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Ocio y entretenimientoBiografía

Cano Ruiz, Manuel, "El Pireo" (1943-VVVV).

Matador de toros español, nacido en Córdoba el 30 de julio de 1943. En el planeta de los toros es conocido por el sobrenombre de "El Pireo", apodo que, tomado directamente del nombre del bar que su familia regentaba en Córdoba, es usado en la actualidad por su hijo, el joven novillero Rubén Cano.

La afición que sentía desde niño le indujo a participar en cuantos festivales y festejos menores se ponían a su alcance dentro de su entorno comarcal, hasta que el día 4 de junio de 1961, sin haber cumplido aún los dieciocho años de edad, se vistió de torero por vez primera en el pueblo cordobés de Bélmez. Poco después, el día 17 de septiembre de aquella misma temporada, se presentó oficialmente ante sus paisanos de la capital cordobesa. Inició así una brillante andadura novilleril que, después de tres años de firme y seguro aprendizaje, le permitió hacer su primer paseíllo las arenas de la plaza Monumental de Las Ventas (Madrid). Corría, a la sazón, el día 10 de mayo de 1964, fecha en la que Manuel Cano Ruiz ("El Pireo") se midió con un encierro de don Andrés Parladé, acompañado en los carteles por los jóvenes novilleros Gabriel Aguilar y Rafael Corbelle. Y aunque aquella tarde pasó inadvertida su labor, quiso su buena fortuna que, al volver a Madrid cuatro días después, triunfara muy notablemente frente a un encierro de don Baltasar Ibán.

Este triunfo abonó el terreno para que, unos meses más tarde, "El Pireo" pudiera cumplir su sueño de tomar la alternativa. Tan emotivo evento tuvo lugar en las arenas de su Córdoba natal, el día 26 de septiembre de 1964. Aquella tarde, el genial diestro madrileño -aunque nacido en Caracas- Antonio Mejías Jiménez ("Antonio Bienvenida") le cedió los trastos con los que había de dar lidia y muerte a un toro perteneciente a la vacada de don Carlos Núñez. Citado en calidad de testigo, el coletudo cordobés Gabriel de la Haba Vargas ("Zurito") contempló cómo "El Pireo" se llevaba el galardón de un apéndice auricular de su primer enemigo.

Convertido, de repente, en uno de los diestros principales del escalafón de matadores de toros, Manuel Cano Ruiz firmó y cumplió en la campaña de 1965 un total de setenta y un ajustes, entre los que hay que destacar el que le sirvió para confirmar su alternativa en la Villa y Corte. Dicho festejo se verificó en plena Feria de San Isidro, el día 18 de mayo del mencionado año, en presencia del célebre estoqueador madrileño Julio Aparicio Martínez, que comparecía en calidad de padrino, y del no menos famoso espada sevillano Francisco Romero López ("Curro Romero"), que hacía las veces de testigo. Aquella tarde, "El Pireo" confirmó su alternativa muleteando y estoqueando a Estribero, un toro negro zaino que se había criado en las dehesas de don Antonio Pérez Angoso.

Esta exitosa campaña española le permitió alargar la temporada por tierras hispanoamericanas, en donde se esperaba con verdadera expectación que revalidara los triunfos cosechados en España. Y, en efecto, fue torero más destacado en la feria limeña del Señor de los Milagros, por lo que recibió el galardón del Escapulario de Oro. Aprovechando la estela de estos éxitos, regresó a la Península Ibérica y se "hartó" a firmar contratos, hasta el extremo de que puso término a la campaña de 1966 colocado en el segundo puesto del escalafón, tras el magisterio indiscutible del sevillano Francisco Camino Sánchez ("Paco Camino"). Sin embargo, su buena fortuna comenzó a declinar, inexplicablemente, a partir de la temporada siguiente, en la que sólo intervino en cuarenta corridas. En la campaña de 1968 el número de ofertas descendió a dieciocho, por lo que optó por retirarse del toreo durante las temporadas de 1969 y 1970.

Reaparecido en el año 1971, comprobó que ni sus nombre ni sus facultades parecían preludiar una reconquista del antiguo esplendor: lo primero, porque en toda aquella temporada sólo vio inscrito el apodo de "El Pireo" en cinco carteles; y lo segundo, porque en la última corrida en que intervino -un mano a mano con su paisano Florencio Casado Morales ("El Hencho"), verificado el día 23 de agosto en la localidad pacense de Olivenza-, se dejó vivo a su primer enemigo, un burel marcado con el hierro de Morales Calle. A raíz de esta postrera actuación, optó por hacer definitiva su retirada.

Autor

  • JR.