Brugnoli, Francisco (1935-VVVV).
Artista chileno, nacido en Santiago el 10 de octubre de 1935, creador de colages y estructuras compuestas de los más diversos objetos, ha sido uno de los más destacados artistas de su país en este tipo de disciplina plástica durante las últimas tres décadas del siglo XX.
En principio Brugnoli encaminó su carrera hacia la medicina, pero pronto se percató de que su auténtica vocación era el arte. En 1959 inició estudios en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, y posteriormente ingresó en la Facultad de Arte de la Universidad Católica. En dichos centros recibió clases de maestros reconocidos de la pintura chilena como Mario Carreño y José Balmes, y conoció a su futura esposa, la también artista Virginia Errázuriz. Desde mediados de la década de 1960 compaginó la labor docente en la Universidad de Chile con la actividad artística, la cual desarrolló en el seno del grupo Los Diablos, un proyecto artístico liderado por él mismo y plenamente involucrado en la tendencia dominante del momento: el arte pop.
Artista crítico e inconformista, fue relevado de su cargo de profesor como consecuencia del golpe militar de 1973, pero ello no le impidió seguir creciendo hasta convertirse en figura capital del arte experimental chileno: así, en 1974 fue uno de los fundadores del Taller de Artes Visuales, proyecto que fue posible gracias a las donaciones de varios organismos internacionales. En 1980 obtuvo el Premio del Jurado en el Concurso Internacional Print Biennial, celebrado en Noruega, y ese mismo año realizó un curso en la prestigiosa Universidad Internacional de Florencia; también ha permanecido durante largos periodos en Estados Unidos (Universidad de Maryland) y Europa, lugares donde encontró mayores facilidades que en su propio país. En los años noventa fundó la Escuela de Arte de la Universidad Arcis y se reintegró a la actividad docente en la Universidad de Chile, llegando a ocupar el cargo de vice-decano de la Facultad de Arte. En 1998 fue nombrado director del Museo de Arte Contemporáneo.
Brugnoli se inició en la pintura al óleo tradicional, pero la constante búsqueda de un lenguaje que plasmara más eficazmente el carácter social de su arte le hizo inclinarse en los años sesenta por la experiencia "objetual", herencia directa del arte pop y de artistas de vanguardia como Marcel Duchamp. Sus creaciones, realizadas con los más insospechados objetos cotidianos, materiales desechados, ropa, plásticos, textos, imágenes, etc, algunos de ellos restos utilizados anteriormente en otra obra, poseen una lógica propia, un significado que responde a la visión crítica e inconformista del autor respecto a la realidad que le rodea, a la sociedad de consumo que todo lo devora, y al propio concepto tradicional del arte, ante el que adopta una posición de abierta rebeldía. Para ello utiliza, desde luego, un lenguaje mucho más contundente y directo que el empleado en la obra pictórica, ya que como él mismo ha afirmado: "es más fácil crear la comunicación a través de un objeto corriente que se introduce en la tela, que a través de la pincelada". Con sus "pegoteados", nombre que el propio Brugnoli dio a sus colages, se situó a la cabeza del arte vanguardista de su país, jugando un importante papel en la renovación de las artes plásticas chilenas a finales del siglo XX.
Sus piezas más representativas son No se confíe, en la que aún combinaba pintura con arte objetual; Los Alimentos, y Siempre gana público. Brugnoli ha participado en numerosas exposiciones y certámenes internacionales, entre ellos el Salón Oficial de Santiago de 1963; la Trienal de Grabado Latinoamericano de 1979, celebrada en Buenos Aires; la muestra Paisajes en la Galería Sur de Santiago (1983), en la que expuso junto a su esposa; o la IV Bienal de La Habana, en 1991.
