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LiteraturaBiografía

Caro Baroja, Julio (1914-1995).

Escritor y antropólogo español, nacido en Madrid el 13 de noviembre de 1914 y muerto en Vera de Bidasoa (Navarra) el 18 de agosto de 1995, que está considerado como el más destacado representante de la etnografía, la etnología y la antropología españolas del siglo XX.

Nació en el seno de una familia de intelectuales, era hijo del editor Rafael Caro Raggio, y sobrino del novelista Pío Baroja y del pintor Ricardo Baroja, con quienes mantuvo una estrecha relación humana e intelectual. Cursó las enseñanzas medias, entre 1921 y 1931, en el Instituto Escuela, y hubo de interrumpir la carrera de Historia en la Universidad de Madrid debido a la Guerra Civil, que se vio obligado a pasar en Vera de Bidasoa. Finalmente, obtuvo la licenciatura en 1940 y el doctorado en 1941, con una tesis sobre Viejos cultos y viejos ritos en el folklore de España. Casi inmediatamente comenzó a impartir clases como ayudante en la Universidad de Madrid. En las primeras etapas de su formación tuvo entre sus profesores a los antropólogos vascos Telesforo de Aranzadi (1860-1945) y José Miguel de Barandiarán (1889-1991), así como a los prehistoriadores y arqueólogos alemanes Hugo Obermaier (1877-1946) y Adolf Schulten (1870-1960).

Los relevantes resultados que desde la más temprana juventud obtuvo Julio Caro Baroja en el terreno de la etnografía y de la etnología españolas hicieron que en 1944 fuera nombrado director del Museo del Pueblo Español de Madrid, cargo del que dimitiría diez años después. En 1949 y 1950 tuvo una de las experiencias que más influyeron en su trayectoria vital e intelectual: la de las expediciones por Murcia y Andalucía junto con el joven antropólogo norteamericano George M. Foster, director del Instituto de Antropología Social de la Smithsonian Institution de Washington. A raíz de aquel viaje fue invitado por Foster a pasar el año 1951 en la capital norteamericana, y posteriormente trabajaría en Oxford en 1952 y 1953. Entre sus dos estancias en Oxford realizó una fructífera expedición de campo, de varios meses de duración, en el Sáhara. Entre 1957 y 1960 fue profesor de Etnología en la Universidad de Coimbra (Portugal), y en 1960 dirigió programas de estudios en la École Pratique des Hautes Études de París. En 1963 ingresó en la Real Academia de la Historia. En 1973 fue profesor en la Universidad de Wisconsin y, desde 1978 hasta su muerte en 1995, fue director de la Revista de Dialectología y Tradiciones Populares publicada por el CSIC en Madrid. Entre 1981 y 1983 fue catedrático de Antropología Filosófica en la Universidad del País Vasco. Durante años fue también director de varios proyectos de investigación y cursos de etnografía en el CSIC de Madrid. En 1983 recibió el premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, en 1985 el Premio Nacional de las Letras Españolas, y en 1986 ingresó en la Real Academia de la Lengua Española.

Julio Caro Baroja fue el más activo introductor en España de los principios, teorías y métodos etnográficos, etnológicos y antropológicos que se cultivaban en su época en Europa y en los Estados Unidos. Su contribución a estas disciplinas en España fue tan fundamental como lo fue la proyección que su labor tuvo en el extranjero y el interés que consiguió despertar por la cultura tradicional española en las Universidades europeas y norteamericanas. Entre las materias que más centraron su interés destacan, muy en primer lugar, el estudio de la cultura y la lengua vascas; también profundizó de manera excepcional en la etnología comparada de los pueblos hispánicos, especialmente de las minorías como los judíos y los moriscos, y en la de los pueblos mediterráneos y norteafricanos en general; en el estudio de los ciclos festivos anuales, de la mitología popular, de la brujería, de la tecnología tradicional y de los elementos de interés etnográfico en la literatura clásica grecolatina y en la de los Siglos de Oro españoles. Fue además un especialista de relieve mundial en el campo de la mitología y de la leyendística comparadas.

A la edad de quince años publicó su primer estudio etnográfico, titulado Algunas notas sobre la casa en la villa de Lesaka, que apareció en el Anuario de Eusko-Folklore (1929). Sería el primero de más de medio millar de trabajos científicos que verían la luz hasta su muerte. En 1932 y 1933, la misma revista publicaría estudios sobre Monumentos religiosos en Lesaka y Cuatro relaciones sobre hechicería vasca. Al año siguiente la aparición de su primer libro, Tres estudios etnográficos relativos al País Vasco (1934), prologado por su maestro Barandiarán, reafirmaba su interés por los estudios vascos, que se mantendría a lo largo de su vida. Hitos importantes dentro de esta orientación, que cubriría tanto la cultura material como la espiritual del pueblo vasco, serían la monografía de corte etnográfico La vida rural en Vera de Bidasoa (1944), el estudio lingüístico Materiales para una historia de la lengua vasca en su relación con la latina (1945-1946), el volumen con miras más teóricas y antropológicas e influido por el funcionalismo europeo Los vascos. Etnología (1949), Vasconiana (1957), Los vascos y la historia a través de Garibay (Ensayo de biografía antropológica) (1972), y los diecinueve monumentales volúmenes de Estudios vascos (1973-1991) en los que agruparía por materias numerosos artículos publicados en revistas científicas y algunos trabajos inéditos. Estrecha relación con sus estudios sobre la cultura vasca tienen los que dedicó a Navarra, con títulos capitales como La hora navarra del XVIII (personas, familias, negocios e ideas) (1969), los tres volúmenes de la Etnografía histórica de Navarra (1971-1972) y La casa en Navarra (1982).

