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DeportesBiografía

Bird, Larry (1956-VVVV)

Jugador de baloncesto estadounidense, nacido el 7 de diciembre de 1956 en West Baden (Indiana). Durante el boom de la NBA en los años ochenta, la imagen de uno de los mejores aleros de la historia del baloncesto contribuyó a aumentar la popularidad de este deporte en todo el mundo.

Una carrera repleta de éxitos

Larry Bird

"Es blanco, lento, torpe y apenas salta. Pero llegará lejos". Cuando el anónimo cronista del periódico que cubría la información deportiva del Spring Valley High School escribió estas líneas, Larry Bird ya sabía a la perfección que le iba a tocar convivir con la dichosa frase toda su vida. Pero, como buen hoosier, Bird nació dotado con un talento especial para el deporte de la canasta. Sus inicios fueron duros. Tras destacar en las competiciones de High School, el mítico Bobby Knight le reclutó para jugar la competición universitaria (NCAA) en la prestigiosa Universidad de Indiana. Pero la inmensidad del campus de Bloomington y los expeditivos métodos de Knight (ex-alumno de West Point) hicieron a Bird reconsiderar su decisión y volver a su ciudad natal. Unos días más tarde, cuando estaba a punto de estampar su firma en un contrato... de basurero municipal de West Baden, la pequeña universidad de Indiana State, la hermana pobre del Estado, le ofreció una beca en su programa deportivo. Bird batió en Indiana State todos los récords del equipo. Para ello necesitó tres campañas (1976-1979) y sólo los Spartans de Michigan State, capitaneados por Earvin Magic Johnson, fueron capaces de derrotar a Bird en la final de la NCAA del año 1979, iniciando así el primero de los grandes duelos que eclipsarían a otros protagonistas y que polarizaron el interés del baloncesto mundial en la década de los años 80. Sus evoluciones universitarias no pasaron desapercibidas para el directivo más carismático de la NBA: Arnold Red Auerbach. En una jugada maestra de cambios sobre los derechos del draft, Auerbach y los Boston Celtics habían atado a Bird un año antes de finalizar su etapa en la NCAA.

Bird entró como un torbellino en la competición profesional. Su primera temporada defendiendo los colores verdes se saldó con el galardón de Rookie del Año (Mejor Debutante) y con un aumento de 32 victorias en el nivel del equipo. El quinteto titular de los Celtics (Dennis Johnson, Danny Ainge, el propio Bird, Kevin McHale y Robert Parish) aún es recitado de carrerilla por todos los buenos amantes del baloncesto. En una época en la que el show-time de los equipos del Oeste (con un juego espectacular y vistoso del que los Lakers de Pat Riley y Magic Johnson eran abanderados) parecían dominar la Liga, Bird aportó la chispa de inteligencia, la seriedad defensiva, autoconfianza y fundamentos técnicos precisos para dar el contrapunto necesario. Todo ello estaba aderezado con una monstruosa capacidad para la correcta lectura de los movimientos a realizar en la cancha, una entrega inusual en una estrella profesional y una pasmosa facilidad para el fundamento del baloncesto por excelencia: el tiro. La muñeca de Bird era prodigiosa, con un perfecta mecánica de tiro, capacitada para encestar lanzamientos con gran ángulo de caída casi desde el centro del campo...sin levantar apenas los pies del suelo. Sus tres triunfos consecutivos en el Long Distance Shootout (Concurso de Triples de ALL STAR WEEKEND) así lo atestiguan, pero sería mejor preguntárselo a todos los defensores que tuvieron que claudicar ante su capacidad ofensiva.

Larry Bird.

Conoció las mieles del triunfo colectivo (campeonatos de 1981, 84 y 86), individual (MVP en las temporadas 1984, 85 y 86) y también las del momento de la verdad (MVP de las finales de 1984 y 86). Por ello, cuando la NBA decidió dar luz verde a la incorporación de deportistas profesionales a las selecciones nacionales que competían en el ámbito FIBA y COI, todas las miradas se dirigieron a la espalda de Bird. La última fase de su carrera estuvo, efectivamente, marcada por dolorosas lesiones en la espalda, que incluso le obligaron a pasarse una temporada entera en blanco (1989). Pero Bird aún prestó un último favor a la NBA formando parte del Dream Team que compitió en los Juegos Olímpicos de Barcelona (1992). Junto a Barkley, Jordan, Pippen, Johnson y el resto de estrellas de la NBA, Bird jugó su último partido de baloncesto en el Palau Olimpic de Badalona, ganando (no podía ser de otra manera) la medalla de Oro para Estados Unidos tras derrotar en la final a la selección de Croacia (con Petrovic y Kukoc en sus filas). Con todo, el momento más emocionante estaba aún por llegar. El mejor recuerdo de toda la carrera de Bird llegaría ese mismo año, cuando su número, el 33, el que lució durante doce temporadas defendiendo el Celtic Pride, fue elevado hasta lo más alto de un Boston Garden abarrotado de público, que había pagado su entrada simplemente para poder saludar a Bird y decirle: "gracias por todos estos años".

