Alphonse Bertillon (1853-1914): El pionero de la identificación criminal

Alphonse Bertillon, nacido el 23 de abril de 1853 en París y fallecido el 13 de febrero de 1914 en Münsterlingen, Suiza, fue un antropólogo y policía francés que dejó un legado duradero en el campo de la criminalística. A través de su innovación en la identificación de criminales, Bertillon ideó un sistema que revolucionó las técnicas policiales de su tiempo y sentó las bases para el desarrollo de métodos modernos de identificación. Aunque su sistema de bertillonaje fue finalmente reemplazado por el uso de huellas dactilares, su contribución al mundo de la criminalística es innegable. Este artículo explora su vida, sus logros y la relevancia de sus inventos en la actualidad.

Orígenes y contexto histórico

Alphonse Bertillon nació en una familia de científicos. Su padre, Louis-Adolphe Bertillon, fue un médico, antropólogo y estadístico, lo que influyó en el joven Alphonse para desarrollar un interés por las ciencias. A lo largo de su juventud, Bertillon estudió medicina, siguiendo los pasos de su padre. Sin embargo, en lugar de dedicarse a la medicina convencional, decidió seguir una carrera en la policía, un ámbito que le permitiría aplicar su conocimiento científico a la resolución de crímenes.

En 1879, Bertillon fue contratado por la policía de París, donde comenzó a trabajar en la Prefectura del Sena. Durante sus primeros años, se dio cuenta de la falta de un sistema efectivo para identificar a los criminales de manera única y confiable. Esta carencia le inspiró para desarrollar su propio método de clasificación de criminales, que más tarde sería conocido como bertillonaje.

El bertillonaje: sistema de identificación de criminales

El bertillonaje de Bertillon estaba basado en la idea de que los huesos de un adulto no cambian con el tiempo y son únicos en cada individuo. En lugar de confiar en simples descripciones o testigos oculares, Bertillon propuso un sistema basado en la medición precisa de varias partes del cuerpo humano, lo que permitiría identificar a los criminales de forma inequívoca.

El sistema de identificación se basaba en cinco mediciones clave: la longitud de la cabeza, la anchura de la cabeza, la longitud del dedo medio de la mano izquierda, la longitud del pie izquierdo y la longitud del antebrazo izquierdo. Estas mediciones se realizaban con herramientas como un compás para la cabeza, un calibre para las manos y los pies, y un tablero para medir el antebrazo. La combinación de estas cinco mediciones generaba una clasificación que permitía identificar a una persona con una gran precisión.

Además de estas mediciones, Bertillon incorporó una serie de características adicionales, como la forma de la nariz, el color del iris, las cicatrices, los lunares, el cabello y otros rasgos faciales. El uso de fotografías, tomadas tanto de frente como de perfil, también era parte integral del sistema. Estas características y fotos ayudaban a documentar la identidad de cada criminal de forma más exhaustiva.

Logros y contribuciones de Bertillon

A pesar de que inicialmente el sistema de bertillonaje fue rechazado por algunos de sus superiores, Bertillon logró que su método fuera probado en 1880 bajo la supervisión del nuevo prefecto, Camescasse. En tres meses de prueba, el sistema demostró su eficacia al identificar correctamente a varios criminales, lo que permitió que se implementara en la policía de París en 1882. Su éxito en París atrajo la atención de otros países, y el sistema fue adoptado en diversas naciones, incluidos Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Rusia, y otros países europeos y sudamericanos.

A partir de 1882, Bertillon fue nombrado jefe de la oficina de identificación de la Prefectura del Sena. Este cargo le permitió perfeccionar aún más su sistema de identificación. En los primeros 700 casos, no se cometió un solo error, lo que reforzó la validez y utilidad del bertillonaje. Bertillon incluso identificó a criminales notoriamente conocidos, como el anarquista Ravachol.

Además de su trabajo en la policía, Bertillon contribuyó al desarrollo de la dactiloscopia (el uso de huellas dactilares para identificar personas). Ayudó a encontrar productos químicos adecuados para obtener huellas digitales de superficies lisas, lo que sería crucial en el futuro del análisis de huellas dactilares.

A lo largo de su carrera, Bertillon también fue autor de varias obras influyentes, entre las que destacan:

  • Ethnographie moderne, les Races Sauvages (1883)

  • La anthropométrie judiciaire à Paris en 1889 (1890)

  • La photographie judiciaire (1890)

  • Identification anthropométrique (1893)

  • L’anthropologie métrique (1909)

Estas obras reflejan sus profundos conocimientos en antropometría, fotografía judicial y antropología, y establecieron su reputación como una figura clave en la criminalística.

Momentos clave en la vida de Bertillon

El sistema de bertillonaje no estuvo exento de controversia. A pesar de su éxito, muchos criminalistas contemporáneos, como Francis Galton, criticaron la fiabilidad del sistema. Galton, un científico británico conocido por sus estudios en genética y antropometría, cuestionó la precisión del método y propuso otras alternativas. Sin embargo, Bertillon nunca abandonó su convicción de que su sistema era el más adecuado para la identificación criminal.

Uno de los momentos más críticos en la carrera de Bertillon fue su participación en el caso Dreyfus. Bertillon, en calidad de calígrafo, analizó una nota que supuestamente había sido escrita por Alfred Dreyfus, un capitán del ejército francés acusado de traición. Bertillon afirmó que la nota era obra de Dreyfus, lo que inicialmente parecía confirmar su culpabilidad. Sin embargo, después de la rehabilitación de Dreyfus, Bertillon se mantuvo firme en sus conclusiones, a pesar de que su análisis fue desmentido.

Además, Bertillon tuvo que enfrentarse a un caso que revelaría las limitaciones de su sistema: en 1903, un caso en la Penitenciaría Federal de Leavenworth (Estados Unidos) mostró una falencia en el bertillonaje. Cuando dos prisioneros, Will West y William West, fueron fichados, el sistema los identificó como la misma persona debido a la similitud de sus medidas. Sin embargo, la verificación mediante huellas dactilares demostró que eran dos personas diferentes, lo que resaltó la importancia de las huellas dactilares y llevó a la eventual sustitución del bertillonaje por este nuevo sistema.

Relevancia actual

A pesar de que el sistema de bertillonaje fue reemplazado por el uso de huellas dactilares a principios del siglo XX, la contribución de Bertillon al campo de la criminalística sigue siendo relevante. Su enfoque científico y sistemático para la identificación de criminales estableció los principios que más tarde serían utilizados en otras técnicas de identificación, como la dactiloscopia y la identificación biométrica moderna.

El legado de Bertillon se mantiene presente en las prácticas actuales de la policía y en la evolución de la ciencia forense. Su sistema de medición y clasificación, aunque obsoleto, representó un avance significativo en la lucha contra el crimen y la búsqueda de justicia.

Hoy en día, su nombre se asocia no solo con la antropometría judicial, sino también con el avance de la criminología y las ciencias forenses. Aunque su método fue reemplazado por tecnologías más modernas, su trabajo en la identificación de criminales sentó las bases para las técnicas de identificación que se utilizan en la actualidad.

Bibliografía

  • RHODES, H. T. F.: Alphonse Bertillon: Father of Scientific Detection, Londres, 1954.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Alphonse Bertillon (1853-1914): El pionero de la identificación criminal". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/bertillon-alphonse [consulta: 28 de septiembre de 2025].