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LiteraturaBiografía

Barth, John (1930-VVVV).

Narrador, crítico literario y profesor universitario estadounidense, nacido en Cambridge (Maryland) en 1930. Autor de una sugerente producción narrativa que se caracteriza por su profundo trasfondo filosófico y su visión lúcida y amarga de la naturaleza absurda de la existencia humana, está considerado como uno de los grandes escritores que introdujo, a comienzos de la década de los años sesenta, la corriente de humor negro que pronto habría de dominar las Letras norteamericanas de dicho período.

Volcado desde su juventud al estudio de las disciplinas humanísticas, el cultivo de la creación literaria y las labores docentes, en 1965 se instaló en Nueva York para impartir clases en la Universidad del Estado. Ya por aquel entonces John Barth se había dado a conocer como escritor, por medio de la publicación de algunos cuentos y novelas que le proporcionaron una gran popularidad entre los lectores de la época. A comienzos de los años setenta, consagrado como uno de los escritores y críticos literarios más influyentes del país, continuó desplegando una intensa actividad docente que le condujo, en 1973, hasta las aulas de la prestigiosa Universidad John Hopkins, donde impartió clases de lengua y literatura inglesa.

En su faceta de escritor, John Barth irrumpió en el panorama literario estadounidense a los veintiséis años de edad con la novela titulada The Floating Opera (La ópera flotante, 1956), una obra primeriza a la que siguió, dos años después, una segunda entrega narrativa publicada bajo el título de End of the Road (Fin del camino, 1958). Desde la publicación de estas dos narraciones extensas, la crítica especializada advirtió en John Barth un notable interés por recuperar la tradición del mito y la fábula, en medio de una constante preocupación por poner de relieve, a través de ellos, las penosas y confusas condiciones en que se desenvuelve la vida del ser humano, condenado a sobrevivir en un mundo moderno en el que la falta de valores absolutos hace muy difícil cualquier elección. Junto a estas inquietudes filosóficas, en la obra de John Barth se adivinaba también una intención -plasmada, años después, en su brillante labor teórica como crítico literario- de manifestar la extenuación de las fórmulas narrativas tradicionales, así como una necesidad de hallar nuevas vías de expresión novelesca que, a través de los senderos abiertos por la postmodernidad, deberían explotar esa recuperación de los valores narrativos del mito.

Pero las grandes obras narrativas y la madurez literaria de John Barth aún estaban por llegar. Insertas en esa línea temática que ahondaba en la explotación del absurdo y en la búsqueda de nuevos cauces expresivos, a comienzos de los años sesenta vieron la luz tres novelas de otros tantos escritores norteamericanos que se mostraban unánimes a la hora explotar, por un lado, los caminos fecundos y exuberantes de la fabulación fantástica, y, por otro lado, las nuevas vías de conocimiento y análisis de la realidad contemporánea abiertas por una observación basada en el sentido del humor (y, de un modo muy señalado, del llamado "humor negro"). Estos tres autores y sus respectivas novelas fueron John Barth y The Sot-Weed Factor (El agente cizañero, 1961), Joseph Heller (1923-1999) y Catch-22 (1961), y Thomas Pynchon (1937) y su narración titulada V (1963); basándose en la parodia de los antiguos estilos literarios, y ofreciendo a la vez oportunos guiños al lector para ponerle al tanto de sus nuevas propuestas narrativas, tanto Barth como Heller y Pynchon anunciaban por medio de estas novelas su intención de aprovechar una amplia gama de recursos lingüísticos y estilísticos con tal de alcanzar los fines perseguidos: recuperar el gusto por la fabulación, despreciar esa descripción de la realidad inmediata que había dominado en el panorama literario norteamericano durante la primera mitad del siglo XX, y poner de manifiesto lo absurdo de la vida moderna, sirviéndose para ello de un humor agrio, corrosivo y pesimista.

Todos estos propósitos fueron alcanzados con notable eficacia por John Barth no sólo en El agente cizañero, sino también en otras novelas posteriores como las tituladas Giles, goat-boy (Giles, niño-cabra, 1966) y Sabbatical: a romance (Sabático: una novela, 1982), así como en sus brillantes y sugerentes relatos breves, recogidos en volúmenes tan interesantes como Lost in the Funhouse (Perdido en la casa encantada, 1968), Chimera (Quimera, 1972) y The Tidewater Tales (1987). Pero la culminación de su arte narrativo llegó con la aparición en las librerías estadounidenses de una nueva narración extensa que, bajo el título de Letters (Cartas, 1979), ofrecía a los lectores y a la crítica interesada en sus propuestas una deslumbrante parodia de la novela epistolar dieciochesca, plagada de numerosas audacias experimentales y constantes reflexiones metanarrativas que, a la postre, descubren que el objeto último de la narración es todo el artificio fabulador que la sostiene. Con la publicación de Letters, John Barth llevó hasta sus últimas consecuencias su gusto por la escritura concebida como un complejo entramado de dificultades técnicas que el autor debe resolver valiéndose de su pericia y su sentido del humor; y, al mismo tiempo, abundó con asombrosa maestría en esas constantes temáticas y estilísticas que caracterizan toda su prosa de ficción: la dimensión absurda del ser humano y la recreación grotesca del entorno hostil en que ésta se ve obligado a desenvolverse.

Autor

  • José Ramón Fernández de Cano