Bayard Cortés, José “Badila” (1858-1906): El Picador Valiente de la Plaza de Toros
José Bayard Cortés, conocido en el mundo taurino como Badila, fue un picador legendario nacido en Tortosa, Tarragona, el 19 de marzo de 1858. A lo largo de su carrera, se destacó por su valentía y habilidades en la plaza, dejando una huella indeleble en la historia del toreo. Badila murió en Madrid el 28 de febrero de 1906, pero su legado sigue vivo en la memoria de los aficionados al mundo taurino.
Orígenes y Contexto Histórico
José Bayard Cortés nació en una época donde el toreo ya era considerado una tradición profundamente arraigada en España. La tauromaquia vivía en pleno auge en el siglo XIX, y la competencia entre los toreros y subalternos era feroz. Desde joven, Badila demostró tener una gran vocación para el toreo, un arte lleno de valentía, destreza y, en ocasiones, sacrificio.
Su primera participación en la arena taurina fue como picador, un rol fundamental en las corridas de toros, encargado de debilitar al toro antes de la faena de los matadores. Desde el principio, Badila se mostró como un picador excepcional, destacando especialmente en la suerte de varas, una de las suertes más arriesgadas y técnicas del toreo. Su habilidad y su actitud intrépida pronto le ganaron el respeto de los aficionados.
Logros y Contribuciones
Uno de los mayores logros de Badila fue su incorporación a la cuadrilla de uno de los más grandes toreros de la época, Salvador Sánchez Povedano (“Frascuelo”), un matador de renombre que pasó a ser su protector y mentor. Esta relación fue clave para el éxito de Badila, ya que le permitió compartir experiencias y aprender de los mejores. Además, su habilidad para picar a las reses se fue perfeccionando bajo la tutela de Manuel Calderón Díaz, quien también tuvo una influencia significativa en su desarrollo como picador.
El momento más crucial en su carrera se produjo el 15 de abril de 1877, cuando, durante una corrida en la plaza de Madrid, Frascuelo fue derribado por el toro Guindaleto. En un acto de valentía extrema, Badila saltó al ruedo y, desafiando el peligro, salvó a Frascuelo, lo que consolidó su reputación como un hombre de gran coraje y lealtad. Este incidente, tan dramático como heroico, fue el que marcó la relación entrañable entre ambos y consolidó a Badila como uno de los picadores más respetados de su tiempo.
A lo largo de su carrera, Badila no solo fue un destacado picador, sino también un rejoneador y banderillero. Su habilidad para poner banderillas a pie y a caballo lo hizo aún más versátil y valioso en las cuadrillas de varios matadores de renombre. Entre los toreros con los que trabajó se encuentran figuras de gran prestigio como Ángel Pastor Gómez, Luis Mazzanatini y Eguía, Julio Aparici Pascual (“Fabrilo”), Antonio Reverte Jiménez y Rafael Gómez Ortega (“El Gallo”).
Momentos Clave en la Carrera de José Bayard Cortés “Badila”
A lo largo de su trayectoria, Badila vivió una serie de momentos clave que marcaron su carrera y cimentaron su lugar en la historia del toreo. A continuación, se destacan algunos de estos momentos:
- 5 de noviembre de 1876: Se presentó por primera vez en la plaza de Madrid, mostrando que las enseñanzas de Manuel Calderón Díaz no habían caído en saco roto.
- 15 de abril de 1877: En un acto heroico, salvó a Frascuelo durante una corrida en Madrid, en la que el toro Guindaleto derribó a su compañero.
- 26 de enero de 1878: Intervino en su primera corrida formal en la plaza de Madrid, lo que consolidó su reputación como un picador destacado.
- 1 de junio de 1879: Tomó la alternativa en la plaza de Madrid, comenzando a formar parte de las cuadrillas de matadores de gran prestigio.
- 24 de septiembre de 1905: Se retiró del toreo tras colocar su último puyazo al toro Señorito, poniendo fin a una carrera llena de éxitos y valentía.
Estos momentos no solo reflejan la destreza de Badila en el ruedo, sino también su capacidad para mantenerse relevante en un mundo taurino cada vez más competitivo.
Relevancia Actual
Aunque Badila se retiró del toreo en 1905, su legado sigue siendo un referente en el mundo de la tauromaquia. Su valentía y su destreza como picador han sido admiradas por generaciones de aficionados, y su figura se mantiene viva en la historia de los toros. El hecho de que se le recuerde como un hombre dispuesto a arriesgar su vida para salvar a sus compañeros y defender el honor de la cuadrilla ha consolidado su lugar como uno de los grandes héroes de la historia taurina.
La influencia de Badila se extiende más allá de su tiempo, pues su valentía y profesionalismo siguen siendo ejemplos a seguir por los nuevos picadores y rejoneadores. Además, su contribución a la evolución de la suerte de varas, especialmente en lo que respecta a la técnica y la seguridad, sigue siendo estudiada y admirada.
A día de hoy, Badila es recordado no solo por su maestría con la vara, sino también por su carácter indomable y su lealtad a sus compañeros. Su nombre sigue siendo sinónimo de coraje en las plazas de toros, y su legado se mantiene intacto como una inspiración para todos aquellos que se dedican a este arte tan exigente.
Conclusión
José Bayard Cortés, Badila, fue un picador y torero cuya valentía y habilidades lo elevaron al estatus de leyenda dentro del mundo de la tauromaquia. Su contribución al toreo no solo se limitó a su destreza en la suerte de varas, sino también a su capacidad para desafiar la muerte en cada corrida y su lealtad a sus compañeros. Badila sigue siendo una figura clave en la historia de la tauromaquia, un referente de valentía y profesionalismo que continúa inspirando a generaciones de aficionados y profesionales del toreo.
Su legado perdura, y su nombre será siempre sinónimo de coraje y dedicación al arte taurino.
MCN Biografías, 2025. "Bayard Cortés, José “Badila” (1858-1906): El Picador Valiente de la Plaza de Toros". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/bayard-cortes-jose [consulta: 19 de octubre de 2025].