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HistoriaPolíticaBiografía

Benavides de la Cueva, Diego de. Conde de Santisteban (1607-1666).

Político y administrador español, XVIII virrey del Perú (1661-1666), nacido en Santisteban del Puerto (Jaén) el 21 de febrero de 1607 y muerto el 17 de marzo de 1666 en Lima.

Sus padres fueron Francisco de Benavides, VII Conde de Santisteban, y Brianda de Bazán. Casado con Antonia Ruiz de Corella y Dávila el 31 de octubre de 1629, tuvo con ella cinco hijos. Al morir su esposa en 1648, se volvió a casar en 1651, esta vez con su cuñada Juana Dávila y Corella y tuvo un tercer matrimonio con Ana de Silva y Manrique de la Cerda, con la que tuvo tres hijos. Obtuvo los títulos de Comendador de Monreal en la Orden de Santiago, luego el de Marqués de Solera y, por último, el de VIII Conde de Santisteban. Ejerció los cargos de gobernador de Galicia y de virrey de Navarra, y participó además en las campañas militares de Italia y Portugal. Fue elevado al cargo de Consejero de Guerra y ejerció como plenipotenciario en la Paz de los Pirineos. Además de su faceta política y de hombre de guerra, el Conde de Santisteban incursionó en las letras: fue autor de una obra poética titulada Horas Sucesivas, que fue publicada en la ciudad de Ludguni en 1644. Nombrado virrey del Perú a principios de agosto de 1660, partió de Cádiz a fines de ese mismo año. En Lima tomó posesión de su cargo, bajo palio, el 30 de julio de 1661. En el aspecto económico debe mencionarse el restablecimiento del cobro a los navíos del derecho de avería, el mismo que fue confiado al Tribunal del Consulado. Fracasó en su intento de transformar el quinto real en un sexto como derecho a cobrar por la extracción de plata en las minas de San Antonio de Esquilache. Los gastos de hacienda se dedicaron con predilección a invertir en guerra y defensa. En 1663 remitió a la Corona un cuantioso donativo para ayudar al Emperador en la guerra contra los franceses y se ocupó también de socorrer con ayuda económica al refuerzo de las guarniciones militares de Panamá, Guayaquil, Arica y Valparaíso con el fin de repeler el ataque de las naves piratas. Según la Audiencia de Lima las deudas de la Hacienda Real al morir este personaje en el cargo ascendían a 1.674.713 pesos. Destacó bajo este gobierno la fundación de la Audiencia de Buenos Aires en 1661. Entre sus obras de carácter social sobresale la creación de la Junta para legislar sobre la protección de los indios, instancia que presidió él mismo e integraron el defensor de naturales, el arzobispo y varios oidores de la Audiencia. La misma intentó reglamentar el trabajo de los indios en las mitas señalando la jornada máxima, el salario mínimo y las excepciones al trabajo forzado por sexo, edad y residencia. Se ordenó que no pudiera trasladarse a los mitayos a distancia mayor de dos leguas de su localidad. Del mismo modo, se expidieron en 1664 unas ordenanzas sobre el trabajo de los indígenas en los obrajes (pequeños talleres textiles). El virrey tuvo que enfrentar el problema derivado de las alteraciones y disturbios en las minas de Potosí motivados por el enfrentamiento en que se hallaban desde el principio del siglo XVIII los linajes de Vicuñas y Vascongados. Pero la sustitución del corregidor Gómez Dávila fue un error que el propio Conde de Santisteban quiso enmendar restituyéndolo en el cargo, aunque esta autoridad fue finalmente asesinada y la violencia en Potosí continuó. Los problemas para el virrey se complicaron con el estallido en 1661 del conflicto de intereses entre las autoridades del gobierno y la familia Salcedo en el asiento minero de Laicacota en Puno. Pese a que nombró gobernador de Chucuito al licenciado Andrés Flores de la Parra y corregidor de Laicacota a Ángel de Peredo, personajes ambos de su confianza, sus esfuerzos fueron inútiles en el deseo de contener el desorden y la violencia en esta región del sur del Perú. Otro conflicto bélico que este personaje tuvo que enfrentar fue el de la sublevación de los mestizos de La Paz en diciembre de 1661, que desembocó en el asesinato por parte de éstos del corregidor Cristóbal Canedo. Las fuerzas leales al virrey derrotaron a los alzados y ahorcaron a los cabecillas de dicha revuelta, Lucas Montealegre y Antonio de Orduña. En cuanto a las disposiciones referidas a defensa, la única acción destacada de este gobernante fue nombrar a su hijo menor, de apenas trece años, Manuel de Benavides, con el título de teniente de capitán general de la Armada del Sur. En lo que respecta al patronato real, se realizaron en Lima bajo el mandato de este virrey dos autos de fe, el primero el 28 de enero de 1664 en el que se quemó a un hombre por judaizante y el segundo el 16 de enero de 1666 en el que se aplicó penas más leves a siete reos por distintas causas. Con relación a los desastres naturales destaca el terremoto que asoló las ciudades de Ica y Pisco el 12 de mayo de 1664, en el que murieron casi trescientas personas. La muerte por enfermedad repentina sorprendió en el cargo a este virrey el 17 de marzo de 1666. Fue sepultado en el convento dominico de Nuestra Señora del Rosario de Lima.

Bibliografía

  • MERCADO EGEA, Joaquín: D. Diego de Benavides y de la Cueva, XVIII virrey del Perú, Jaén, 1990.

  • TAURO, Alberto (ed.): Enciclopedia Ilustrada del Perú, Lima, 1987.

  • HANKE, Lewis: Los virreyes españoles en América durante el gobierno de la casa de Austria, vol. 1, Madrid, 1976.

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