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HistoriaGeografíaMedicinaBiografía

Bueno y Alegre, Cosme (1711-1798).

Médico español, nacido el 9 de abril de 1711 en Belber (Aragón), y muerto en Lima en 1798. Está considerado como el precursor de la medicina clínica, y desarrolló su actividad en Perú durante el siglo XVIII.

Estudió Gramática Latina y primeras letras en España. En 1730 viajó a la capital del virreinato peruano, donde se convirtió en doctor en Medicina. Inicialmente cursó Farmacia y Ciencias Naturales, para continuar posteriormente con las materias de Medicina. En 1750 se graduó en Medicina por la Universidad de San Marcos, y ese mismo año se convirtió en catedrático de Método Galeno, médico de los presos del Tribunal del Santo Oficio y de los hospitales de Santa Ana (1753), San Bartolomé (1760) y San Pedro (1761). De esta manera, dio gran impulso a la medicina clínica, que en esos tiempos empezaba a difundirse en América.

Según Francisco Alayza, Bueno recibió las influencias de Petit y Bottoni, médico italiano que ejerció su profesión en Lima en la primera mitad del siglo XVIII; así como la de Boerhaave, fundador de la escuela ecléctica de Leiden, y la de su discípulo Joseph de Jussieu, que residió en Lima de 1755 a 1770. Ya en el siglo XVII, Sydenham había planteado que la enfermedad se originaba en el esfuerzo que desplegaba el organismo para combatir la “especie morbosa”, con lo cual retornaba a la concepción racionalista hipocrática. Luego, Boerhaave se dedicó a la búsqueda de la lesión anatómica ocasionada por esta especie morbosa y relacionó sus hallazgos con la sintomatología, sentando las bases del método anátomo-clínico, desarrollado por los discípulos de la Escuela de Viena.

Bueno, en efecto, divulgó la obra de la Escuela Clínica de Leiden en el Perú, e introdujo también las teorías de Newton. Como consecuencia de esto, Bueno (según la descripción de su discípulo Gabriel Moreno) fue el "primer prosélito de Newton en el Perú". Desde la cátedra de Método Galénico, que ocupó en 1750, influyó a toda una generación de médicos peruanos, incluyendo el numeroso grupo de mulatos a los que enseñó privadamente. Prefirió la Anatomía completa de Martín Martínez a los textos continentales estipulados en el currículum oficial, y a él se le debió la moda, en el Perú, de las obras de Martínez.

Para la curación, llegó a aplicar remedios en base a productos como la cascarilla, el opio y el antimonio, así como la cicuta, el bálsamo de acero y el mercurio. Cobró fama por sus aciertos farmacológicos para curar los males, que se basaban en relacionar la salud con las influencias cósmicas. En los casos de fallecimiento, Bueno ordenaba la autopsia, que era practicada por los cirujanos Miguel Utrilla y su discípulo Antonio Tena, quienes buscaban la lesión anatómica siguiendo los postulados de la Escuela de Leiden, enseñados por el maestro.

Fue catedrático de Prima de Matemática y sus estudios en ese campo los orientó principalmente a la astronomía. Los cursos que dictaba versaban sobre diferentes tópicos, como Geometría y Trigonometría (1786), Óptica (1787) y Dióptica (1788). Por sus conocimientos en este campo fue nombrado Cosmógrafo Mayor del Virreinato en 1758. De acuerdo con José Durand, a partir de 1757, el doctor Bueno se encargó de la publicación de unos opúsculos anuales o almanaques, usualmente llamados Conocimiento de los Tiempos. En la Lima de aquella época existía una pobre actividad editorial, por lo que Bueno incorporó diferentes informaciones aprovechando que su impresión y venta eran seguras. Las más apreciadas fueron sus descripciones geográficas del Virreinato. Entre 1779 y 1792, juntó estos opúsculos con una Guía de Forasteros, limitada solamente a Lima, pero de gran utilidad. Cuando, en 1793, Hipólito Unanue tuvo a su cargo las Guías Virreinales, Bueno continuó confeccionando los almanaques, tal como lo hacía al inicio, hasta el final de su vida en 1798. Lo sucedió en esta labor el doctor Gabriel Moreno. En efecto, publicó por más de cuarenta años los almanaques peruanos, que contenían información climatológica, geográfica, astronómica y médica.

Fue un clínico activo e innovador. En 1778 se desató una epidemia de viruela, frente a la cual el médico recomendó que se procediera a su inoculación. Del mismo modo que lo había practicado diez años antes en Popayán, utilizó las costras de los enfermos para salvar muchas vidas, con lo cual se anticipaba al descubrimiento de Jenner. Sobre este tema, Cosme Bueno escribió un importante artículo titulado “Parecer sobre la inoculación de las viruelas”. La fama de este médico se difundió más allá del virreinato peruano, por lo que fue nombrado miembro de la Academia Médica de Madrid en 1768 y, tiempo después, de la Sociedad Médica Vascongada. Su huella se dejó ver en sus discípulos y los seguidores de éstos: Francisco de Rúa, José Manuel Dávalos, Gabriel Moreno e Hipólito Unanue, entre otros.

