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HistoriaBiografía

Berisha, Sali (1943-VVVV).

Político albanés, nacido el 11 de julio de 1944 en Tropoja, junto a la frontera albanesa con Yugoslavia. Fue el primer presidente democrático de la República de Albania tras la Segunda Guerra Mundial, cargo que ocupó entre 1992 y 1997.

Nacido en el seno de una familia campesina, según sus propias declaraciones, Berisha aprendió francés, ruso e inglés -idiomas que domina- en un viejo libro prestado mientras cuidaba las pocas cabras de su familia. Pese a esta presentación bucólica, Berisha estudió medicina en la Universidad de Tirana, donde se licenció, y posteriormente realizó la especialización en cardiología en diversos centros de Dinamarca y Francia. Militante del Partido del Trabajo -la única formación política legal bajo el régimen comunista-, a su regreso a Albania trabajó como cirujano cardiovascular y profesor universitario en la Clínica de Cardiología de Tirana. Se convirtió en un reputado especialista, lo que le llevó a ejercer como cardiólogo personal de Enver Hoxha, el dictador albanés. Se casó y tuvo dos hijos.

Tras la muerte de Hoxha en 1985, Berisha se lanzó a la actividad política. Fue una de las figuras más destacadas de la oposición al régimen continuista del nuevo presidente, Ramiz Alia. En 1990 fundó el Partido Democrático (PD), que desempeñó un importante papel de movilización durante las protestas estudiantiles contra el régimen comunista que tuvieron lugar en Tirana y Shkodra en diciembre de ese año. La publicación de sus artículos críticos contra el gobierno de Alia en las revistas Drita y Bashkimi le convirtió en el líder indiscutible de la oposición demócrata y, en 1991, Berisha fue elegido presidente del PD. El aislamiento internacional del régimen comunista tras el derrumbe de la Europa soviética llevó a Alia a entablar negociaciones con Berisha para establecer una transición no traumática hacia la democracia y la liberalización económica. Berisha consiguió que Alia renunciara a emplear la fuerza para reprimir las manifestaciones multitudinarias que exigían el cambio político y económico, lo que abrió la puerta a una transformación pacífica del régimen albanés.

En las elecciones celebradas el 29 de marzo de 1992, el partido de Berisha obtuvo una mayoría aplastante, ocupó 92 de los 140 escaños de la Asamblea Constituyente. El 6 de abril, la Asamblea aceptó la dimisión de Ramiz Alia como jefe del Estado y designó a Berisha como su sustituto provisional. Tres días después, Berisha fue elegido presidente de Albania, con 96 votos a favor y 35 en contra; se convirtió en el primer jefe del Estado elegido democráticamente tras 68 años de dictadura.

En su nuevo cargo, Berisha se declaró partidario de adoptar el modelo español de transición hacia la democracia y de seguir el modelo de mercado alemán para lograr la liberalización de la economía albanesa. Para sacar a Albania, el país más pobre de Europa, de su marasmo económico, Berisha se comprometió a adoptar una legislación que favoreciera la inversión de capital extranjero. En política exterior, su gobierno se volcó en el establecimiento de lazos de cooperación prioritarios con la Unión Europea y Estados Unidos. Solicitó el ingreso de Albania en la OTAN, organismo que el país abandonó en 1968. En cuanto a su política exterior, ésta se distinguió por los esfuerzos de reforma de las instituciones políticas y de las fuerzas de seguridad, herederas del estalinismo. Aunque Berisha introdujo cambios institucionales decisivos para permitir la apertura económica, en un referéndum celebrado en 1994 la mayoría de la población albanesa votó en contra de la sustitución de la Constitución provisional, aprobada en 1992, por una nueva carta magna que otorgaba amplísimos poderes al presidente.

El 26 de mayo de 1996 Berisha fue reelegido presidente, en unas elecciones que fueron tachadas de fraudulentas por los partidos de la oposición, los cuales llevaron a cabo un boicot de los comicios para protestar contra la política autoritaria del presidente. El 16 de octubre de ese año, los servicios de seguridad detuvieron a un grupo de sospechosos acusados de planear un atentado terrorista contra Berisha. Cuatro días después, el presidente se proclamó vencedor de las elecciones municipales, controladas en esta ocasión por observadores de la Unión Europea. Sin embargo, la popularidad del presidente se vio seriamente comprometida al producirse, a fines de enero de 1997, la quiebra de las cuatro principales entidades bancarias del país, que formaban la llamada "pirámide económica" del nuevo capitalismo albano. Estos bancos habían ofrecido fondos de inversión de enriquecimiento rápido con el respaldo del Estado y su bancarrota llevó a la ruina a cientos de miles de ciudadanos albaneses.

