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PolíticaHistoriaBiografía

Bustamante Dueñas, Juan (1808-1868).

Intelectual, político y comerciante peruano, nacido en Vilque, el 24 de junio de 1808, y muerto el 3 de enero de 1868. Destacó en la defensa de la raza indígena y se le señala como promotor de la rebelión indígena de Huancané (Puno), en 1867. Fue hijo de Mariano Bustamante Jiménez, arequipeño de origen español, y de Agustina Dueñas Vera, natural de Cabanillas (Puno) y descendiente, según su bisnieta Consuelo Ramírez de Torres, de Tupac Amaru, famoso líder de la gran rebelión de 1780.

Durante las décadas de 1840 y 1850 fue diputado al Congreso, y figuró entre quienes redactaron la Constitución liberal de 1856. Entre marzo de 1841 y febrero de 1844, según parece, por encargo del ministro de Estado, realizó un largo viaje a Europa. Estuvo en España, Inglaterra, Italia, Hungría, Grecia, y también en Estados Unidos, Cuba, Panamá, Jamaica, Trinidad, Egipto, Israel, India y China. En Roma fue recibido por el papa Gregorio XVI, quien le concedió indulgencia hasta su tercera generación; en Jerusalén obtuvo un diploma de Caballero del Santo Sepulcro. Con las experiencias de esta aventura escribió el libro Viaje al viejo mundo por el peruano Juan Bustamante, publicado en 1845. Realizó un segundo viaje después, que lo llevó a un nuevo libro: Apuntes y observaciones civiles, políticas y religiosas con las noticias adquiridas en este segundo viaje a Europa (1849). En éste relató su discurrir por el sur peruano (Puno, Cuzco, Ayacucho y Huancayo) y por Bélgica, Dinamarca, Suecia, Rusia, Polonia, Alemania y Francia.

Los libros de Bustamante, lamentablemente no reeditados, son curiosos, puesto que difieren del patrón común de los libros de viajes, hechos por europeos visitantes de mundos apreciados como exóticos y primitivos. Bustamante visitó las minas españolas de Almadén, sugiriendo la implantación en Huancavelica de procedimientos más modernos para el trabajo minero. También trajo ejemplares ovinos de raza merino, que introdujo en Puno. En 1850 publicó un folleto sobre las minas de oro de Carabaya en el departamento de Puno.

Se dice que antes de uno de sus viajes al viejo mundo repartió una de sus haciendas entre sus colonos. En el terreno económico, se dedicó con marcado éxito a la agricultura y la ganadería, impulsando el comercio de la lana, que era una de las pocas mercaderías que la región del sur colocaba en el mercado mundial.

Junto con otros intelectuales, entre los que estaban Narciso Aréstegui, Baltazar Caravedo, José Casimiro Ulloa y José Manuel Amunátegui, fundador de El Comercio, fundó en los años sesenta la "Sociedad Amigos de los Indios". En el periódico de Amunátegui se abrió una columna titulada "Asuntos de indios" donde la Sociedad publicaba diversas denuncias sobre las expoliaciones de que eran objeto los pobladores del interior. En 1867 publicó una compilación de sus escritos bajo el título Los indios del Perú.

Fue también intendente de Lima, cargo desde el cual se encargó de la canalización del río Rímac, y prefecto de Cuzco en 1864, desde donde obtuvo la separación de la Diócesis de Puno de la de Cuzco. Se hizo presente con el grado de Coronel en el combate del 2 de mayo contra la flota española.

La trayectoria de Bustamante muestra que las puertas de la política, el comercio, la ilustración y la alta burocracia no estaban cerradas a un mestizo de fortuna que gozara de los contactos necesarios. Su mérito fue poner esa situación privilegiada al servicio del mejoramiento de la situación de los naturales. 1867 fue un año clave en la vida de nuestro hombre. Era un tiempo de convulsión política, a raíz de la revolución de Diez Canseco en Arequipa contra la dictadura de Mariano Ignacio Prado, que dio paso a una guerra civil generalizada. Prado había preparado una nueva Constitución, que disponía la reinstauración de una contribución personal, sobre la base del proyecto de la contribución del jornal de Pardo. Puno fue uno de los pocos lugares donde la contribución comenzó a ser levantada.

Bustamante se erigió como Personero de las comunidades de Huancané para pedir protección a sus propiedades y la rebaja de la contribución. Envió una encuesta a varios generales que habían sido prefectos de Cuzco y Puno (José Miguel Medina, Manuel de Aparicio, Ramón Vargas Machuca, M. N. Morote, Rudecindo Beltrán y el coronel Miguel Zavala) para que sus respuestas alertasen sobre la situación de los indios en la región. Parece que los reclamos de las comunidades de Huancané se mezclaron con los bandos en pugna en la guerra civil. Bustamante habría estado del lado de Prado y trató de controlar la sublevación de los indios de Huancané, encauzándola del lado del gobierno. El 12 de noviembre de 1867 se libró una cruenta batalla en Huancané entre las fuerzas del coronel Recharte, del lado revolucionario, y las del gobierno. Las rencillas entre las propias comunidades indígenas afloraron y fueron explotadas por los bandos en pugna. Luego de varios enfrentamientos, el 30 de diciembre de 1867 las huestes de Bustamante consiguieron tomar la capital departamental. Surgieron entonces divergencias con otros dirigentes del gobierno a raíz de los desmanes "de la indiada" en Puno. El desborde de ésta era un peligro para el régimen.

Se produjo el contraataque de Recharte en Pusi el 2 de enero de 1868. Bustamante fue derrotado y hecho prisionero. Al día siguiente, luego de ser obligado a cargar cadáveres, fue entregado a la furia de los indios seguidores de Recharte, quienes lo ultimaron con lanzas, palos y piedras. La represión de Recharte contra las comunidades puestas del lado del gobierno: Huancané, Vilque Chico y Moho, fue sangrienta, cometiéndose ahorcamientos, saqueos y destierros a las minas de Carabaya. La Sociedad Amigos de los Indios denunció las matanzas.

Nació entonces la leyenda de Juan Bustamante. Dícese que llegó a tomar el nombre de Tupac Amaru III, y que su cadáver fue hallado varios días después en una gruta en buen estado de conservación (lo que dado el frío y la sequedad del lugar era posible). Comenzaron las romerías al lugar, aunque el cuerpo fue sepultado en el cementerio de Pusi. Bustamante, al igual que Teodomiro Gutiérrez Cuevas, el célebre "Rumi Maqui", era un liberal que veía la recuperación de la raza indígena, tarada por tres siglos de colonialismo, en su integración a la economía moderna y bajo la tutela del gobierno. Su figura ha sido ubicada en ocasiones, sin embargo, en el lado de quienes se propusieron desafiar a la república criolla, reivindicando el Tawantinsuyu y un orden atávico, lo que, bien visto, estuvo lejos de su propósito.

Autor

  • Carlos Contreras