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MedicinaBiografía

Caldera de Heredia, Gaspar (s. XVII).

Médico español de origen portugués que vivió en la segunda mitad del siglo XVII. Nació en Sevilla en 1591 y murió también en Sevilla, en fecha posterior a 1668.

Recibió su primera formación en centros de la Compañía de Jesús y estudió después medicina en la Universidad de Salamanca. Ejerció la profesión en Carmona y, a partir de 1638, en Sevilla. Fue médico del conde de Niebla y desempeñó alguna actividad docente en la Universidad de Sevilla. En la década de los treinta comenzó la redacción de obras sobre diversos temas médicos, científicos y políticos. Algunos de ellos parecieron impresos de forma independiente, aunque casi todos quedaron inéditos hasta que, en su mayor parte, fueron recogidos en los dos volúmenes del Tribunal Medicum, Magicum et Politicum (1658) y en las Tribunalis Medici Illustrationes et Observationes Practicae (1663).

Caldera fue una de las figuras más destacadas del galenismo "moderado" en la España de mediados del siglo XVII. Lo mismo que Gaspar Bravo de Sobremonte, Pedro Miguel de Heredia y otros autores de esta mentalidad, aceptó novedades procedentes de las corrientes modernas como rectificaciones parciales, pero sin abandonar el sistema médico tradicional. Admitió descubrimientos anatómicos y fisiológicos como los vasos quilíferos pero, sobre todo, estuvo influido por el paracelsismo. Conocía perfectamente, no sólo la producción de Paracelso, sino también los escritos de los responsables del "Paracelsan Revival", de los quemiatras de la primera mitad del siglo XVII y de eclécticos como Daniel Sennert, a todos los cuales citó repetidas veces en sus obras.

Igual que otros galenistas moderados, incorporó plenamente los medicamentos químicos e incluso la interpretación paracelsista de la acción de algunos remedios tradicionales, como el opio. Por el contrario, se resistió a introducir la quemiatría en los saberes patológicos, que continuó exponiendo y aplicando de acuerdo con los esquemas galénicos. Solamente en alguna afección concreta, como la gota, cedió en parte ante la teoría paracelsista de las enfermedades tartáricas.

El Tribunal incluye, bajo el título de Tractatus per-utilis et necessarius de peste, la versión latina de un estudio, que Caldera había redactado originalmente en castellano, sobre la terrible epidemia que padeció Sevilla en 1649. Describe en él la propagación de la misma a partir de la peste que había afectado a Valencia en 1647 y a Murcia en 1648. Interpreta sus causas desde los supuestos tradicionales de la "corrupción del aire" y las conjunciones astrológicas adversas. Se refiere asimismo al contagio, citando la teoría de los "seminaria" de Girolamo Fracastoro. La parte de mayor interés del tratado corresponde a la descripción de la espantosa catástrofe que la epidemia supuso para todos los estratos sociales de la ciudad de Sevilla. Afirma que fallecieron catorce médicos y más de un centenar de cirujanos y barberos, y estima que en total hubo unas doscientas mil muertes, cifra exagerada según las investigaciones actuales de epidemiología histórica. Se ocupa también de la fenomenología clínica, aportando casos propios que han hecho opinar a Riera que se trató de una epidemia conjunta de peste y tifus exantemático.

Las obras de Caldera ofrecen estudios sin carácter sistemático de un gran número de enfermedades. En general, están basados en casos clínicos propios o procedentes de la experiencia de médicos amigos. El relato patográfico de muchos de ellos va acompañado de protocolo de autopsia, que Caldera practicó de modo habitual. Por ejemplo, al exponer la autopsia de un caso de litiasis vesical, afirma disponer de "larga experiencia" por haber practicado "muchas en el anfiteatro de esta ciudad de Sevilla". Entre los demás temas clínicos a los que se refiere, destacan las enfermedades neuropsiquiátricas y las pulmonares. Muy amplia es, por ejemplo, su exposición sobre el tubérculo pulmonar, en la que sigue fielmente la concepción de Galeno.

