Antonio de la Calancha (1584-1654): El Cronista de la Época Colonial Peruana
Antonio de la Calancha (1584-1654), conocido por su crónica sobre la Orden de San Agustín en el Perú, fue una de las figuras más destacadas en la historia de la literatura y la historiografía del Virreinato del Perú. Este cronista y erudito peruano, nacido en Chuquisaca, dejó una profunda huella tanto en la historia como en la cultura de su tiempo, gracias a sus investigaciones minuciosas y su estilo de escritura característico, que capturó la vida y las tradiciones del Perú colonial. Su obra no solo tiene valor histórico, sino que también refleja las tensiones políticas y sociales entre los criollos y la corona española durante los siglos XVII y XVIII.
Orígenes y contexto histórico
Antonio de la Calancha nació en 1584 en la ciudad de Chuquisaca, en lo que hoy es Bolivia. Provenía de una familia con raíces andaluzas, aunque su madre, doña María de Benavides, era criolla. Su padre, Francisco de la Calancha, ostentaba el rango de Capitán y fue encargado de la encomienda de Ambana en Larecaja. A pesar de la herencia noble de su familia, Calancha renunció a la sucesión de la encomienda a una edad temprana, enfocándose en su formación religiosa y académica.
A los catorce años, tomó el hábito agustiniano en el convento de su ciudad natal. En su búsqueda de conocimiento, se trasladó a Lima, donde estudió teología en la Universidad de San Marcos, uno de los centros educativos más prestigiosos de la época en América Latina. A lo largo de su vida, Antonio de la Calancha no solo destacó como teólogo, sino también como un escritor prolífico y un cronista que dejó valiosos testimonios sobre la sociedad peruana colonial.
Logros y contribuciones
La principal obra de Antonio de la Calancha, Crónica moralizada de la Orden de San Agustín en el Perú, publicada en 1638 en Barcelona, se considera una de las crónicas más significativas de la época. En esta obra, el autor se dedicó a exaltar tanto su orden religiosa como su patria. A través de este trabajo, Calancha dio a conocer la historia de la Orden de San Agustín en Perú, describiendo con gran detalle los esfuerzos evangelizadores de la orden y su papel en la formación social y cultural de la región. Fue la primera de las crónicas de las órdenes evangelizadoras que se publicó, antecediendo incluso la obra del franciscano Buenaventura Salinas y la del padre dominico Meléndez.
A lo largo de su vida, Calancha se dedicó a la recopilación de información sobre las tradiciones orales y la mitología preincaica, un aspecto crucial de su obra. En este sentido, su estilo de escritura, aunque ampuloso y recargado, se nutría de las fuentes orales y las leyendas populares que recogió durante su estancia en diversas regiones del Perú, como la costa, el Cuzco, Arequipa, y Trujillo. La obra de Calancha es un testimonio valioso de la cultura popular de la época, al integrar mitos y leyendas andinas en su narrativa, lo que le otorga una relevancia especial en el campo de la etnología y la historia de la región.
Momentos clave en la vida de Antonio de la Calancha
La vida de Antonio de la Calancha estuvo marcada por varios momentos que definieron tanto su trayectoria como cronista como su carrera religiosa. A continuación, algunos de los eventos más significativos:
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Estudios y formación religiosa: A los 14 años, Calancha tomó el hábito agustiniano, lo que marcó el comienzo de su vida dedicada a la teología y la vida monástica.
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Estancia en Potosí (1610-1614): Durante estos años, Calancha vivió en la ciudad de Potosí, donde fue testigo del auge minero y de las condiciones sociales y económicas que definían la vida colonial en la región. Esta experiencia tuvo un impacto profundo en su visión del mundo y en sus escritos posteriores.
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El terremoto de 1619 en Trujillo: Este devastador evento, ocurrido cuando Calancha era prior en Trujillo, dejó una profunda impresión en el cronista, quien lo incluyó en sus relatos sobre las ciudades y la vida cotidiana en el Perú colonial.
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La publicación de la «Crónica moralizada»: En 1638, Calancha publicó la primera parte de su crónica, que se convirtió en un referente fundamental para entender la historia de la Orden de San Agustín en América. Aunque la segunda parte de la obra nunca llegó a publicarse, la primera es una de las crónicas más importantes del período.
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Su influencia sobre otros cronistas: Calancha fue una figura influyente en la historiografía peruana. Su obra dejó una huella significativa en otros cronistas, como Bartolomé Arzans de Orzúa y Vela, quien se inspiró en el trabajo de Calancha para escribir sus propios relatos sobre la historia de la ciudad de Potosí.
Relevancia actual
La relevancia de Antonio de la Calancha trasciende su época. Su obra ha sido clave para entender no solo la historia religiosa del Perú colonial, sino también las complejas relaciones entre la Corona española, los criollos y los pueblos indígenas. Su crónica sobre la Orden de San Agustín, que exalta la labor de su orden en el proceso de evangelización y en la configuración del Perú colonial, es una de las primeras manifestaciones de un sentimiento de reivindicación criolla, que se hizo más evidente en las generaciones siguientes.
Al mismo tiempo, Calancha participó en el movimiento cultural de los cronistas del siglo XVII que empezaron a cuestionar la manera en que se llevó a cabo la Conquista de América. Sus escritos, junto con los de otros pensadores como Juan de Solórzano y Antonio de León Pinelo, presentaron una crítica a la explotación de los nativos y a las injusticias cometidas por los colonizadores. Calancha, con un estilo que incorporaba elementos de la astrología y la teología, también es uno de los precursores de una visión más compleja sobre la historia y las culturas indígenas.
Estilo y legado
El estilo literario de Calancha es una característica notable de su obra. Fervientemente influenciado por el culteranismo y la corriente gongorina, su escritura está marcada por la complejidad y la retórica barroca. Sus textos a menudo adoptan la forma de sermones, con un lenguaje grandilocuente y cargado de imágenes poéticas, que a veces pueden dificultar su lectura. Sin embargo, detrás de este estilo ornamentado se encuentra una rica fuente de información sobre la vida colonial, las creencias religiosas, y las tradiciones orales que recopiló de diversos pueblos del Perú.
A pesar de las críticas que pudo haber recibido su estilo, el legado de Calancha perdura, especialmente en la historiografía del Perú colonial. Su obra es una ventana invaluable para entender los procesos sociales, culturales y religiosos que marcaron la época de la colonización en América. La influencia de su pensamiento y sus investigaciones se sigue percibiendo en los estudios históricos y etnológicos del país, siendo considerado uno de los cronistas más importantes de su tiempo.
La obra de Antonio de la Calancha es un testimonio de su dedicación al estudio de la historia y las tradiciones del Perú, que hoy día sigue siendo fundamental para la comprensión de la época colonial. Su legado, tanto en la literatura como en la historiografía, continúa siendo una pieza clave para entender los complejos procesos sociales y culturales que definieron la historia del Perú.
MCN Biografías, 2025. "Antonio de la Calancha (1584-1654): El Cronista de la Época Colonial Peruana". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/calancha-antonio-de-la [consulta: 17 de octubre de 2025].