Basov, Nikolái Gennadievich (1922-2001).
Físico ruso, nacido en Usman (cerca de Vorónezh, al sur de Moscú, en lo que era a la sazón la Unión Soviética) el 14 de diciembre de 1922, y fallecido en Moscú (Rusia) el 1 de julio de 2001. Fue galardonado con el Premio Nobel de Física -que compartió con su compatriota Alexandr Mijáilovich Prokhorov (1916- ) y con el estadounidense Charles Hard Townes (1915- )- en 1964, "por su trabajo, fundamental en el campo de la electrónica cuántica, que ha sentado las bases de la construcción de osciladores y amplificadores basados en los principios del láser".
Hijo del matrimonio formado por Gennady Fedorovich Basov y Zinaida Andreevna Molchanova, heredó su pasión por la Ciencia de su progenitor, un profesor del instituto de Vorónezh que consagró muchas horas de su vida al estudio de las aguas subterráneas y el drenaje superficial de los grandes bosques locales.
Cursó sus estudios primarios y secundarios en la ciudad de Vorónezh, de la que salió en 1941, ya con el grado de bachiller, para incorporarse a la Academia Médica Militar de Kuibyshev, donde, al tiempo que cumplía su servicio militar obligatorio, obtuvo el título de ayudante sanitario. Se incorporó acto seguido al ejército soviético que combatía en la II Guerra Mundial (1939-1945), y durante dos largos y difíciles años (1943-1945) permaneció destacado en el frente ucraniano.
Al término de la contienda, se dirigió a Moscú y se matriculó en el Instituto Superior de Ingeniería Física, donde alcanzó el grado de licenciado en esta materia. Acto seguido, emprendió su tesis doctoral en el célebre Instituto Lebedev de Moscú, donde, bajo la supervisión de dos profesores tan brillantes como M. A. Leontovich y Alexandr Prokhorov -con el que, muchos años después, habría de compartir el premio Nobel-, culminó un valioso trabajo de investigación sobre electrónica cuántica.
Esta investigación no sólo le sirvió para obtener el título de doctor en Ciencias Físicas, sino también para convertirse, en 1952, con tan sólo treinta años de edad, en uno de los grandes científicos del siglo XX. En efecto, desarrollando una antigua idea formulada por Albert Einstein (1879-1955) en 1917, Basov y su maestro Prokhorov formularon los principios del máser, un dispositivo que produce o amplifica radiación electromagnética, principalmente en la región de microondas. Sólo un año después, el norteamericano Charles Hard Townes construyó el primer máser (siglas de Microwave Amplification by Stimulated Emission of Radiation, o "Amplificación de microondas por emisión estimulada de radiación"), después de haber llegado por su propia cuenta -y, al parecer, de forma totalmente independiente- al mismo principio formulado por Basov y Prokhorov.
La fructífera trayectoria científica e investigadora de Nikolai Gennádievich Basov estuvo permanentemente ligada al Instituto Lebedev, del que llegó a ser vicedirector y jefe del laboratorio de radiofísica cuántica. Además, el físico de Usman desplegó una intensa labor docente en el Instituto Superior de Ingeniería Física de Moscú, donde dirigió el departamento de Física de los cuerpos sólidos.
En 1955, al frente de un valioso equipo formado por compañeros suyos y alumnos aventajados, Basov emprendió un ambicioso proyecto de investigación sobre la estabilidad de frecuencia de las ondulaciones moleculares. Estudió la dependencia de la frecuencia de oscilador sobre parámetros diferentes para una serie de líneas espectrales del amoníaco, y halló útiles procedimientos para aumentar la estabilidad de frecuencia mediante el frenado de moléculas, así como para producir moléculas lentas. El resultado de estos trabajos fue la construcción, en 1962, de unos osciladores con una estabilidad de frecuencia de 10-11.
Durante el resto de su carrera, Basov trabajó incansablemente en el perfeccionamiento de las oscilaciones cuánticas en el dominio óptico y en el infrarrojo con láseres semiconductores. Sus contribuciones fueron especialmente importantes en lo que se refiere a los láseres de sólidos.
A lo largo de su fecunda trayectoria científica, Nikolái G.Basov recibió numerosos premios, honores y condecoraciones. En 1959 fue distinguido con el prestigioso Premio Lenin -que compartió con su maestro y colaborador Alexandr M. Prokhorov-, por las investigaciones que ambos realizaron con el propósito de construir osciladores moleculares y amplificadores paramagnéticos. Miembro correspondiente de la Academia de Ciencias de la URSS desde 1962 -institución de la que se convirtió en Presidente en 1967-, fue también elegido miembro de la Academia de Ciencias de Berlín (1967) y de la archifamosa Academia Leopoldina Alemana (1971).
Casado desde 1950 con Ksenia Tikhonovna Basova -también doctora en Ciencias Físicas, y compañera suya en el Departamento de Física General del Instituto Superior de Ingeniería Física de Moscú-, fue padre de dos hijos, Gennady (1954) y Dmitry (1963). Basov supo conciliar su vida profesional y familiar con las obligaciones políticas que el régimen soviético le imponía (en su condición de abanderado de la elite científica nacional); y así, aceptó de buen grado su condecoración como "Héroe Socialista del Trabajo" (1970), y su inclusión en el Comité Soviético de la Defensa de Paz. Asimismo, fue elegido miembro del Consejo Mundial de la Paz.
Gran difusor de los principales avances de la Física contemporánea, Basov realizó una notable labor en las publicaciones científicas de la URSS. Fue redactor de las revistas especializadas Priroda (Naturaleza) y Kvantovaya Elektornika (Electrónica cuántica).
El máser
Se trata de un haz de radiación electromagnética de frecuencia comprendida en la región de las microondas (de mil millones a un billón de oscilaciones por segundo). En su formación intervienen ondas monocromáticas (es decir, de la misma frecuencia) que, a su vez, son coherentes (es decir, están en la misma fase, puesto que avanzan todas a la vez en el mismo estado de expansión o comprensión).
Basado en el mismo principio de funcionamiento que el láser (aunque éste está constituido por ondas lumínicas), el máser se genera en un oscilador en el que se procede a estimular la mayor parte de los átomos de una substancia (Basov trabajó, como ya se ha indicado más arriba, con amoníaco). Dicha substancia se introduce en una cavidad especialmente diseñada con unas dimensiones que varían en función de la longitud de onda de la radiación emitida por los átomos excitados cuando regresan a su estado normal. En esta cavidad (denominada resonador), siempre y cuando el número de átomos sea suficiente, tiene lugar una reacción en cadena (o amplificación o avalancha) en la que cada onda emitida da lugar a la aparición de otras ondas nuevas, todas con idéntica fase, que forman en conjunto un haz de radiación coherente.