Caldera supo aprovechar la posición que conservaba Sevilla como centro del comercio y de la navegación a las Indias para ocuparse de nuevos productos americanos, que no habían conocido los grandes tratadistas del Renacimiento. En sus Illustrationes et Observationes Practicae figura un estudio sobre la quina titulado De Pulvere febrifugo Occidentalis Indiae, que escribió en contestación a una consulta de Girolamo Bardi, médico residente en Roma y seguidor de la iatroquímica. Es una fuente histórica clave para la historia de la utilización terapéutica de la quina, ya que está basada en noticias que Caldera había recibido directamente del Perú, en hechos sucedidos en Sevilla de los que había sido protagonista o testigo, y en su propia experiencia clínica y terapéutica. Expone la forma en la que los españoles aprendieron el remedio de los indios de la región de Quito, su introducción en Europa por Juan de la Vega, primer catedrático de medicina de la Universidad de Lima y médico de cámara del virrey conde de Chinchón, durante su estancia en Sevilla el año 1641, y la manera en la que se difundió, indicando que el cardenal jesuita Juan de Lugo, también sevillano, contribuyó a darlo a conocer desde Roma a partir de 1645. Se ocupa después de las “cualidades” terapéuticas de los polvos de quina y de su método de administración para curar las fiebres intermitentes. El contenido de este texto de Caldera, confirmado por los estudios sobre el tema de Gaspar Bravo de Sobremonte (1669) y de Diego Salado Garcés (1678), no sólo desmiente la famosa leyenda según la cual la introductora fue la condesa de Chinchón, sino que rectifica algunos aspectos de los trabajos históricos en los que Haggis (1941) y Jaramillo Arango (1950) refutaron esta leyenda y otros “errores fundamentales de la historia inicial de la quina”, pero sin tenerlo en cuenta.

Se refiere también con detenimiento al chocolate, al que llama "preciosa bebida". Informa que se difundió en nuestra península por las mismas fechas que la quina, tras haberse convertido en bebida habitual entre los españoles residentes en México. Las bebidas son precisamente el capítulo dietético que con mayor detalle estudió, ofreciendo amplia noticia de todas las que se consumían en la España de la época.

El Tribunal Magicum de Caldera de Heredia es el último título importante de la amplia serie de tratados españoles sobre la magia publicados durante el siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII. Su acercamiento al tema es todavía el tradicional, ya que apenas se insinúa la relación con las corrientes modernas, característica de la subcultura científica extraacadémica a partir de entonces. El médico sevillano continúa utilizando la distinción canónica entre "magia natural", y "negra" y "artificial", y se ocupa también, en este contexto, de la alquimia y de las "propiedades ocultas" de los venenos. En cuanto al Tribunal Politicum, corresponde a la abundante literatura arbitrista sobre los problemas económicos, sociales y políticos de la España de la época. Está muy influido por el género renacentista de las utopías, en especial la de Tomás Moro.

Bibliografía

Fuentes

Tribunal, Medicum, Magicum et Politicum. Pars prima. Leyden. J. Elsevir, 1658.
Tribunal Magicum, quo Omnia quae and Magiam spectant, accurate tractatur et explanatur. Seu Tribunalis Medici pars altera, Leyden, J. Elsevir, 1658.
Tribunalis Medid Illustrationes et Observationes Practicae, Amberes, J. Meursius, 1663.

Bibliografía

  • HERNÁNDEZ MOREJÓN, A.: Historia bibliográfica de la medicina española, 7 vol., Vda. de Jordán e hijos, 1842-1852, vol. V, pp. 203-244.

  • THORNDIKE, Lynn: A History of Magic and Experimental Science, vol. VII, New York, Columbia University Press, 1958, pp. 323-337.

  • LÓPEZ PIÑERO, José María: Ciencia y técnica en la sociedad española de los siglos XVI y XVII, Barcelona. Labor, 1979.

  • RIERA, Juan: Gaspar Caldera de Heredia. Médico español del siglo XVII. Salamanca. Instituto de Historia de la Medicina Española, 1970.

  • LÓPEZ PIÑERO, J. M., CALERO, F.; “De pulvere febrifugo Occidentalis Indiae” (1663), de Gaspar Caldera de Heredia y la introducción de la quina en Europa. Valencia, Instituto de Estudios Documentales e Históricos sobre la Ciencia, 1992 [incluye la traducción al castellano del texto].

José María López Piñero

Autor

  • Enciclonet