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HistoriaPolíticaBiografía

Borbón y de Vallabriga, Luis María de, Infante de España (1777-1823).

Eclesiástico español, infante de España, Conde de Chinchón, Marqués de San Martín de la Vega y cardenal arzobispo de Sevilla y Toledo. Nació en el palacio de Villena de Cadalso de los Vidrios (Madrid) el 23 de mayo de 1777 y falleció en Madrid el 18 de marzo de 1823. El cardenal fue un importante promotor y defensor de la obra constitucional durante la Guerra de la Independencia y un activo político durante el trienio liberal.

Hijo del infante Luis Antonio de Borbón y de doña Teresa de Vallabriga, Luis María recibió al nacer el apellido de Vallabriga, ya que su padre, por una pragmática de Carlos III, había renunciado a sus derechos al trono por su matrimonio morganático, a pesar de que el infante don Luis Antonio estaba por encima de su hermano, el que reinó como Carlos IV, en la linea sucesoria. La familia del infante don Luis María no tuvo una buena acogida en Cadalso de los Vidrios y en 1779 se trasladó a Arenas de San Pedro, donde nacieron las hermanas del infante, doña María Teresa y doña María Luisa. Don Luis María pasó durante su juventud largos periodos en la palacio de Boadilla del Monte, donde convivió con artistas de la talla de Goya, Boccherini o Ventura Rodríguez.

A la muerte de don Luis Antonio en agosto de 1785, el rey Carlos III se hizo cargo de la educación de sus hijos, a los que dio carrera eclesiástica para eliminar sus derechos al trono: don Luis María viajó al palacio arzobispal de Toledo, bajo la tutela de su arzobispo; sus hermanas fueron llevadas al monasterio cisterciense de las Bernardas de Toledo. El infante recibió educación de manos del cardenal Lorenzana y pronto mostró su inclinación hacia la carrera sacerdotal. Doctor en Cánones y Teología por la Universidad de Toledo, su carrera eclesiástica fue meteórica: tras tomar las órdenes sacerdotales fue investido en 1793 arcediano de Talavera y un año después fue autorizada su sucesión al ducado de Chinchón, que cedió a su hermana María Teresa en 1795. Pero fue la boda de su hermana María Teresacon don Manuel Godoy, privado de Carlos III, en septiembre de 1797, la que catapultó a la familia a los más altos honores del reino. En 1799 los hermanos Vallabriga fueron elevados a Grandes de España de primera clase. El 13 de marzo de 1800 don Luis María fue consagrado como obispo de Sevilla; en junio recibió el reconocimiento del uso del apellido Borbón y las armas de la casa real; en octubre recibió de Roma el capelo cardenalicio, con el título de Santa María della Escala y en diciembre fue consagrado arzobispo de Toledo y recibió los títulos de Marqués de San Martín de la Vega, canciller de Castilla y consejero de Estado. Su consagración en Toledo se realizó con grandes fastos, propios de un príncipe de la Iglesia.

Tras el motín de Aranjuez del 17 de marzo de 1808, que produjo el encarcelamiento del valido Godoy y la abdicación de Carlos IV, don Luis María acogió en Toledo a su hermana, que había abandonado a su hija Carlota (a la que odiaba) con la familia real. Tras la coronación de José I Bonaparte como rey de España, el cardenal de Borbón le juró fidelidad para evitar la prisión. Pero en cuanto se empezaron a constituir las juntas provinciales espontáneas para llenar el vacío de poder dejado por el rey, don Luis María y su hermana comenzaron a participar en ellas desde Toledo en la comitiva de la Junta Central. Más adelante, las tropas napoleónicas lograron conquistar toda España a excepción de Cádiz, donde viajó el cardenal con su hermana para seguir ocupándose de los acontecimientos liberales. El 29 de febrero de 1810 don Luis María pasó a formar parte de un Consejo de Regencia, después de que la Junta Central Gubernativa hubiese mostrado sus insuficiencias y se hubiese autodisuelto. Este Consejo de Regencia, encabezado por el obispo de Orense, terminó con la constitución de unas nuevas cortes en Cádiz el 24 de septiembre; el cardenal entregó el poder a las cortes después de oficiar la misa del Espíritu Santo. En las actas, don Luis María firmó el decreto de abolición del tribunal de la Santa Inquisición. Cuando se proclamó la primera constitución de España el 19 de marzo de 1812, el cardenal de Borbón quedó como único regente del reino hasta el regreso de Fernando VII, después de que el obispo de Orense abandonase las cortes por su desacuerdo con la Constitución.

Tras la derrota de Napoleón y la firma del tratado de Valençay, que reconocía a Fernando VII como rey de España, se constituyó en Madrid un nuevo Consejo de Regencia (6 de enero de 1814), integrado por el cardenal don Luis María y dos generales. Las cortes, que no aceptaban los términos del tratado de Valençay, se negaron a entregar el rey el poder hasta que acatase la Constitución. En abril del mismo año, el cardenal viajó a Valencia para encontrarse con Fernando VII, recién llegado a España, y presentarle las reivindicaciones de las cortes; el rey exigió al cardenal que le jurase fidelidad sin condiciones y don Luis María terminó cediendo, dando al traste con la obra del periodo constitucional.

Con la restauración de Fernando VII (4 de mayo de 1814), fueron encarcelados los miembros del Consejo de Regencia, excepto el cardenal Luis María, que fue obligado a retirarse a Toledo y a renunciar a la mitra de Sevilla y sus rentas. Se eliminaron todas las reformas aprobadas en las cortes, incluso se reinstauró el tribunal de la Inquisición. Esta política provocó constantes pronunciamientos militares que acabaron por hacer ceder a Fernando VII, que juró la Constitución el 7 de marzo de 1820. El cardenal de Borbón asumió entonces la representación de las tendencias liberales y presidió la Junta Provisional Consultiva. Durante el trienio constitucional (1820-1823), Luis María de Borbón fue consejero de Estado y presidente de la junta provisional de gobierno. Murió poco antes de un mes de que los Cien Mil Hijos de San Luis (un ejército formado principalmente por franceses) desembarcasen en España y restaurasen de nuevo el absolutismo de Fernando VII.

Don Luis María de Borbón y Vallabriga fue enterrado en la sacristía de la catedral de Toledo, en un sepulcro neoclásico de alabastro labrado en Roma en 1824 por Valeriano Salvatierra. Se conservan también dos retratos de don Luis María, ambos pintados por Goya: uno de cuando era niño y otro de cuando accedió al cardenalato, en el que ostenta las cruces de Carlos III y del Espíritu Santo. La relación del cardenal con Goya no se termina aquí, ya que por encargo suyo, Goya pintó el dos de Mayo en Madrid y Los fusilamientos de la montaña del Príncipe Pío, que fueron exhibidos en la entrada de Fernando VII en Madrid en 1814.

Bibliografía

  • FERNÁNDEZ ALMAGRO, M. Orígenes del régimen constitucional en España. Barcelona, 1928.

  • GÓMEZ DE ARTECHE, J. Historia de la guerra de la Independencia. Madrid, 1868-1903.

  • MARLIANI, M. Histoire politique de l'Espagne moderne (1810-1840). París, 1840.

  • RICO Y AMAT, J. Historia política y parlamentaria de España. Madrid, 1860.

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero