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Ingeniería y tecnologíaBiografía

Barba, Álvaro Alonso (1561-1653)

Metalúrgico español nacido en Lepe (Huelva) en 1561 y muerto hacia el año 1653.

Son escasas y mal conocidas las noticias biográficas acerca de Barba, a excepción de las que él mismo difundió en su libro. Debió de pasar a América como sacerdote con anterioridad a 1588. En 1590 residía en Tarabuco, estuvo después en Oruro y en el año 1617 era fue párroco en la región de los Lipez, regentando las parroquias de Tihuanaco, San Cristóbal y San Bernardo en Potosí.

Gran observador e interesado por las actividades laborales de sus feligreses, llegó a conocer perfectamente todas las operaciones de la minería y del beneficio de los metales, conocimientos que completó con obras alquímicas procedentes de la escuela aristotélica, así como con textos bíblicos y medievales que contenían algún informe sobre los metales utilizados en la antigüedad. Se interesó por los trabajos de Bartolomé de Medina, del portugués Acosta y de otros metalúrgicos implicados en el beneficio de las minas americanas. Esta información sirvió de base al método llamado del cazo y cocimiento, propuesto por él, para el beneficio de la plata en los yacimientos peruanos. Reunió sus conocimientos metalúrgicos en su libro Arte de los metales —de gran utilidad en la explotación minera de las colonias americanas—, cuya primera edición apareció en Madrid en el año 1640, y del que más tarde se hicieron múltiples traducciones.

A pesar de su ya avanzada edad, solicitó autorización para volver a España en 1649, con objeto de poner en práctica sus conocimientos sobre los minerales de plata de Niebla (Huelva); no obtuvo el permiso hasta 1657 y llegó a la península al año siguiente, acompañado de dos colaboradores. A pesar de su intensa actividad y de sus frecuentes viajes, no obtuvo Barba resultados positivos; en los memoriales que dirigió al monarca en esta época (1659-1660) expresó duras críticas contra la política minero-metalúrgica de la corona, culpable, a su entender, de la postrada situación de la minería en la metrópoli. Desmoralizado por la escasa comprensión de los medios oficiales, solicitó permiso para volver a América (1660), que le fue otorgado dos años después y que no llegó a utilizar por sobrevenirle la muerte.

Obra

El libro de Barba, Arte de los metales (1640), ha sido considerado como la única obra metalúrgica original escrita en el siglo XVII en cualquier idioma. Ello no obstante y a pesar de ser cita obligada en toda historia de la química, los juicios y críticas sobre la obra suelen ser superficiales e ignoran sus aspectos más positivos. El error más generalizado consiste en considerar, como hace el propio Barba, que la aportación más interesante del libro es la del beneficio de cazo y cocimiento ideado por el autor, cuando en realidad la originalidad reside en la nueva forma de afrontar los procesos químicos, por los aspectos tecnológicos modernos que se incluyen.

El Arte está compuesto por cinco libros, de valor muy desigual. El primero de ellos "trata del modo con que se engendran (los metales), y cosas que los acompañan". La aportación personal de Barba a lo largo de este extenso libro no es muy valiosa, aunque pone de manifiesto su erudición y su conocimiento de la realidad americana. Igualmente puede extraerse información de interés acerca de las posiciones básicas del autor frente a la ciencia. Resulta patente, por ejemplo, que respeta a las autoridades científicas, siempre que no contradigan su experiencia personal; valora la observación y experimentación con fuentes principales del conocimiento científico y técnico; y, por último, participa de las creencias alquimistas, por cuanto el sustrato teórico en que se apoyan es coherente con el conjunto del sistema de saberes.

El segundo libro "enseña el modo común de beneficiar los (minerales) de plata por azogue, con nuevas advertencias para ello". Se trata de la parte más importante de la obra y constituye una completa descripción y comentario del proceso de amalgamación. Prácticamente cada capítulo está dedicado a una de las sucesivas operaciones del proceso, con autorizadas consideraciones prácticas; algunos capítulos intercalados tienen en cuenta las anomalías y dificultades que pueden surgir en la última operación expuesta y ofrecen las soluciones adecuadas a cada caso. En los comentarios se pone de manifiesto el interés del autor por eliminar todo supuesto de carácter subjetivo y por interpretar objetivamente la marcha del proceso. Si a través de las detalladas descripciones del Arte se reconstruyen el proceso ideal preconizado por Barba, sorprende la reiteración de pruebas analíticas para el control del proceso y para introducir las variantes en el mismo que las condiciones de las materias primas aconsejen. Es conveniente destacar algunas de las pruebas que deben realizarse. En primer lugar, la riqueza del mineral se determina sobre una muestra, aplicando técnicas de fundición, de gran exactitud pero no rentables a escala industrial; el resultado obtenido permite comprobar con precisión el punto final del proceso, por comparación con otros análisis efectuados cuando el proceso está muy adelantado. Si este criterio resulta llamativo por su modernidad en la época en que se aplica, todavía lo es más la realización de un ensayo piloto completo para determinar las condiciones óptimas del proceso, según las características de los minerales disponibles; los resultados del proceso piloto permiten fijar los parámetros que deberán observarse en el proceso a escala industrial. El mismo rigor de que hace uso Barba en la planificación general del proceso lo aplica a los más pequeños detalles, como puede comprobarse en la forma en que aconseja realizar la incorporación de los aditivos correctores cuando la marcha del proceso lo hace necesario. Debe hacerse notar que Barba es uno de los primeros autores que tiene en cuenta correctamente todos los factores económicos antes de decidir la posible rentabilidad de una explotación, incluyendo el precio de las materias primas, del combustible y de la mano de obra, la amortización del equipo, etc.

