A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
PeriodismoLiteraturaBiografía

Banchs, Enrique (1888-1968).

Poeta, periodista y traductor argentino, nacido en Buenos Aires en 1888 y fallecido en su ciudad natal en 1968. Autor de una brillante producción lírica de corte clásico y temática universal, partió de los postulados estéticos modernistas para lograr un perfecto equilibrio entre la impecable factura formal de sus versos y la moderada expresión de su dolorido sentir poético.

Inclinado desde su temprana juventud al cultivo de la creación poética, a los diecinueve años de edad irrumpió en el panorama literario argentino con un deslumbrante libro de poemas, Las barcas (Buenos Aires: Ed. Nosotros, 1907), que llamó la atención de la crítica y los lectores especializados, quienes supieron advertir las extraordinarias dotes versificadoras del joven Banchs. Se trata de una opera prima que, claramente deudora del legado modernista de Rubén Darío, recupera el imaginario poético del maestro nicaragüense (lagos, cisnes, princesas, hadas, palacios...) para verterlo en un amplio abanico de registros métricos de arte mayor. El propio símbolo que da título a este poemario primerizo de Enrique Banchs (la barca como vehículo que conduce al hombre por las misteriosas aguas de lo remoto y desconocido) sirve para ilustrar -al tiempo que declara la dependencia de los motivos rubenianos- la condición de estas composiciones iniciáticas del poeta bonaerense, caracterizadas por la tensión entre el deseo de una gloria épica y el recogimiento interior que nace de la evocación y el recogimiento.

Alentado por la grata acogida dispensada a su primer poemario, Enrique Banchs volvió a los anaqueles de las librerías al año siguiente, con una nueva entrega lírica titulada El libro de los elogios (Buenos Aires: Ed. Nosotros, 1908). Sin abandonar todavía el cauce modernista por el que discurre todo su quehacer poético, el joven escritor de Buenos Aires dio muestra aquí de una intensificación de los temas y motivos procedentes de su íntimo proceso de introspección, aunque siempre tamizados por ese velo de recato y pudor que nunca permite descubrir la verdadera intimidad del poeta. Ahondando por esta senda, la poesía de Banchs llegará a liberarse definitivamente de su lastre externo o épico para consolidarse como una voz interior preocupada tan sólo por los propios sentimientos del poeta, despojada de toda referencia material y sensitiva, y siempre moderada en la expresión de su honda intimidad. Esta última y primordial peculiaridad es la que ha llevado a la crítica literaria argentina a situar la obra de Enrique Banchs en el extremo opuesto al ocupado por la producción poética del otro gran modernista austral de la época, Leopoldo Lugones, quien recurrió al tono enérgico y extravertido para expresar sus sentimientos más profundos.

Dicha evolución en la andadura lírica de Banchs se advierte con mayor nitidez en su tercera entrega poética, El cascabel del halcón (Buenos Aires: La Editorial Argentina, 1909), y, sobre todo, en su cuarto y definitivo poemario, titulado La urna (Buenos Aires: s.p.i., 1911), sin lugar a dudas su obra más completa y una de las cumbres cimeras de la poesía argentina del siglo XX. En efecto, desde el mismo momento de su salida de la imprenta, La urna se convirtió en pieza obligada de análisis para todos los estudiosos de la literatura hispanoamericana, y aún en la actualidad, cuando ha transcurrido casi un siglo desde su aparición, continúa siendo materia de estudio en las facultades de Letras argentinas. El propio Jorge Luis Borges reparó en la importancia de este poemario, y lo señaló como el mejor ejemplo "de las reticencias argentinas; de la dificultad que tenemos para las confidencias, para la intimidad".

La urna es una espléndida colección de cien sonetos que, en un asombroso ejercicio de unidad temática y formal, analizan con morosa delectación la casuística amorosa para concluir en la imposibilidad de que el amor llegue a realizarse si, previamente, no se ha operado sobre él una fría abstracción distanciadora, muy cercana a las remotas propuestas del código amatorio provenzal. Lógicamente, el hilo conductor que da sentido a todo el poemario recuerda también, en su minucioso recorrido por todos los aspectos de la relación amorosa, la naturaleza unitaria del Canzoniere petrarquista, aunque aquí matizada por el voluntario desprendimiento, por parte del yo poético, de cualquier referencia terrena o sensorial que pudiera traicionar ese pudor con que Enrique Banchs acoraza su atormentado interior.

Con apenas veintitrés años de edad, el poeta bonaerense se había consagrado, merced a La urna, como uno de las grandes voces líricas de las Letras hispanoamericanas del siglo XX. Sin embargo, a partir de entonces dejó cultivar el género poético -con alguna excepción recogida, muchos años después, en la edición de su Obra poética (1907-1955) (Buenos Aires: Academia Argentina de Letras, 1973)-, para centrarse en el ejercicio del periodismo y en las labores de traducción. En 1938 fue elegido presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), cargo que ocupó hasta 1941. Aquel mismo año fue admitido como miembro de número de la Academia Argentina de Letras. A los quince años de su desaparición, sobrevenida en 1968, vio la luz una recopilación de sus escritos ajenos al género poético, publicada bajo el título genérico de Prosas (Buenos Aires: Academia Argentina de Letras, 1983).

Bibliografía

  • - BATTISTESSA, Ángel, y BARBIERI, Vicente. Dos poetas argentinos (Buenos Aires: Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, 1945).

- FERNÁNDEZ, Belisario. Bibliografía de Enrique Banchs (Buenos Aires: Fondo Nacional de las Artes, 1960).

- GONZÁLEZ LANUZA, Eduardo. "Poesía y silencio de Banchs", en Sur (Buenos Aires), 177 (1949), págs. 67-73.

- VEDIA, Leónidas de. Enrique Banchs (Buenos Aires: Ediciones Culturales Argentinas, 1964).

J. R. Fernández de Cano.

Autor

  • Enciclonet