En 1784, Hipólito Ruiz le consultó sobre las propiedades del bejuco de la estrella (Aristolochia fragrantissima) y él, por su parte, usó en su práctica clínica el extracto de quina que le proporcionó Ruiz. Como director del almanaque Conocimiento de los tiempos, desde 1757 a 1798, escribió sobre muchos temas científicos. Su descripción geográfica del virreinato, Perú, Chile y La Plata, apareció en dicho almanaque entre 1764 y 1778. Esta geografía estaba organizada, de acuerdo con la mentalidad tradicional, en corregimientos y la establecida jerarquía de ciudades, villas, pueblos y anexos, así como en las divisiones eclesiásticas de obispados y provincias. En la introducción, una especie de sistematización, señaló la falta de suficientes observaciones locales de latitud y longitud para poder hacer buenos mapas.

En su artículo "Disertación físico experimental sobre la naturaleza del aire y sus propiedades”, demostró su conocimiento de las ideas meteorológicas corrientes en Europa: la presión del aire y sus efectos sobre la fisiología humana, la presencia de agua en el aire, el ciclo hidrológico y las causas de los vientos.

Atacó la astrología como una pseudociencia y desautorizó la pretensión de Juan José Carriel de Castro de haber descubierto cómo cuadrar un círculo y determinar en una sola operación la longitud en el mar. Demostró, asimismo, en su "Disertación sobre el Arte de Volar”, la inviabilidad de la idea de atar alas a los correajes militares; según él, los músculos pectorales humanos eran demasiado finos en relación al tamaño y densidad del cuerpo que hay que sostener en vuelo.

Otro de los textos significativos dentro de su producción fue la “Disertación sobre los antojos de la mujeres preñadas”, en el que discutía la idea de que las madres transmitían al feto enfermedades y estados de ánimo. Una de las causas era el antojo, que era definido por el médico como un apetito vehemente de alguna cosa extraña o usual que no fue satisfecha dentro de cierto espacio de tiempo. Pero, continúa Bueno, de esto no se seguía que las mujeres embarazadas tuviesen motivo para ejecutar cosas extravagantes y, mucho menos, poco decentes. El reputado médico concluía que, por no cumplir los antojos de las madres, el feto no salía deforme ni se ocasionaría un aborto; eso se debía más bien a la imaginación de las madres. Estas reflexiones respondían a toda una preocupación propia de la época por la obstetricia, que estaba en sus inicios. Dicha preocupación se revelaba a través de las numerosas referencias al tema en las publicaciones que circulaban en Lima a fines del siglo XVIII. Justamente, el artículo de Bueno apareció en El Conocimiento de los Tiempos, de los años 1794 y 1796, que se distribuía junto con la Guía de Forasteros. Asimismo, escribió un “Catálogo histórico y cronológico de los Virreyes y Gobierno del Perú”.

Por todo ello, es considerado uno de los precursores de la medicina científica en el Perú.

Otros de sus escritos son: Descripción de las provincias de la América meridional; Descripción de las provincias pertenecientes al Obispado de Huamanga; Descripción de las provincias pertenecientes de Obispado de Santiago; Descripción de las provincias pertenecientes de Obispado del Cuzco; Descripción de las provincias pertenecientes al Arzobispado de la Plata; Descripción del Obispado de la Asunción; Descripción del Obispado de Tucumán; y Descripción del Obispado de Concepción.

Bibliografía

Fuentes

ODRIOZOLA, Manuel de. Documentos literarios del Perú, vol. III. (Lima; Imprenta del Estado, 1872). Incluye: "Descripción de las provincias pertenecientes al Arzobispado de Urna"; "Disertación sobre el arte de volar"; "Disertación sobre la naturaleza del ayre y sus propiedades"; y "Parecer... sobre la representación que hace el Padre Fray Domingo de Soria para poner en práctica la inoculación de las viruelas".
Informe del catedrático de matemáticas sobre el punto fixo. (Biblioteca de la Universidad de San Marcos, 1768).
VALCÁRCEL, Daniel. "Descripción del Perú", en Geografía del Perú virreinal (siglo XVIII). (Lima: 1951).

Estudios

MORENO, Gabriel. "Elogio del doctor don Cosme Bueno", en Documentos literarios del Perú, de Manuel de Odriozola.
PAZ SOLDÁ, Carlos Enrique. "Isaac Newton y los albores de la escuela médica peruana", en Anales de la Sociedad Peruana de Historia de la Medicina, vol. 4. (1943).
"D. Cosme el precursor", en Anales de la Sociedad Peruana de Historia de la Medicina, vol. 1. (1939).

Autor

  • Thomas F. GlickClaudia Rosas L.