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Ocio y entretenimientoBiografía

Bravo Arciga, Jaime (1931-1970).

Matador de toros mejicano, nacido en Ciudad de México el 8 de septiembre de 1931, y fallecido en las inmediaciones de Zacatecas (capital del estado homónimo) en el mes de febrero de 1970.

Alentado desde muy temprana edad por una poderosa vocación taurina, Jaime Bravo se dejó llevar por su afición y, con tan sólo quince años de edad, ya andaba de maletilla en cuantas tientas y capeas se convocaban en su entorno más cercano. Fue así, poco a poco, forjándose como aspirante a figura del Arte de Cúchares, en un duro aprendizaje autodidacto que, finalmente, le llevó a las puertas de la plaza de toros de Cuernavaca el día 1 de enero de 1950, fecha en la que consiguió enfundarse por vez primera en un terno de luces. Aquella tarde, Jaime Bravo Arciga hizo el paseíllo acompañado por otros dos toreros noveles de su tierra: Gustavo Trejo y Jorge Rodríguez.

No fue mala su actuación en dicho debut, lo que le permitió emprender una más seria andadura novilleril que le condujo directamente, antes de que concluyera aquella campaña de 1950, a su primera novillada asistida por el concurso de los varilargueros, festejo que se verificó en la pequeña plaza del Rancho del Charro el día 20 de noviembre del citado año. A partir de entonces, ya en su última fase como novillero, Jaime Bravo realizó numerosos paseíllos a través de los redondeles de las principales plazas mejicanas, en un brillante colofón de su etapa de aprendizaje que acabó situándolo entre las figuras descollantes del escalafón novilleril azteca.

Este renombre adquirido entre sus paisanos permitió al joven Bravo Arciga cruzar el océano Atlántico para presentar, ante la primera afición del mundo, sus credenciales como aspirante a gran figura del Arte de Cúchares. En efecto, el día 19 de julio de 1953 pisó por vez primera la arena de la plaza Monumental de Las Ventas (Madrid), donde se dio a conocer como novillero en un cartel compuesto, además, por Juan Mejías Jiménez ("Juanito Bienvenida") y el también debutante José Rodríguez ("Coriano"). Se jugaron aquella tarde cuatro novillos de don Graciliano Pérez-Tabernero y dos de Juan Belmonte, y el animoso novillero azteca dejó muestras de ese desmesurado alarde de valor que habría de caracterizar el resto de sus actuaciones delante de las reses bravas.

Así, tras varias funciones de novillos toreadas en suelo español, el día 18 de septiembre de 1955 consiguió que le dieran la alternativa en el coliseo de Palma de Mallorca, donde su padrino, el coletudo salmantino Victoriano Posada Becerro, le facultó para que diera lidia y muerte a estoque a un morlaco criado en las dehesas de Zúmel. En calidad de testigo, hizo asimismo el paseíllo aquella tarde el lidiador madrileño José Ordóñez y Araujo.

A raíz de este doctorado en España -cuya validez es sólo anecdótica, ya que no llegó a verse confirmado en la plaza de toros de Madrid-, Jaime Bravo Arciga pretendió emprender una importante campaña por diferentes cosos hispanos. A pesar de lo avanzado de la temporada, consiguió firmar varios contratos que le llevaron a las arenas de Zafra (Badajoz), Valencia, Sevilla y Barcelona; pero en esta última plaza fue gravemente corneado por un morlaco de don Lisardo Sánchez, que le hirió en el muslo derecho. Corría, a la sazón, el día 6 de noviembre de 1955, por lo que Jaime Bravo retornó a su país natal para reponerse allí de esta cogida, abriendo así un paréntesis en su andadura profesional que, en lo que a sus actuaciones en España se refiere, habría de resultar definitivo.

Ocurrió, en efecto, que en México se convirtió en una figura relevante de la vida social de la nación, en parte por sus intervenciones en algunas cintas cinematográficas de notable difusión (como la titulada Historia de un matador, de ambiente taurino), y en gran medida también por su agitada vida sentimental, que le llevó a casarse y divorciarse en numerosas ocasiones (cabe recordar, al respecto, que sus relaciones con el ámbito cinematográfico le acercaron a un gran número de estrellas del celuloide americano, y que en sus tres últimos matrimonios tomó por esposas, respectivamente, a las actrices Ann Robinson, Julie Foster y Monica Lind.

Pero cuando se hallaba en los momentos más dulces de su fama, poco antes de llegar a cumplir los cuarenta años de edad, un tráfico accidente de circulación puso fin a su vida en una carretera del estado de Zacatecas, a unos treinta kilómetros de la capital.

Autor

  • JR.