La ruina económica provocó graves disturbios sociales, dirigidos contra el gobierno, al que se culpaba de no haber advertido a la ciudadanía de la crisis que se avecinaba y de no ofrecer su protección a los pequeños ahorradores estafados. El 1 de marzo, un grupo de manifestantes se apoderó del cuartel militar y de la comisaría de policía de la ciudad portuaria de Vlora, al sur del país. Acciones semejantes se produjeron durante los días siguientes en Gjirokastra, Sarande y otras poblaciones meridionales. Hubo graves enfrentamientos entre la población civil y las tropas enviadas para reprimir las rebeliones. El 3 de marzo, Berisha decretó el estado de excepción, mientras sus seguidores se hacían con el control del centro y norte del país. El presidente anunció la concesión de una amnistía general para los rebeldes si éstos entregaban las armas. Pero la oposición se negó a aceptar estas condiciones y exigió la dimisión inmediata del presidente. Finalmente, la defección de la policía y de las tropas destacadas en el sur del país, que se unieron a los rebeldes, obligó a Berisha a aceptar la formación de un gobierno de transición y la celebración de elecciones anticipadas, reivindicaciones que la oposición venía exigiendo desde meses atrás. Ello no calmó los disturbios, que siguieron extendiéndose a lo largo y ancho del país, mientras miles de albaneses huían por barco hacia Italia y por carretera hacia Grecia. La revuelta se saldó con cerca de dos centenares de víctimas mortales y con un éxodo masivo de la población albanesa que conmocionó a Europa.

En las elecciones celebradas en junio y julio, el Partido Socialista Albanés -antiguo Partido Comunista- obtuvo una clara mayoría. Berisha dimitió el 13 de julio. Fue sustituido al día siguiente como jefe del Estado por Rexhep Madjani. La dimisión del entonces presidente del Partido Democrático de Albania (PDS), Tritan Shehu, le devolvió la presidencia de la formación a Sali Berisha. Una de sus principales misiones al frente del partido fue el derrocamiento del Gobierno del primer ministro, Fatos Nano.

En 1988 revolucionó a todos los militantes para que se manifestaran en contra del Ejecutivo que durante todo este tiempo le había estado persiguiendo con la intención de desacreditarle y retirarle de la actividad política. Esta lucha por el poder entre Sali Berisha y Fatos Nano desembocó en amenazas de muerte. El desencadenante de la ruptura total entre los dos dirigentes fue el asesinato de Azem Hajdari, miembro del Partido Democrático de Albania. Partidarios del PDS destrozaron la sede del Gobierno y Fatos Nano acusó al partido demócrata de intento de golpe de Estado. La repentina dimisión de Fatos Nano como consecuencia de las desavenencias internas con el resto de miembros que formaban el Gobierno, y la elección como su sustituto de Pandelj Majko, suavizó la crispación política del momento. Pero un año después, en 1999, un seguidor de la doctrina de Fatos Nano, Ilir Meta, relevó en el poder a Pandelj Majko y se volvieron a recrudecer las relaciones con el principal partido de la oposición.

A pesar de las propuestas de Sali Berisha criticando las actuaciones políticas y económicas del Ejecutivo, las elecciones legislativas celebradas en 2001 volvieron a dar la victoria a los socialistas, ya que el Partido Democrático de Albania llegó debilitado por el abandono de uno de los miembros más importantes de la formación, Genc Pollo, que fundó su propio partido, el Nuevo Partido Democrático.

En 2002 sucedió un hecho sin precedentes al producirse un acuerdo entre Sali Berisha y el, de nuevo, primer ministro Fatos Nano, a la hora de postular de forma conjunta la investidura de Alfred Moisiu como presidente de la República. Esta buena sintonía abrió las puertas de Albania hacia su ingreso en la Unión Europea. Pero esta paz duró poco tiempo.

Con motivo de los comicios legislativos que tuvieron lugar en 2005 retomaron su intensa pugna, en la que no escatimaron en descalificaciones personales. Fue necesaria la intervención de la Organización para la Seguridad y la Cooperación Europea (OSCE), para garantizar la legalidad de las votaciones.

El 2 de septiembre la Comisión Electoral proclamó oficialmente la victoria del Partido Democrático de Albania que consiguió 55 escaños de los 100 que conformaban el Parlamento frente a los 40 del Partido Socialista de Albania. Sali Berisha formó un Gobierno de coalición junto con: el Partido Republicano, el Nuevo Partido Democrático, el Partido de la Unión por los Derechos Humanos, el Partido Agrario Ambientalista, el Partido Cristiano Demócrata y la Unión Liberal Democrática.

El 7 de septiembre, la Asamblea aprobó, con 84 votos a favor y 53 en contra, la configuración del nuevo Gabinete, y un día después, Sali Berisha y sus ministros tomaron posesión de sus cargos.

Autor

  • Victoria Horrillo Ledesma