En el libro tercero se expone el procedimiento de amalgamación por cazo y cocimiento descubierto por el autor en 1590 y perfeccionado con sucesivas mejoras hasta 1617. Indiscutiblemente, el método es original aunque su trascendencia práctica es cuestionable, como muestran los testimonios encontrados al respecto.

El libro cuarto, dedicado al beneficio de los metales por fundición, está justificado por la intención del autor de hacer una obra útil, que exige un carácter casi enciclopédico. Ocupa lugar primordial la descripción de los distintos tipos de horno y su manejo y se presta especial atención a los metales preciosos, de acuerdo con los intereses de los lectores potenciales; es de destacar que Barba aconseja el empleo de la fundición de los hornos de reverberación mucho antes de que ésta fuera una práctica habitual.

El quinto y último libro se ocupa de la separación de los metales entre sí. Es de carácter práctico e incluye valiosas observaciones, junto a innovaciones menores; puede considerarse como un apéndice en la línea de los libros de ensayadores o de los manuales prácticos para joyeros.

En definitiva, la obra de Barba representa la culminación de un proceso que se inició cuando una centuria antes Bartolomé de Medina aplicó por vez primera el método de amalgamación, que fue experimentando sucesivas adaptaciones y mejoras con objeto de aumentar los rendimientos y reducir la duración del beneficio, según las características de las materias primas. La obra de Barba constituye, por tanto, una gran síntesis y su mayor mérito estricta en haber elevado a la categoría de auténtica tecnología toda una serie de innovaciones que se había ido produciendo con la práctica cotidiana.

Bibliografía

Fuentes

Arte de los metales en que se enseña el verdadero beneficio de los de oro, y plata por azogue, el modo de fundirlos todos, y como se han de refinar, y apartar unos de otros. (Madrid, Imp. del Reyno, 1640). Otras ediciones castellanas: Córdoba (1675); Madrid (1680, 1729, 1768, 1770 y 1811); Lima (1817); Madrid (1842), edición por entregas al parecer no completada; Madrid (1852), con lamentable alteración del texto, según Maffei; Santiago de Chile (1877-1878), en 2 vols.; México (1925), facsímil de la edición de 1770; Madrid (1932), realizada con las mismas planchas de la edición mejicana; La Paz (1939); y Potosí (1967). Las ediciones inglesas comprenden solamente los libros I y II, todas ellas de Londres (1670, 1674, 1738, 1739, 1746); la primera versión completa al inglés es de Nueva York (1923).Traducciones alemanas son las de Hamburgo (1676), Francfort (1726 y 1739), y Viena (1749 y 1767); las francesas son de París (1730 y 1751) y La Haya (1752); y también se cita una edición italiana fecha en 1675.

Estudios

HOEFER, Ferdinand: Histoire de la chimie, pp. 305-311. (París, Firmin Didot Frères, 1869).
RODRÍGUEZ MOURELO, José: "Un libro famoso (El Arte de los metales)", en la Revista de la Real Academia de Ciencias, nº 29, pp. 9-52, 1932.
RODRÍGUEZ CARRACIDO, José: Álvaro Alonso Barba, Estudios histórico-críticos de la Ciencia Española (2.ª ed), pp. 169-184. (Madrid, Alrededor del Mundo, 1917).
GUZMÁN, Julio: "Gravimetrías a usanza del siglo XVI", en Anales de la Sociedad Española de Fisica y Química, nº 34, pp. 495-509, 1936.
BARGALLO, Modesto: La minería y la metalurgia en la América española durante la época colonial. (México, Fondo de Cultura Económica, 1955).
MUÑOZ, J. E.: "Álvaro Alonso Barba", en Anales de la Universidad Central de Quito, nº 98, pp. 241-255, 1964.
PORTELA, Eugenio: Los orígenes de la química moderna en España. (Tesis de Valencia, 1977).
BARNADAS, José M.ª Barnadas: Álvaro Alonso Barba (1569-1662). Investigaciones sobre su vida y su obra. (Sevilla y Barcelona, 1969). Ejemplar mecanografiado, en el que aparecen reproducidos los memoriales de Barba a que se ha aludido en el texto y se recogen las circunstancias de los últimos años de Barba en España.

Autor

  • Enciclonet