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Ingeniería y tecnologíaBiografía

Bessemer, Henry Sir(1813-1898).

Ingeniero e industrial inglés, nacido en Charlton (Gran Bretaña), el 19 de enero de 1813, fue el descubridor del primer procedimiento económico de obtención del acero.

Hijo de un ingeniero mecánico que trabajaba en la Casa de la Moneda de París, y que volvió a su patria natal cuando estalló la revolución francesa, y de él fue de quien aprendió las nociones básicas de metalurgia. Muy pronto empezó a dar muestras de su genio inventivo, y a los veinte años, había diseñado un procedimiento que evitaba las falsificaciones de los sellos impresos en los documentos oficiales; y aunque la Casa del Timbre adoptó la solución, pues al gobierno le costaban alrededor de unas cien mil libras anuales, Bessemer no fue remunerado por ello. También desarrolló un nuevo método para fabricar polvo de oro a partir de cobre, espantado por el precio del polvo de oro alemán fabricado a mano, que una de sus hermanas compraba debido a su afición a la pintura. Como no pudo patentar su invento, construyó una instalación automática en secreto que hacían funcionar entre él y los tres maridos de sus hermanas. Con ello, logró hacer una pequeña fortuna que invirtió en inventos posteriores como fueron el perfeccionamiento de las prensas de azúcar de caña y un método para la fabricación de láminas continuas de cristal.

Inventó también un nuevo tipo de proyectil, que al girar durante el vuelo, proporcionaba un alcance y una precisión muy superior a las de entonces. Este nuevo inventó llegó a oídos de Napoleón III quien se ofreció a financiar los nuevos experimentos. Aunque Bessemer aceptó la proposición, advirtió que este proyectil necesitaría de cañones de un material mejor que el hierro fundido, pues de no ser así el cañón estallaría a causa de la presión que se requería para lanzar el proyectil. De hecho, los Krupp, especialistas en la producción de acero colado, fabricaron un cañón para proyectiles de 1,3 kg, con un revestimiento de acero colado, que reventó durante unas pruebas realizadas en Berlín en1849.

A él le fueron concedidos los derechos de la patente de fabricación de acero, en concreto para la descarbonización del hierro colado del americano William Kelly, dueño de una herrería de Kentucky, quien se arruinó en 1857, el mismo que patentó el procedimiento. Kelly, de forma empírica, aprendió que el carbono de hierro fundido podía ser eliminado o rebajado por medio de aire, actuando el propio carbono como combustible. El objetivo de Bessemer era el mismo que el de Kelly, como prueba el título de la memoria que leyó el 13 de agosto de 1856 a la British Association for the Advancement of Science "Sobre la fabricación de hierro y acero maleable sin combustible", que apareció publicada al día siguiente en "The Times" y en le mismo mes en "The llustrated London News", lo que demuestra las expectativas que se tenían ante el posible nuevo procedimiento. A diferencia de Kelly, Bessemer pretendía mantener el metal totalmente líquido empleando una temperatura muy alta. Sus primeros experimentos fueron realizados en1855, en un convertidor vertical fijo. Los industriales siderúrgicos invirtieron capital en altos hornos para obtener acero por el nuevo sistema, pero lograron un producto de pésima calidad y acusaron a Bessemer de fraude. No obstante, él continuó con sus experimentos y descubrió que los fallos anteriores se debían a que con este nuevo método no podía emplearse mineral que contuviera fósforo, y él en sus experimentos por casualidad había empleado hierro libre de fósforo; aunque anunció su nuevo hallazgo, los industriales no hicieron caso, por lo que invirtió todo su dinero y el de su familia en sus propias acerías en Sheffield (Gran Bretaña) en 1860 e importó mineral sin fósforo de Suecia. También en 1860 patentó el convertidor basculante, que se ha seguido usando desde entonces, y que fue ideado para evitar las pérdidas de calor colocando toberas cónicas de arcilla refractaria en la parte superior, de forma que permanecieran fuera de acción mientras el metal fundido entraba y salía del convertidor; durante el proceso de conversión el convertidor giraba de forma que las toberas quedaran al fondo, lo que permitía que la corriente de aire fuera impulsada hacia arriba a través del metal fundido.

El método era rápido, pues convertía en acero 25 toneladas de hierro en 25 minutos; su inconveniente era el intenso calor al que estaban sometidos los obreros, lo que originó una investigación del Home Office, ya a finales de siglo.

El problema de las impurezas del fósforo fue resuelto por un científico aficionado S. G. Thomas y su primo Percy Gilchirist en 1878, quienes introdujeron en los ladrillos refractarios del convertidor y en la carga piedra caliza, con la que se combinaba el fósforo para formar escoria básica; posteriormente R. F. Mushet perfeccionó el procedimiento mediante la adición de hierro, manganeso y carbono, con el objeto de evitar el exceso de oxígeno y graduar la proporción de carbono al acero, puesto que la proporción de carbono requerida era relativamente alta.

A los diez años de ser inventado, el acero Bessemer, se utilizaba ya en Estados Unidos y diversos países europeos, y hombres como el norteamericano Andrew Carnegie que hicieron una gran fortuna gracias e él, declaró que este procedimiento era el método del futuro, él mismo construyó una acería en Pittsburg en 1889 que producía 1.200 toneladas por semana.

Gracias al procedimiento Bessemer, la producción de acero en Inglaterra pasó de 60.000 toneladas en 1850 a 220.000 toneladas en 1870, y treinta años después había pasado a ser de 4.900.000 toneladas, de las que 3.156.000 eran con este procedimiento, y en Estados Unidos aproximadamente dos tercios de su producción de acero era acero Bessemer. Se inició, de esta manera la era del acero, utilizándose rápidamente en artillería, ferrocarriles, maquinaria, etc.

Fue nombrado Sir en 1879 y murió, rodeado de fama y fortuna, en Londres en 1989.

Véase: Convertidor Bessemer.

Autor

  • Rosario Domingo Navas