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PeriodismoLiteraturaBiografía

Carrión, Alejandro (1915-1991).

Poeta, narrador, ensayista, crítico literario y periodista ecuatoriano, nacido en Loja en 1915 y fallecido en Quito en 1991. Hombre de vasta formación cultural y acusada sensibilidad literaria, cultivó con maestría los géneros más variados y dejó impresa una interesante producción poética, narrativa y periodística que ha permitido que se le recuerde como una figura descollante en el panorama literario ecuatoriano del siglo XX.

Alentado desde su temprana juventud por una viva curiosidad humanística, abandonó su provincia natal para cursar estudios superiores en Quito, ciudad en la que pronto entró en contacto con los principales círculos políticos y culturales de su tiempo. Instalado ya definitivamente en la capital del país, se dio a conocer como escritor merced a la publicación de un libro de poemas que, presentado bajo el título de Luz del nuevo paisaje (Quito: Ed. del Autor, 1937), mereció de inmediato los elogios de los lectores y la crítica especializada, y situó al joven Alejandro Carrón -que contaba, a la sazón, veintidós años de edad- entre las voces más prometedoras de la lírica ecuatoriana de mediados del siglo XX.

La buena acogida dispensada a esta opera prima le animó a escribir otros muchos volúmenes de versos, entre los que cabe destacar el titulado La noche oscura (Quito: Casa de la Cultura, 1948), que vio la luz cuatro años después de que el nombre y la obra poética anterior de Alejandro Carrión vieran la luz entre las páginas del poemario colectivo titulado Cinco poetas de América (1944), obra en la que el sello editorial estadounidense New Directions equiparó al escritor de Loja con otros cuatro vates de la talla de Tennessee Williams, Jean Garrigue, John F. Nims y Eve Merrian. A comienzos de los años sesenta, reunió toda su producción lírica en un volumen recopilatorio publicado bajo el título genérico de Poesía (Quito: Casa de la Cultura, 1961), en el que, entre los versos de Luz del nuevo paisaje y los de La noche oscura, tienen cabida los pertenecientes a sus restantes cancioneros: Aquí España nuestra, Tres poemas en esperanza y amargura, Poesía de la soledad y el deseo, Tiniebla y Agonía del árbol y la sangre.

En sus años de madurez y vejez, Alejandro Carrión no volvió a frecuentar el trato de las Musas, a pesar de los elogios que había cosechado en su juventud por la calidad de su poesía. Se dedicó, en cambio, a desplegar una intensa labor periodística que, iniciada en la combativa revista La Calle -fundada por el propio escritor de Loja en colaboración con el poeta, dramaturgo y narrador de Guayaquil Pedro Jorge Vera-, se prolongó hasta el final de sus días, cuando la opinión de quien había empezado a firmar sus artículos bajo el significativo pseudónimo de "Juan sin Cielo" -que había puesto en circulación a través de la citada revista- ya era una de las más influyentes en las esferas políticas, sociales y culturales de Ecuador.

Al tiempo que iba ocupando las principales tribunas en los medios de comunicación, Alejandro Carrión fue desarrollando también una tenaz y rigurosa labor de crítica literaria que le permitió publicar algunos escritos tan valiosos para el conocimiento de las Letras ecuatorianas como el "Estudio preliminar" puesto al frente del volumen titulado Primicias de la poesía quiteña (Quito: Casa de la Cultura, 1954), y el ensayo Los poetas quiteños de "El ocioso en Faenza" (1957-1958).

Sin embargo, su producción literaria es valorada en la actualidad, principalmente, por su prosa de ficción, iniciada a finales de los años cincuenta con la publicación de una espléndida colección de relatos, La manzana dañada (Quito: Casa de la Cultura, 1958). Su extraordinaria capacidad para captar lo más hondo de la psicología humana, patente ya en estas narraciones breves, quedó plenamente confirmada en el transcurso de aquel mismo año, cuando dio a la imprenta su primera novela, titulada La espina (Buenos Aires: Losada, 1958), celebrada unánimemente por la crítica y los lectores como una de las mejores narraciones extensas de su tiempo. Entregado luego a esa febril actividad periodística mencionada en el parágrafo anterior, tardó doce años en volver a los anaqueles de las librerías con una nueva obra de ficción, titulada La llave perdida (Caracas: Monte Ávila, 1970). Posteriormente, publicó Mala procesión de hormigas (Quito: Casa de la Cultura, 1978).

Bibliografía

  • ANSALDO, Cecilia: "Carrión, Alejandro", en MEDINA, José Ramón [dir. literario]: Diccionario Enciclopédico de las Letras de América latina (DELAL), Caracas: Biblioteca Ayacucho/Monte Ávila Editores Latinoamericana, 1995, vol. I, pp. 928-929.

  • CARRIÓN, Benjamín: "Alejandro Carrión", en El nuevo relato ecuatoriano, Quito: Casa de la Cultura, 1950.

  • PÉREZ, Galo René: Alejandro Carrión. La otra historia, Quito: Casa de la Cultura, 1976.

J. R. Fernández de Cano.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.