A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
HistoriaPolíticaBiografía

Castracani degli Antelminelli, Castruccio (1281-1328).

Político y militar italiano nacido en Lucca en 1281 y muerto el 3 de septiembre de 1328 en la fortaleza dell'Augusta de su ciudad natal. Señor de Lucca, fue una de las figuras más relevantes de la política italiana de la primera mita del trecento, destacándose en lo militar por sus victorias contra Florencia y en lo político por su afán de hacer de la Toscana un único Estado.

Hijo de Gerio Castracani y de Puccia degli Streghi, perteneció al linaje de los Antelminelli, apellido que sólo comenzó a utilizar Castruccio cuando accedió a la signoria. Su familia era adicta al bando gibelino y en 1300 se vio obligada a huir de Italia, después del asesinato de Obizo degli Obizi, de la facción güelfa, que provocó que los Antelminelli fuesen declarados proscritos. Castruccio se estableció en Inglaterra, donde se hizo célebre por su manejo de las armas, llegando a ganar las simpatías del rey Eduardo II. Huyó del país después de matar a un noble de la corte por motivos de honor y se ubicó en Francia, donde pasó al servicio del rey Felipe IV, distinguiéndose como comandante de la caballería en la batalla de Arras y participando en la defensa de Thérouanne.

Regresó a Italia en 1304 para combatir contra los güelfos en Lombardía, Véneto e Istria. En 1314 se unió a la tropa gibelina de Uguccione della Faggiuola, con el cual participó en la conquista y posterior saqueo de Lucca, que supuso la eliminación del partido güelfo de la ciudad. En 1315 luchó, al mando de una de las partes del ejército gibelino, en la batalla de Montecatini, resultando uno de los principales artífices de la victoria contra la Liga Güelfa. Su prestigio levantó las envidias de Uguccione, que lo vio como un estorbo para hacerse con el señorío de Lucca y lo hizo encarcelar. Su prisión provocó un levantamiento del pueblo, que lo liberó y le proclamó capitano generale y defensor de la ciudad (1316). De ahí a su instalación como señor de Lucca (1320), rodeado del clamor popular, fue sencillo. Desde esta posición de poder, Castruccio se convertiría en uno de los árbitros de la política de la Toscana.

En 1320 fue nombrado vicario imperial para Lucca, Valdinievole y Lunigiana por el aún rey de Romanos Federico III. Después de haber puesto bajo su mando a las ciudades gibelinas, Castruccio mantuvo varias guerras contra Florencia, a la que, gracias a su habilidad política y diplomática, mantuvo siempre bajo la amenaza de Lucca, llegando a conquistar vastas áreas de la Toscana y de Liguria, entre ellas las ciudades de Volterra, Pistoia y Lunigiana. La victoria completa llegó en la batalla de Altopascio (22 de septiembre de 1325), que supuso la total destrucción del ejército florentino y cuya victoria fue celebrada en Lucca con grandes fastos. Un año antes, Castruccio fue confirmado en su cargo de vicario por el emperador Luis el Bávaro y tuvo que abandonar el asedio de Florencia cuando recibió una citación a Roma para la coronación de su gran amigo, el emperador, con el que había participado en la conquista de Pisa, lo que le valió la excomunión por parte del papa Juan XXII (dos veces, en 1324 y 1328). En Roma recibió el reconocimiento del pueblo, que le consideraba el personaje más temido del momento, y obtuvo del emperador el título de duque de Lucca y Pistoia (1327), con el derecho de herencia para sus hijos. Entonces llegó a Roma la noticia de la insurrección de Pistoia. Con la autorización de Luis IV, Castruccio partió al galope hacia Lucca, donde le esperaba un cuerpo especial de 2000 ballesteros, con los que se lanzó contra los muros de Pistoia. Después de un corto asedio reconquistó la ciudad, pero durante la campaña contrajo unas fiebres, que le llevaron a la muerte en poco tiempo, cuando se hallaba preparando el encuentro definitivo contra Florencia.

Su vida inspiró a Nicolás Maquiavelo la Vita di Castruccio Castracani da Lucca, que lo inmortalizó, presentándole como el perfecto príncipe. Fue el constructor del palacio dell'Augusta y su principado desapareció con él. Hombre de su tiempo, quiso ser enterrado religiosamente con el hábito franciscano en el templo del Santo de Lucca.

Bibliografía

  • DONATI, C. L' idea di nobilità in Italia: secoli XIV-XVIII. Roma, 1995.

  • LINTNER, V. Historia de Italia. Madrid, 1995.

  • ORSI, P. Historia de Italia. Barcelona, 1960.

  • ZELLER, J. Historia de Italia, desde la invasión de los bárbaros hasta nuestros días. Madrid, 1958.

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero