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Bellegarde, Dantès Louis (1877-1966).

Ensayista, historiador, educador y diplomático haitiano, nacido en Puerto Príncipe el 18 de mayo de 1877 y fallecido en su ciudad natal el 16 de junio de 1966. Humanista fecundo y polifacético, fue una de las figuras más destacadas de la intelectualidad antillana del siglo XX.

Vino al mundo en el seno de una familia de arraigada tradición política, muchos de cuyos miembros habían desempeñado importantes cargos en la vida pública de su nación. Educado en la misma línea de sus ancestros, cursó el bachillerato en el Liceo Pétion, el centro de estudios más prestigiosos de la capital haitiana, de donde pasó a cursar la carrera de Leyes en la Universidad de Haití.

En una primera fase de su vida laboral, ejerció la abogacía en su ciudad natal, al tiempo que se interesaba por la política de su pueblo (especialmente, la relacionada con la educación pública). Y en 1897, recién cumplidos los veinte años de edad, regresó al Liceo Pétion para iniciar, en las mismas aulas en que había estudiado, una nueva trayectoria profesional por el sendero de la docencia, que habría de conducirle poco después a impartir clases de Filosofía en la Universidad de Haití.

Por aquellos postreros años del siglo XIX, el joven humanista de Puerto Príncipe comenzó a interesarse vivamente por las Letras y el pensamiento, lo que le impulsó a fundar, en colaboración con Pétion Gérome, la revista literaria Le Ronde (1898-1902). A través de sus páginas, Dantès Louis Bellegarde y otros colaboradores defendieron la necesidad de que la cultura y la mentalidad de su pueblo se incorporase a la modernidad por vía de una apertura hacia el universalismo y el cosmopolitismo, en contraposición a otra escuela de pensamiento coetánea (conocida como "la de los patriotas") que abogaba por el ensimismamiento en una especie de nacionalismo cultural estrictamente haitiano.

Su carrera política experimento un impulso decisivo en 1904, cuando Bellegarde fue nombrado director del departamento de Instrucción Pública. Puso entonces en marcha una serie de reformas tendentes a la modernización y democratización de la enseñanza oficial, pero su acendrado espíritu renovador levantó muchas ampollas en el tejido conservador haitiano, que acabó forzando su destitución en 1907. Pasó entonces a trabajar como contable, con tal acierto y eficacia que, al poco tiempo, fue ascendido al cargo de Jefe de Servicio en la Banca Nacional.

Entretanto, Dantès Louis Bellegarde seguía cultivando su vocación humanística, plasmada por aquel entonces en los brillantes artículos que publicó, entre 1911 y 1912, en la revista Haïti Littéraire et Scientifique. En 1913 empezó a ocupar un lugar preeminete en la vida política de su pueblo, al ser nombrado Secretario particular del Presidente de la República Michel Oreste, cuyo breve mandato duró poco más de un año.

En 1915, coincidiendo con el desembarco en Haïti de los norteamericanos -que ocuparon por completo el país y le dieron una nueva estructura administrativa que habría de durar hasta 1934-, Bellegarde volvió a su antiguo puesto en la Baca Nacional y tomó plena consciencia del verdadero alcance de dicha ocupación. Pero su firme compromiso con la vida pública de su pueblo le impidió desentenderse del rumbo que tomaba la política durante aquel difícil período; y así, bajo la presidencia -más testimonial que efectiva- de Dartiguenave, pasó a formar parte del gabinete ministerial para hacerse cargo, sucesivamente, de las carteras de Instrucción Pública y Agricultura. A pesar de la complicada situación por la que atravesaba Haití, envuelto en guerras frente al invasor estadounidense y luchas intestinas entre las distintas facciones de poder, Bellegarde realizó una espléndida labor como ministro, sobre todo al frente de la cartera de Instrucción, en la que fue muy recordado por sus logros (entre ellos, el de conseguir un considerable aumento salarial para los profesores).

A comienzos de los años veinte abrió una nueva vía en su trayectoria profesional: la diplomacia. Viajó, en efecto, a Europa en 1920 como delegado de su país en el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, y al año siguiente pasó a París en calidad de embajador de Haití en la Sociedad de Naciones (con sede en Ginebra). Aprovechando las prerrogativas que le brindaba este cargo, Bellegarde no se cansó de denunciar, ante la opinión pública internacional, la ocupación de su pueblo por parte de las fuerzas invasoras estadounidenses; y ganó fama de excelente orador, capaz de conjugar la firme acritud de sus denuncias con la perfección formal de sus discursos.

En 1922, en reconocimiento a la ingente labor cultural, política y diplomática que venía desarrollando desde su llegada a Europa, el gobierno galo otorgó a Bellegarde la orden de Comendador de la Legión Francesa. Por aquel tiempo, el humanista de Puerto Príncipe ejercía también como embajador de su país en El Vaticano, de donde pasó, en 1930, a Washington D.C., en calidad de ministro plenipotenciario de su país en los Estados Unidos.

A mediados de los años treinta, ya concluida la ocupación de Haití por parte de los norteamericanos, Dantès Louis Bellegarde regresó a su país natal y volvió a ocupar un elevado puesto en la administración educativa, el de Director de la Escuela Normal Superior (donde se formaban los profesores y catedráticos que habían de prestar sus servicios como funcionarios del ministerio de Instrucción Pública). Tras diez años al frente de este puesto (1936-1946), Bellegarde volvió a ser enviado a Washington en misiones diplomáticas, y durante otro largo decenio (1946-1957) se encargó de representar a Haití no sólo en la capital estadounidenses, sino en otros muchos foros y organismos internacionales de América y Europa: fue miembro de la Comisión sobre la Esclavitud y los Trabajos Forzados de la Liga de las Naciones (en Ginebra, Suiza), delegado permanente de Haití en la Organización de las Naciones Unidas (Nueva York), etc. Además, en 1949 fue designado Presidente del Congreso Constitucional de su país.

Honrado con numerosos galardones y distinciones a lo largo de toda su vida -como, por ejemplo, el título de doctor honoris causa que le concedió la Universidad de Montreal (Canadá)-, Bellegarde pasó los últimos años de su larga vida en su bello país antillano, donde encontró la muerte en 1966, cuando estaba a punto de alcanzar la condición de nonagenario.

Obra

Bellegarde fue uno de los primeros intelectuales haitianos que mostraron su preocupación por el inmovilismo y el conformismo localista de la cultura de su nación. Como reacción a este estatismo, se abrió al pensamiento y la estética europeas, con especial interés por el positivismo de Comte y la filosofía de la intuición de Bergson, y denunció la falta de originalidad de la literatura haitiana (si bien es cierto que, al final de su vida, reconoció la satisfactoria evolución de la narrativa de su país).

Dentro de esa línea universalista de que hizo gala en todo momento -marcada por su expreso reconocimiento de hallarse inmerso en la mejor tradición de la cultura francesa-, Bellegarde también supo dialogar con Jean Price-Mars y el resto de los representantes haitianos de un incipiente africanismo que ponía énfasis en los ancestros negros de la mayor parte de la población del país. Bellegarde, perteneciente al minoritario pero dominante grupo étnico de raza blanca, asimiló en sus artículos, ensayos y discursos muchas aportaciones del pensamiento africanista, y se mostró radicalmente opuesto a lo que él denominó "el racismo ateo" (tal vez en alusión "diplomática" al nazismo y a otros movimientos totalitarios de filiación fascista) y, simultáneamente, al "bolchevismo sanguinario".

Entre sus obras más importantes, cabe citar los ensayos titulados L'Occupation américaine d'Haïti (La ocupación americana de Haití, 1924), más tarde ampliado por el propio autor y reeditado bajo el título de L'Occupation américaine d'Haïti, ses conséquences morales et économiques (La ocupación americana de Haití, sus consecuencias morales y económicas, 1929); Pages d'histoire (Páginas de Historia, 1925), La République d'Haiti et les États-Unis devant la justice internationale (La República de Haití y los Estados Unidos ante la justicia internacional, 1924); Pour une Haïti heureuse... (Para un Haití feliz..., 1927-1929), obra integrada por dos volúmenes: Par l'éducation (Por la educación, 1927) y Par l'éducation et le travail (Por la educación y el trabajo, 1929); Un Haïtien parle (Habla un haitiano, 1934); La Résistance haïtienne (l'occupation américaine d'Haïti); récit d'histoire contemporaine (La Resisitencia haitiana [La ocupación americana de Haití]; relato de historia contemporánea, 1937); La Nation haïtienne (La nación haitiana, 1938); Haïti et ses problèmes (Haití y sus problemas, 1941); Dessalines a parlé (Dessalines ha hablado, 1948); Haïti et son peuple (Haití y su pueblo, 1953); Histoire du peuple haïtien, 1492-1952 (Historia del pueblo haitiano, 1492-1952, 1953); Au Service d'Haïti; appréciations sur un Haïtien et son oeuvre (Al servicio de Haití; apreciaciones sobre un haitiano y su obra, 1962).

Bibliografía

  • BLANCHET, Jules. Peint par lui-même ou la résistance de Mr. Bellegarde (Port-au-Prince: Imp. V. Valcin, 1935)

  • BELLEGARDE-SMITH, Patrick. In the Shadow of Powers; Dantès Bellegarde in Haitian Social Thought (Nueva Jersey: Humanities Press International, 1985).

  • TROUILLOT, Hénock. Dantès Bellegarde, un écrivain d'autrefois (Port-au-Prince: Imp. dexs Antilels, 1957).

J. R. Fernández de Cano

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.