valparaíso en 1936. En 1938 publicó Camino del alba con prólogo de Augusto D'Halmar. Con ella había obtenido el primer premio y dos menciones honrosas en el Concurso Internacional convocado por la Asociación de Educadores de Liniers, de Argentina. En Huellas de la tierra de 1940 y La sombra de las cumbres de 1944, premios Atenea y Municipal de Santiago, presentó cuentos hermosamente elaborados, narrados con lenguaje puro y acendrado. De ese año es también su colección de poemas Reconquista del hombre, y de 1945 el conocido relato Comarca del jazmín.
Algunas de su obras (entre ellas sus tres novelas) fueron publicadas después de su muerte. En 1948 apareció su Glosario Gongorino con doce sonetos, basado cada uno de ellos en el último verso de otros tantos sonetos de Luis de Góngora. Llampo de sangre apareció en 1950; en ella narra la dura vida de los pirquineros, sus costumbres y supersticiones. En 1951 publicó La vida simplemente en la que pinta con sencillez naturalista la existencia de un muchacho rancagüino pobre y marginal; hay mucho de autobiográfico en esta obra. Lina y Su Sombra data de 1958.
En el género dramático comenzó con tres obras inéditas y no representadas: Seres y sombras, Dalila y Política. También destacan Viaje del alba a la noche (1940), Las alas del Fénix (1943), conjunto de romances de carácter histórico y Rocío en el trébol, publicada póstumamente en 1950. En 1952, Hernán Poblete Varas publicó una Antología poética de Óscar Castro, seleccionada por su viuda, Isolda Pradel. En 1973 la Editorial del Pacífico publicó su obra Sombra Inmortal. Cantata a la muerte de Federico García Lorca.
Castro escribió con honda melancolía y palabras cristalinas; incluso sus cuentos están cargados de lirismo. Fue un gran escritor de romances que nos legó una poesía plena de finura, sugerencias, ritmos y sonoridades.