La contribución de Julio Caro Baroja a la etnología y antropología general fue también densa y variada. El primero de sus libros importantes en este terreno fue el Análisis de la cultura (Etnología-Historia-Folklore) (1949), que sería después complementado con Lo que sabemos del folklore (1967), De la superstición al ateísmo (1974), Una imagen del mundo perdida (1979), La aurora del pensamiento antropológico (1983), Paisajes y ciudades (1984), Los fundamentos del pensamiento antropológico moderno (1985), y Palabra, sombra equivocada (1989), todos ellos ricos en reflexiones teóricas sobre la historia, evolución y actitud de los etnólogos y antropólogos de toda época y lugar frente a las cuestiones sobre el mundo y el hombre que han constituido sus principales preocupaciones.

En el terreno de la etnología española, Caro Baroja fue autor de Los pueblos del Norte de la península ibérica (Análisis histórico-cultural) (1943), Los pueblos de España. Ensayo de Etnología (1946), La ciudad y el campo (1966), El mito del carácter nacional. Meditaciones a contrapelo (1970), Temas castizos (1980), Del viejo folklore castellano (1984), Estudios ibéricos (1985), De etnología andaluza (1993), etc. Aunque no fueron realizados con un plan ni objetivos globales y sistemáticos, su conjunto cubre todas las épocas y casi todos los ámbitos geográficos de la España peninsular, y constituyen una aportación fundamental al estudio de la etnología y el folklore españoles.

Aunque el enfoque historiográfico es el que prevalece en volúmenes como la España primitiva y romana (1957), Vidas poco paralelas (con perdón de Plutarco) (1981), Noticia histórica del XIX español (1982) o Las clases populares de Madrid (1985), todas estas obras se hallan enriquecidas por numerosos datos y excursos sociológicos y etnográficos, que de hecho se hallan dispersos también incluso dentro de sus obras más teóricas.

La investigación historiográfica combinada con la sociológica, religiosa y antropológica informa también los estudios de Caro Baroja sobre las minorías étnicas y sociales españolas: Los moriscos del reino de Granada (1957), Razas, pueblos y linajes (1957), Los judíos en la España moderna y contemporánea (1961-1962), La sociedad criptojudía en la corte de Felipe IV (1963), Inquisición, brujería y criptojudaísmo (1970) y Las falsificaciones en la Historia (en relación con la de España) (1991). En el campo de la etnología e historiografía no españolas, fue autor de unos Estudios saharianos (1955), cuyo rigor metodológico y riqueza de informaciones e interpretaciones sobre la cultura de los nómadas del antiguo Río de Oro los convierte en obra muy destacada dentro del panorama crítico de estas disciplinas en España. El interés que por la misma época sintió por el norte de África se trasluce igualmente en sus Estudios mogrebíes (1957).

Estrecha relación con el estudio de las minorías religiosas o raciales en España tienen sus análisis de las minorías marginales, que quedaron retratadas en Las brujas y su mundo (1961), obra que orientó en buena medida la discusión que acerca de la cuestión hechiceril se estaba produciendo en Europa por aquellos años, y en Realidad y fantasía en el mundo criminal (1986). Algunas de las incursiones monográficas de Caro Baroja en el terreno de los textos literarios se hallan fuertemente ligados a sus estudios sobre el mundo del hampa y de las actividades y oficios marginados, como ejemplifican su antología de Romances de ciego (1966) y su Ensayo sobre la literatura de cordel (1969).

Muchas reflexiones de Caro Baroja sobre historia social, magia y superstición quedaron reflejadas en títulos como Vidas mágicas e Inquisición (1967), El señor inquisidor y otras vidas por oficio (1968), Teatro popular y magia (1974), Las formas complejas de la vida religiosa (Religión, sociedad y carácter en la España de los siglos XVI y XVII) (1978), Introducción a una historia contemporánea del anticlericalismo español (1980) y Jardín de flores raras (1993). Puede afirmarse sin lugar a dudas que este conjunto de obras suyas constituye la aportación más profunda y sistemática que se ha realizado en España en torno a las mentalidades, ideologías, sociología y antropología de los Siglos de Oro en España.

La dedicación de Caro Baroja a la mitología y a la leyendística comparada ha quedado reflejada en libros como Algunos mitos españoles (Ensayo de mitología popular) (1941), Linajes y bandos (1956), Ritos y mitos equívocos (1974) y De los arquetipos y leyendas (1989), obras que, partiendo de la metodología aplicada sobre todo por las escuelas críticas alemanas, consiguieron insertar, en un marco teórico amplio y profundo, una parte del extraordinario patrimonio mítico-leyendístico de los pueblos hispánicos.