Bird entrenador de los Pacers

Desde ese mismo día, Bird pasó a disfrutar del tiempo con su familia, su esposa Dinah y sus hijos Connor y Mariah, momentos que anteriormente le habían sido vedados por sus compromisos deportivos. A pesar de que siguió ligado a los Boston Celtics en calidad de asesor técnico, las relaciones con el propietario del equipo, Paul Gaston, no fueron demasiado cordiales (especialmente tras la contratación de Rick Pitino como entrenador de la escuadra verde), por lo que Bird repartió su tiempo de merecido ocio entre su casa de Nápoles (Florida), jugando al golf (una de sus aficiones favoritas), y su retiro espiritual de French Lick (Indiana), un diminuto pueblo de apenas dos mil habitantes en el que Bird creció al cuidado de su abuela Georgia. Sin embargo, el gusanillo de entrenar creció con fuerza en su interior, por lo que, el 12 de mayo de 1997, el propietario de los Indiana Pacers, Donnie Walsh, le ofreció un contrato como entrenador en la franquicia de su estado natal. Bird, deseoso de mostrar en el banquillo toda la sabiduría que atesoró como jugador, aceptó gustoso el envite, por lo que fue presentado como entrenador de la franquicia y debutó el 31 de octubre de 1997; a pesar de la derrota (New Jersey Nets 97- Indiana Pacers 95), Bird auguró: "lo que yo pueda demostrar como entrenador es, ciertamente, una incógnita, aunque anticipo que nací, crecí y me retiré ganando: a lo largo de todos estos años, sólo he creado y buscado victorias". Con el hoosier de French Lick al mando del equipo, la trayectoria de los Pacers fue modélica en la durísima Central Division de la Conferencia Este de la NBA, entablando una fuerte competencia con el dominador de la liga en los noventa, los Chicago Bulls de Michael Jordan, por el primer puesto en la Regular Season dentro de su división. Con un equipo que mezclaba veteranos (Chris Mullin o Mark Jackson) y auténticas realidades de la NBA (Reggie Miller o el holandés Rik Smits), junto a jugadores prometedores (Jalen Rose, Antonio Davis, Travis Best o Dale Davis), los Pacers llegaron a la pausa de febrero para la celebración del All Star Weekend como el mejor equipo del Este, lo que permitió a Bird sentarse en el banquillo para dirigir al combinado de su Conferencia en el All Star Game; mientras que muchos de los protagonistas de la NBA siempre miraban con recelo la obligación de acudir al All Star, Bird volvió a demostrar su agradecimiento a los espectadores, jugadores y miembros del baloncesto estadounidense al mostrarse totalmente entusiasmado con ésta su primera presencia en el evento. Es por ello que las palabras de uno de sus jugadores, Reggie Miller, auguran que no será la última: "con Bird de entrenador me siento como un niño pequeño en una tienda de caramelos. Te machaca en los entrenamientos, es durísimo en sus planteamientos pero, al acabar del trabajo, vuelves a casa y en el canal de partidos históricos, observas cómo anota cuarenta puntos a los Lakers en un partido de play-off. Entonces comprendes más lo que él intenta transmitirnos".

Larry Bird como entrenador

Como no podía ser de otra manera, la irrupción de Bird en el mundo de los técnicos se saldó a la manera acostumbrada por el legendario portador del "33" verde de los Celtics: 50 de los 116 votos para el premio de Mejor Entrenador del Año contenían su nombre, fallo que se hizo público el día 17 de mayo de 1998. El balance de victorias-derrotas de los Pacers en la Regular Season con Bird al frente fue de 58-24, récord de la franquicia de Indianápolis y con una sustancial mejora de 19 victorias con respecto a la temporada 1996-97. Larry Bird se unía así al selecto club de entrenadores que lograron tan preciado galardón en su temporada de debutantes como técnicos de la NBA: Harry Gallatin (1962-63), Johnny Red Kerr (1966-67) y Mike Schuler (1986-87); además, Bird fue el segundo personaje de la historia del baloncesto norteamericano, junto a otro Celtic de leyenda, Tom Heinsohn, en compartir el honor de ser nombrados Rookie del Año, en su año debutante como jugador, y Entrenador del Año, en su primer año como técnico. En la temporada 1997-98, la primera con Bird al frente de los Pacers, únicamente los Chicago Bulls de Jordan, verdugos de Indiana en la final de la Conferencia Este, se interpusieron en el camino de una leyenda, la del Hoosier de French Linck, que avanza a pasos agigantados hacia el lugar más privilegiado dentro de la mitología deportiva del baloncesto mundial. Las palabras que, con respecto al nuevo galardón de Bird, pronunció otro de sus jugadores de los Pacers, Chris Mullin, ilustran bien este sentimiento: "Si Larry se pasase al cine y dirigiese una película, seguro que lograba el Óscar".

Durante sus tres temporadas como técnico consiguió 147 victorias frente a 67 derrotas, e incluso llegó en el año 2000 a las finales de la NBA. Precisamente ese mismo año, después de la aparición en las finales de la NBA, Bird renunció como entrenador, aunque al año siguiente volvió a firmar como director deportivo con el equipo Indianápolis.

Palmarés como jugador

Rookie del año (1980).
Campeón de la NBA (1981, 84 y 86).
MVP del año en la NBA (1984, 85 y 86).
MVP de las finales de la NBA (1984 y 86).
Componente del Primer Equipo de la NBA (1980, 81, 82, 83, 84, 85, 86, 87 y 88).
Componente del Equipo Defensivo de la NBA (1982, 83 y 84).
Seleccionado para el ALL STAR GAME (1980, 81, 82, 83, 84, 85, 86, 87, 88, 90, 91 y 92).
Medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona (1992),

Estadísticas globales en la NBA como jugador

Partidos jugados: 897
Tiros de dos: 8591/17334 (49.6 %).
Tiros de tres: 649/1727 (37.7%).
Tiros libres: 3960/4471 (88.8%).
Rebotes: 8974 (10.04 pp.).
Asistencias: 5695 (6.3 pp.).
Tapones: 755 (0.84 pp.).
Balones robados: 1556 (1.73 pp.).
Puntos totales: 21791 (24.3 pp.).

Autor

  • Óscar Perea Rodríguez