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QuímicaMedicinaGeologíaBiografía

Carbonell y Bravo, Francisco (1768-1837)

Científico español nacido en Barcelona en 1768 y fallecido en la misma ciudad en 1837.

Hijo de farmacéutico, Carbonell hizo sus primeros estudios en el seminario tridentino de su ciudad natal, para cursar a continuación la carrera de farmacia, de la que, al concluir a los veinte años, necesitó la dispensa de edad para ejercer. Se trasladó a Madrid para perfeccionar sus estudios en el Museo de Historia Natural y en el Jardín Botánico, y cursó física, química, mineralogía y botánica a lo largo de tres años. Continuó Carbonell su larga preparación científica en la Universidad de Huesca, donde se doctoró en medicina en 1795. Durante los tres años siguientes impartió clases de química en el Colegio de Farmacia de Barcelona, donde se mostró ya decidido partidario de las tendencias modernas de la disciplina. Interesado en mejorar su formación, asistió durante tres años a la Escuela de Medicina de Montpellier, donde se doctoró de nuevo en medicina y cirugía en 1801 y realizó estudios de física experimental, historia natural y química.

Carbonell resultó fuertemente influido por las enseñanzas de Jean Antoine Chaptal, que determinaron su futura orientación con respecto a la química. A su vuelta a España, pasó dos años en Madrid siguiendo los cursos de química de Joseph Louis Proust y de mineralogía de Christian Herrgen. Al volver a Barcelona en 1803 fue nombrado profesor de química aplicada a las artes por la Real Junta de Comercio, aunque las clases no pudieron comenzar hasta culminados los preparativos en 1805. Se iniciaron con un auditorio selecto, similar al que siguiera los cursos de Proust en Madrid, lo que hubiera podido determinar un fracaso análogo al de aquél. Sin embargo, a los dos meses de empezar las clases, en el curso de una demostración de la síntesis del agua, sobrevino un desgraciado accidente en el que Carbonell perdió un ojo. A partir de aquel momento sólo concurrieron los alumnos realmente interesados, sobre los que pudo desarrollarse una importante labor. Se vio ésta truncada por la invasión francesa, que determinó la marcha de Carbonell a Mallorca, donde permaneció entre 1808 y 1814 ejerciendo diversas tareas docentes.

En 1815 se reintegró a la cátedra de la Junta de Comercio, que abandonaría al ser nombrado catedrático de química de la Universidad de Barcelona en 1822. Poco tiempo ejerció Carbonell este último cargo, pues un ataque de apoplejía le dejó con graves dificultades en el habla. Aunque Carbonell fue un químico práctico y hombre destacado de laboratorio, no son las investigaciones propias las que encumbraron su figura. Además de numerosos peritajes oficiales, realizó estudios sobre la preparación del salitre y otros compuestos inorgánicos, que no le trascendieron. Su auténtico lanzamiento sobrevino tras la publicación en 1796 de sus Elementos de Farmacia, en versión latina, que tuvo versiones ampliadas y ya en castellano en 1802, 1805 y 1824. Debe reseñarse como hecho insólito que la versión latina se imprimió rápidamente en París, y que se hicieron dos traducciones francesas sobre sucesivas ediciones españolas en 1803 y en 1820. Este libro fue obligatorio en las facultades de farmacia españolas y de texto en algunas francesas. El éxito de la obra se basaba en la universalidad y solidez de los conocimientos de su autor y en su facilidad expositiva. No obstante, el rasgo más original de Carbonell con respecto a la química española debe señalarse en su convencimiento de la trascendencia de la figura profesional del químico con respecto a la industria: "Tenemos irrefragables pruebas de que la química filosófica o general, es capaz por sí sola de poner a un fabricante y a un artista en estado de dirigir con tino, conocimiento y ventaja, el establecimiento propio o puesto a su cargo." Su concepción de la química, coincidiendo con Antoine François Fourcroy, la define como una ciencia "que se ocupa en descubrir, rectificar, extender, perfeccionar y simplificar las operaciones químicas peculiares de las artes y manufacturas". Desde esta perspectiva hay que considerar la tarea docente de Carbonell y muchos de sus escritos y traducciones, entre éstas la monumental obra de Chaptal en cinco volúmenes titulada Química aplicada a las artes. Las pinturas, los tintes, la destilación del vino y otros temas análogos fueron tratados por Carbonell a través de la sección de química a su cargo en las Memorias de agricultura y artes, que editó la Junta de Comercio entre 1815 y 1821. También redactó un plan de estudios para las ciencias naturales, publicado en 1813 con la intención de poner su experiencia al servicio de la instrucción pública, que debía desarrollarse a partir de la Constitución de 1812. Es de señalar el papel destacado que en la química representaron muchos de sus discípulos, como Josep Mateu Bonaventura Orfila, José Garriga y Buach, Agustín Yáñez y Girona y José Camps y Camps.

Bibliografía.

  • J. F. PIFERRER. Pharmaciae Elementa Chemiae recentioris fundamenta inixa. Barcelona, 1796. las restantes ediciones, en castellano, todas de Barcelona, Francisco Piferrer, 1802.

  • TEXERÓ, M. Ensayo de un plan general de enseñanza de las ciencias naturales. Palma, M. Domínguez, 1813.

Véase también Maffei, vol. I, p. 127 y vol. II, p. 565.

Estudios.

YÁÑEZ Y GIRONA, A. Elogio histórico del doctor don Francisco Carbonell y Bravo, Barcelona, Academia de Ciencias y Artes, 1838.
OLMEDILLA Y PUIG, J. Glorias de la ciencia, Madrid, E. Medina, 1876, pp. 111-119.
QUINTANA MARI, A. y CARBONELL Y BRAVO, F. Ión, 4 (1944), 768-769.
MOLES Y ORMELLA, E. Del momento científico español 1775-1825 [Discurso de ingreso en la Academia de Ciencias], Madrid, C. Bermejo, 1934.

Autor

  • José María López Piñero / Eugenio Portela Marco