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LiteraturaBiografía

Camino Calderón, Carlos (1884-1956).

Narrador y ensayista peruano, nacido en Lima en 1884 y fallecido en Trujillo (capital del departamento de La Libertad) en 1956. En su amena y variada producción narrativa, caracterizada por la amplia gama de registros genéricos que abarca, cabe destacar una serie de obras en las que exhibe su amplio conocimiento del folklore y las tradiciones de su país natal.

Autor de vocación tardía -si se prescinde de unos anecdóticos versos juveniles que publicó en las revistas Balnearios y Barranquinos-, se dio a conocer como escritor a los cuarenta años de edad, cuando dio a la imprenta el relato extenso titulado Ildefonso (1924), con el que se adentró en el género de la narrativa histórica. No era, ciertamente, una obra demasiado afortunada, por lo que pasó inadvertida para la crítica especializada, que tampoco apreció la novela extensa publicada por Camino Calderón en el transcurso de aquel mismo año. Se trata de La Cruz de Santiago (Trujillo, 1924), obra que explora también la ficción histórica, ahora en el contexto de las conspiraciones que se desataron en la Lima perteneciente a la Corona española, en pro de la emancipación del país. Narra la peripecia de un muchacho peruano que, por ser hijo de padres españoles pertenecientes a la nobleza, es enviado a España para que reciba allí una selecta educación. A su regreso al Perú, se integra entre los conjurados que buscan la independencia del país y, por encargo expreso de San Martín, adopta una falsa personalidad -la de un patriota argentino- para desempeñar una delicada misión en Lima.

Tras un largo silencio literario de más de diez años, Carlos Camino Calderón volvió a los anaqueles de las librerías con una nueva narración histórica, El caballero de Santiago (1935), obra en la que dejó patente un estilo más llano y natural, ajeno ya a la hinchazón retórica que dominaba en sus escritos anteriores (particularmente, en La Cruz de Santiago, demasiado lastrada por el virtuosismo estilizante característico del Modernismo tardío).

Tras la publicación de una interesante obra miscelánea titulada Anecdotario de los libertadores (Lima, 1940), el escritor limeño sorprendió gratamente a críticos y lectores con una obra excepcional. Se trata de la novela El daño (Lima, 1942), actualmente considerada como una de las piezas más brillantes de la narrativa peruana de la década de los años cuarenta, en la que Carlos Camino plasmó sus notables conocimientos acerca de la cultura y las tradiciones de su pueblo. Subtitulada “Novela de la costa peruana”, esta obra refleja a la perfección las condiciones de vida de los yuncas, indios costeros que, desde antes de la llegada de los conquistadores españoles, rendían culto al sol -máximo representante, en su mitología, del poder en el cielo- y al jaguar -que encarnaba para ellos la fuerza más poderosa en la tierra-. La novela describe morosamente los usos y costumbres de este pueblo, sus herramientas, vestidos y objetos de artesanía (huacos de barro, chales elaborados con tejidos vegetales y plumas de pájaros multicolores, etc.), sus ritos funerarios (embalsamamiento de cadáveres), sus supersticiones y brujerías, etc.

Al año siguiente, Carlos Camino Calderón publicó la novela La ilusión de Oriente (Lima, 1943), en la que dejó un interesante testimonio literario de su condición de viajero desengañado por el Norte de África. Luego, deseoso de emular las celebérrimas Tradiciones peruanas del también limeño Ricardo Palma, decidió redactar su propia colección de textos de naturaleza similar, que habían dado lugar ya a un género específico en las Letras peruanas -representado por unas narraciones breves elaboradas a partir de episodios históricos o anécdotas populares de carácter ligero y burlesco-. Fue así como publicó sus Tradiciones de Trujillo (Trujillo, 1944) y Tradiciones de Piura (Trujillo, 1944), obras en las que no alcanzó, en modo alguno, la calidad del modelo original creado por Palma.

Pocos meses después de la aparición de estas dos obras, Carlos Camino Calderón volvió a hacer gala de su magnífico conocimiento de la cultura popular de su tierra al publicar su valioso Diccionario folklórico del Perú (Lima, 1945). Y, al cabo de dos años, incrementó su ya notable producción impresa con Mi molino (Lima, 1947), título que cabe situar entre lo más selecto de su obra -junto con la ya citada novela El daño-. Se trata de una excelente colección de cuentos centrados en tres constantes temáticas que se repiten a lo largo de todos sus escritos: la figura de la madre, la cultura popular y el mundo de los niños.

Pocos volúmenes de relatos fueron tan celebrados en su tiempo como Mi molino, integrado por los siguientes cuentos: "Camino y compañía", "De puertas adentro", "El sombreo y el bastón", "Perico Guardián", "Botavara", "Belcebú", "La hermanita", "La apuesta", "Las jaurías de Otero" y "La familia Pichilín". Este último -considerado por la crítica especializada como una de las piezas maestras de la narrativa breve peruana- Camino Calderón cuenta la trágica historia de un modestísimo torero negro, Rafael Matas "Pichilín", quien, a pesar de sentir un miedo cerval a los toros, cada domingo por la tarde sale a la plaza a jugarse la vida para mantener a su esposa y a su nutrida prole.

Bibliografía

  • GONZÁLEZ VIGIL, Ricardo. El cuento peruano. 1942-1958 (Lima: Ediciones Copé, 1991).

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.