Basagoiti Arteta, Antonio (1848-1933).
Empresario español nacido en Gexto (Vizcaya) el 22 de octubre de 1848 y fallecido el 17 de enero de 1933.
Hijo de marino, fue uno de los muchos españoles que emigró a Sudamérica y, aunque la mayoría tenían como destino final Argentina o Cuba, fue un de los pocos que decidieron probar suerte en México.
Con tan sólo 19 años, y nada más terminar sus estudios de profesorado mercantil en la Escuela de comercio de Cádiz, decidió emigrar a México. Tras su llegada al país centroamericano, trabajó en distintos lugares y en diversos puestos de empresarios españoles afincados allí desde hacía ya tiempo y que habían conseguido consolidar sus negocios. Durante su estancia en Veracruz tomó contacto con Julián Aragón, con el que más tarde fundó el Banco Hispano Americano.
Tras un tiempo, Basagoiti decidió dedicarse al negocio textil, y en 1866 se vinculó a Bernardo Roves y Cía, también dedicado a este sector. Fue el embrión de su gran negocio afincado en México. En 1892 decidieron crear también en este país la compañía Industrial de Hilados, Tejidos y estampados San Antonio Abad. Basagoiti llegó a la presidencia de esta empresa en 1899. Pero ésta no fue la única empresa dedicada al negocio textil que creó. Durante la década de 1890 creó y se asoció a diversas empresas de este sector convirtiéndose en un hombre influyente en las altas esferas mexicanas.
Cuando sus socios, Manuel Ibañez Posada y Bernardo Roves, decidieron volver a España, debido a los éxitos conseguidos por Basagoiti no tuvieron reparos a la hora de dejarle al frente del imperio en México. Su capacidad de liderazgo permitió que los empresarios españoles se congregasen en la Compañía Industrial Atlixco, S.A. (CIASA), también dedicada al sector textil que pretendía competir con la poderosa empresa Mejicana CIDOSA.
Tal y como caracteriza a los empresarios de la época, tanto de España como de México, Basagoiti decidió ampliar sus actividades. Su diversificación fue mediante la inversión en La Velocitian, dedicada a las fábricas movidas por vapor y de la que llegó a ser presidente. También formó parte en empresas dedicadas a la agricultura, del ferrocarril o la tabacalera desde 1899, momento en que se asoció con Zaldo para fundar la Tabacalera Mejicana a base de la fusión de pequeñas empresas.
Fiel a su espíritu de diversificación empresarial decidió, nada más entrar el siglo XX, invertir en la Fundidora de Hierro y Acero de Monterrey, que llegó a ser la empresa de siderurgia más importante de toda América latina hasta mediados del siglo XX.
Pero Basagoiti también diversificó su negocio con la banca, y su propia casa fue escenario de este negocio. Incluso llegó a tener presencia en el Banco Nacional de México. En este banco fue donde conoció a algunos de los que más tarde serán sus socios a la hora de constituir el Banco Hispano Americano. El hecho definitivo de la constitución de esta entidad bancaria tuvo lugar en los últimos meses del año 1900. La inauguración del banco se produjo el 2 de enero de 1901. En esta época Basagoiti ya disfrutaba de una gran popularidad y fama. La fundación del Banco Hispano Americano supuso un acontecimiento de gran importancia dentro de la historia financiera hispanoamericana, ya que fue la primera entidad privada en constituirse con capital enteramente español y en cuyos estatutos se contemplaba la necesidad de que los españoles volvieran a España tras el desastre de 1898.
La marcha del Banco en sus primeros momentos fue tal y como se esperaba de una empresa familiar. Con la llegada de Andrés Moreno García como director General se refrescó la dirección y se convirtió en una empresa moderna, gerencial y descentralizada. En la memoria del Banco Hispano Americano de 1933, año de defunción de Basagoiti, se pone de manifiesto el reconocimiento al trabajo de Basagoiti como uno de los pilares de la entidad.
RUF
