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LiteraturaBiografía

Cao Xueqin o Ts'ao Hsüeh-ch'in o Ts'ao Chan (1715-1763).

Escritor chino del período correspondiente a la dinastía Qing, nacido en 1715 y fallecido en 1763. Nombrado, según las diferentes transcripciones occidentales, tanto Cao Xueqin como Ts'ao Hsüeh-ch'in o Ts'ao Chan, ha pasado a la historia de la literatura universal por su obra titulada Honglou men o Hung lou meng (El sueño en el pabellón rojo, también traducida como El sueño de la habitación roja), considerada como uno de los paradigmas de la belleza literaria.

Nacido en el seno de una familia acomodada (era hijo de un alto funcionario de la ciudad oriental de Nankín o Nanjing, capital de la actual provincia de Jiangsu), sufrió en su niñez los efectos de la imparable decadencia no sólo de sus progenitores, sino de toda la región por la que se había extendido hasta hacía pocos años la preponderancia de los suyos. Instalado en Pekín cuando apenas contaba trece años de edad (1728), vivió rodeado de suma pobreza, lo que no le impidió procurarse una excelente formación cultural que, unida a su innata sensibilidad literaria, le permitió darse a conocer en los círculos literarios de la capital, en los que fue bien recibido a pesar de su modesta situación económica y el desprecio con que se le trataba en los ambientes oficiales. Ello llevó a Cao Xueqin a integrarse plenamente en los foros de artistas e intelectuales comprometidos con la situación política del país, en los que pronto hizo gala de un valeroso talante inconformista. Como la mayor parte de los autores de la dinastía Qing, Cao Xueqin reparó en la degradación extrema de la sociedad en que vivía e hizo objeto de sus sátiras y censuras a los gobernantes y administradores responsables de este declive, trabajando en la misma brecha que habían abierto otros escritores inconformistas como Pu Songli (o P'u Sung-Ling, 1640-1715), con sus famosos relatos recopilados en Lian-chai chih-i (Extraños cuentos de Liaozhai), y Wu Jingzi (o Wu Ching-tzu, 1701-1754), con su no menos célebre narración satírica titulada Ju-lin wai-shih (Los letrados), donde se cuestiona con crudeza realista la efectividad y transparencia de los exámenes planteados por el gobierno para adjudicar los puestos más relevantes en la administración del estado.

En esa misma estela se inscribe El sueño del pabellón rojo, una espléndida narración (considerada por no pocos críticos y lectores como la obra más carismática de la literatura China) que Cao Xueqin dejó incompleta en el momento de su muerte, a pesar de haber empeñado en su redacción los mejores años de su vida y la mayor parte de su exitosa carrera literaria. En efecto, a la muerte de Xueqin su obra magna sólo había circulado, de forma fragmentaria, en varios manuscritos inconclusos que, para acabar de complicar su lectura, proponían diferentes variantes de la trama argumental en el punto en que quedaba interrumpida la novela, justo en el capítulo ochenta. A título póstumo, la obra apareció publicada en su integridad por vez primera entre 1791 y 1792, en una versión constituida por ciento veinte capítulos, de los cuales los últimos cuarenta eran obra del continuador de la novela, Gao E. (o Kao E.), quien aparece mencionado por Cao Xueqin en las últimas páginas que dejó escritas.

En El sueño del pabellón rojo, Cao Xueqin recrea con inigualable delicadeza lírica (y, al mismo tiempo, con asombrosa fidelidad realista) la vida de unos personajes cultos, pertenecientes a la aristocracia de la nación, cuyas principales actividades familiares giran en torno a un jardín. Según las interpretaciones de la crítica posterior, el gusto de Xueqin por la alegoría lírica y el acopio de ingredientes fantásticos permite adivinar una mayor vinculación del autor con el budismo que con la tradición taoísta; pero, en cualquier caso, la pulcritud formal, la pureza del lenguaje empleado en su construcción y la riqueza lírica acumulada en sus páginas no distrajeron a Cao Xueqin en su empeño de denunciar -con planteamientos cercanos, en este punto, a la mejor tradición realista- la corrupción de la política oficial y los excesos cometidos en nombre de la moral vigente. Sutilmente, el autor excluye de su texto algunos datos históricos que podrían haberle puesto en un serio compromiso con las autoridades de la época, para centrar el poderoso alcance de su censura en la creación de una atmósfera onírica donde los elementos subjetivos, aparentemente autobiográficos, aportan en conjunto la visión crítica del autor. Por lo demás, la construcción de los personajes pone de manifiesto con inigualable maestría las contradicciones en que viven de contino estos personajes pertenecientes a las clases sociales privilegiadas; y, en líneas generales, tanto el trazado de estos personajes como la descripción de los ambientes alcanzan un grado de belleza y perfección pocas veces logrado en la literatura china de cualquier época. Considerada, por ello, como una de las obras universales de las Letras del país, El sueño del pabellón rojo ha sido para muchas generaciones de lectores chinos el emblema del inconformismo y la regeneración a través del arte; sus valores fueron reconocidos por los intelectuales del denominado "Movimiento del 4 de mayo de 1919" (que propugnaba la utilización literaria de la lengua hablada y pretendía utilizar la literatura como palanca para el renacimiento cultural de China) y, posteriormente, por la crítica oficial de la Revolución Cultural de Mao Zedong.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.