Barbal, María (1949-VVVV).
Narradora y dramaturga española, nacida en Tremp (Lleida) en 1949. Animada desde muy temprana edad por una poderosa inclinación al cultivo de la creación literaria, sorprendió gratamente a críticos y lectores con su irrupción en el panorama cultural catalán de la mano de su primera novela, Pedra de tartera, que fue galardonada con el Premio Joaquim Ryura y el Premio Creixells, y en un corto espacio de tiempo alcanzó veinticuatro ediciones. Pedra de tartera -que, en su versión castellana, apareció bajo el título de Canto rodado- narra la historia de una mujer criada en el ámbito rural de la primera mitad del siglo XX, cuya vida está marcada por el oscurantismo del medio en que se mueve y por la insignificancia de todo cuanto le rodea. El grado de sensibilidad y sutileza empleado por María Barbal en la reconstrucción de esta vida rural anodina provocó en los círculos literarios catalanes un impacto similar al que produjo, en su día, el descubrimiento de la prosa de Mercé Rodoreda.
En 1986, María Barbal volvió a los anaqueles de las librerías con La mort de Teresa, obra a la que siguió Mel i metzines (1990) y, dos años después, Càmfora (1992), que fue galardonada con el Premio Nacional de Literatura Catalana. Con estos tres títulos -especialmente, con el citado en último lugar-, la escritora leridana se consolidó como uno de los valores más firmes de las Letras catalanas del último cuarto del siglo XX.
Càmfora (traducida al castellano en 1998 bajo el título de Alcanfor) vuelve a centrar el punto de mira de la autora en el ámbito rural, pero esta vez para oponerlo en contraste con la vida urbana. Las vicisitudes de una familia originaria de un pequeño pueblo del Pirineo catalán, perdida en el desarraigo de una ciudad a la que ha tenido que trasladarse por imperativos despóticos del padre, configuran la trama argumental de esta espléndida narración. Sin embargo, la maestría de María Barbal logra evadir el riesgo de caer en el socorrido tópico del menosprecio de Corte y alabanza de aldea, para centrarse en cambio en las enrarecidas relaciones personales de unos protagonistas enfrentados cuyas desavenencias afloran en ese medio hostil que les ha tocado compartir. Así, la soledad, la incomunicación, el desarraigo y los desengaños amorosos afectan a los personajes de Càmfora no en función de su accidental peripecia biográfica, sino como elementos inherentes a la miserable condición de la existencia humana. Sin embargo, el pesimismo que transmite esta novela no da pie a un desbordamiento de imprecaciones virulentas por parte de la instancia narradora; antes bien, María Barbal hace gala de una habilidad narrativa fuera de lo común, para reflejar todo el dramatismo de sus personajes desde una serena contención que no trasluce ningún juicio condenatorio previo.
Dos años después de la aparición de Càmfora, María Barbal dio a la imprenta una nueva obra titulada Ulleres de sol (1994).