Estrecha relación, y no pocas coincidencias e interferencias de metodología y objetivos con este grupo de estudios, tienen los que dedicó a las fiestas populares españolas contempladas en un marco multicultural, como quedó reflejado en El carnaval (Análisis histórico-cultural) (1965), Estudios sobre la vida tradicional española (1968), La estación de amor (Fiestas populares de mayo a San Juan) (1979) y El estío festivo (1984), acaso sus obras de mayor difusión popular.

Especialmente en la época en que dirigió el Museo del Pueblo Español, Caro Baroja demostró también gran interés por la cultura material, como quedó reflejado en el Catálogo de la colección de cuernas talladas y grabadas (1950), De instrumentos utilizados en la elaboración del lino y fabricación del hilo (1951), De almireces (1951), y De sonajeros (1952), del Museo del Pueblo Español. Un compendio fundamental de todos sus estudios en este terreno lo constituye el volumen de Tecnología popular española (1983). También sintió Caro Baroja un gran interés por la ciencia fisiognómica y por la pintura, especialmente la retratística y la costumbrista, cuestiones a las que dedicó numerosos artículos y libros como La cara, espejo del alma (Historia de la fisiognómica) (1987) y Arte visoria (1990).

Julio Caro Baroja fue además autor del libro de recuerdos biográficos Semblanzas ideales (1972), y de uno de los más importantes y atractivos volúmenes de memorias que ha dado la literatura española: el de Los Baroja (1972), donde ofrece un retrato agudo y profundo de su familia y de sí mismo, de su entorno intelectual y humano, y de la sociedad española de buena parte del siglo XX. También reflejó de manera viva y profunda no sólo su pensamiento, sino también sus opiniones y actitudes vitales, en las entrevistas reunidas en los volúmenes Disquisiciones antropológicas (1985), realizado en colaboración con Emilio Temprano, y Conversaciones en Itzea (1991), en colaboración con Francisco J. Flores Arroyuelo. Es igualmente autor de un libro de cuentos donde se entremezclan ficción, historia y sus propios dibujos ilustrativos: el titulado Las veladas de Santa Eufrosina: cuentos para marionetas (1995). Sus dibujos etnográficos y su pintura personal, de estilo figurativo, constituyen, además, un patrimonio aún no lo suficientemente atendido ni valorado; una parte de su obra gráfica está dispersa, a modo de ilustración, en varios de sus artículos o libros, otra parte fue reunida en el volumen Los mundos soñados de Julio Caro Baroja (1989), y otra en catálogos de sus exposiciones, como la denominada Fantasías y devaneos (Dibujos de campo), que se presentó en varias ciudades españolas.

Aunque la no sistematización de su metodología científica y la enorme diversidad de sus intereses a lo largo de más de sesenta años de trayectoria intelectual han provocado algunas críticas, la contribución de Julio Caro Baroja a los estudios de etnografía, etnología y antropología españolas ha sido considerada fundamental por muchas razones: porque introdujo en España los métodos de análisis y los modelos de interpretación más modernos y actualizados que están vigentes fuera de nuestras fronteras; porque los aplicó a cuestiones -folklore, minorías marginadas, etc.- por lo general muy desatendidas e infravaloradas, como objetos de estudio en nuestro país; por su profundo conocimiento y su continuada práctica tanto del trabajo de campo etnográfico como de la reflexión teórica antropológica; y por la interdisciplinariedad de su enfoque, que al combinar y sumar las perspectivas histórica, arqueológica, antropológica, sociológica, política, artística, tecnológica, etc., aplicadas al estudio de las creencias y los modos de vida tradicionales de los pueblos del estado español, logró articular un marco teórico indispensable para el resto de las exploraciones, presentes y futuras, sobre la cultura y la mentalidad hispánicas.

Bibliografía

  • Homenaje a Julio Caro Baroja (Madrid, 1978).

  • B. Porcel, Retrato de Julio Caro Baroja (Barcelona, 1987).

  • J. Caro Baroja: Premio Nacional de las Letras Españolas, 1985 (Barcelona-Madrid, 1989).

  • J. Caro Baroja, Los mundos soñados de Julio Caro Baroja (Barcelona, 1989).

  • M. Á. Marrodan, Historial artístico de Julio Caro Baroja (Madrid, 1993).

  • A[ntonio] C[arreira] V[érez], "Caro Baroja, Julio", Diccionario histórico de la antropología española, eds. C. Ortiz García y L. Á. Sánchez Gómez (Madrid, 1994) pp. 175-183.

  • F. Maraña, Julio Caro Baroja: el hombre necesario (1914-1995) (Zarautz, [1995]).

  • A. Carreira, Julio Caro Baroja, etnógrafo (Santander, 1995).

  • [Homenaje a Julio Caro Baroja], Revista de Dialectología y Tradiciones Populares LI (1996).

J. M. Pedrosa.

Autor

  • jmp