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LiteraturaPeriodismoBiografía

Ballesteros Gaibrois, Mercedes (1913-1995).

Narradora, ensayista, dramaturga, traductora, articulista, biógrafa y humorista española, nacida en Madrid el 6 de diciembre de 1913, y fallecida en su ciudad natal el 28 de junio de 1995. Casada con el novelista, dramaturgo y director de cine canario Claudio de la Torre, por la variedad temática y versatilidad genérica de sus escritos -firmados, cuando aparecían en la famosa revista La Codorniz, con los pseudónimos de "Baronesa Alberta" y "Silvia Visconti"- está considerada como una de las autoras más originales de su tiempo, y la única que en los difíciles años de la Dictadura franquista sentó plaza de escritora humorista.

Vida

Su temprana inclinación humanística contó con la inestimable ayuda de sus progenitores, los historiadores y académicos de la Historia Antonio Ballesteros y Mercedes Gaibrois (que fue la primera mujer admitida como miembro de número en dicha institución). En el seno de una familia tan volcada al mundo de las Letras, la joven Mercedes recibió una esmerada educación que, tras haber ampliado a lo largo de un extenso viaje por diferentes lugares de Europa, completó definitivamente con sus estudios superiores de Filosofía y Letras.

Ya por aquellos años de estancia en la Facultad comenzó a cultivar la creación literaria, primero tomando como material libresco los recuerdos de sus viajes por el extranjero, y luego ampliando sus miras a cualquier otro tema y género que pudiera merecer la atención de sus contemporáneos. Así, pronto comenzó a difundir sus artículos periodísticos y colaboraciones literarias a través de diferentes medios de comunicación, lo que, sumado a las buenas relaciones de su familia con todos los círculos culturales del país, pronto le permitió entrar a formar parte de los principales foros artísticos, literarios e intelectuales de su época. En uno de ellos entabló contacto con su futuro esposo, el ya mencionado Claudio de la Torre, a quien siguió hasta su residencia en el archipiélago canario para refugiarse de las atrocidades de la Guerra Civil.

Lejos de truncar su incipiente carrera literaria -como, por desgracia, ocurrió a otros muchos jóvenes autores-, la contienda fratricida sirvió a Mercedes Ballesteros para dedicarse al cultivo de una prosa de evasión que, si bien quedaba demasiado anclada en los tópicos inherentes a cada unos de los dos géneros que prodigaba (la narrativa policíaca y la novela rosa), la ayudó a difundir su nombre entre un gran número de lectores, al tiempo que contribuía a forjar su firme pulso narrativo.

En efecto, después de la guerra Mercedes Ballesteros Gaibrois se enfrascó en la redacción de unas narraciones de mayor calidad literaria e interés argumental, algunas de las cuales fueron distinguidas con los principales galardones de su época. Comenzó también a prodigar su firma en varios rotativos y revistas, entre los que destaca la ya citada La Codorniz, donde la autora madrileña dio rienda suelta a esa vena humorística que humanizaba sus vastos saberes.

Mercedes Ballesteros continuó escribiendo con regularidad hasta finales de la década de los años Sesenta. Durante todo este tiempo dedicada a dichas actividades creativas, tanto por la profesión suya como por la de su esposo, conoció a las principales figuras de la literatura, el cine, el teatro y el periodismo español del siglo XX. En 1973 se quedó viuda, y en 1985 publicó la que sería su última obra, una especie de memorias noveladas. Ya octogenaria, murió en Madrid a comienzos del verano de 1995, alejada de todos los foros culturales y olvidada en casi todos ellos.

Obra

Al margen de los numerosos artículos que dejó diseminados en multitud de periódicos y revistas, y sin entrar a analizar tampoco sus trabajos como ensayista (v. gr., Así es la vida) o biógrafa (como Gertrudis Gómez de Avellaneda), cabe empezar por señalar la importancia de Mercedes Ballesteros Gaibrois en su faceta como narradora, tanto por los relatos que escribió a lo largo de su dilatada trayectoria literaria como por sus excelentes novelas (sobre todo, como ya se ha indicado en parágrafos anteriores, las publicadas después de la Guerra Civil). En 1939 aparecieron algunas de las narraciones que la escritora madrileña había ido pergeñando durante el incierto desarrollo de la contienda bélica, como París-Niza, La extraña boda de Glori Dunn y La aventura de una chica audaz (obras que, dado el escaso interés que despertaron entre los críticos y lectores de su época, no volvieron a ser editadas, por lo que en la actualidad se consideran prácticamente desaparecidas).

Tras el período de guerra, Mercedes Ballesteros alternó la publicación de narraciones con el estreno de algunas interesantes obras dramáticas. Sus nuevas entregas narrativas, de mayor alcance que las anteriores, cosecharon importantes premios: Eclipse de tierra fue galardonada con el Premio "La Novela del Sábado", en su convocatoria de 1954; Taller (1960) -que, en 1963, bajo el título de Las chicas del taller, sería adaptada al teatro por Juan Ignacio Luca de Tena-, se alzó con el Premio Álvarez Quintero, concedido por la Real Academia Española; y El chico (1967) mereció el Premio María de Molina. Además, también escribió las novelas tituladas Invierno (1959) y La cometa y el eco (1967).

En su faceta de autora dramática, Mercedes Ballesteros debutó con Tienda de nieve, una tragedia poética que, al parecer, nunca fue llevada a un escenario, si bien quedó impresa en una edición privada, de tirada muy reducida (ciento cincuenta ejemplares), fechada en 1932. Se trata de un pieza muy breve, de corte vanguardista, en la que la imaginación simbólica de la autora busca una profunda renovación de las formas escénicas habituales, dentro de un marco lúdico plagado de continuos guiños intelectuales.

Tras la guerra, la escritora madrileña colaboró con su esposo en la construcción de una obra titulada Quiero ver al doctor. Firmada por ambos autores, es una comedia compuesta de tres actos, estrenada en el Teatro Infanta Isabel (de Madrid) el 23 de febrero de 1940, y editada en forma de volumen impreso en la década siguiente (Madrid: Ediciones Alfil, 1953). Se trata de una obra de factura irreprochable desde el punto de vista de las técnicas dramáticas (con diálogos ágiles e ingeniosos, situaciones de auténtico enredo y, en definitiva, todos los recursos válidos del teatro burgués anterior a la Guerra Civil); pero muy pobre en lo tocante a la originalidad de sus planteamientos temáticos y, sobre todo, en el trazado del perfil psicológico de los personajes. Teatro, pues, meramente evasivo, que sólo aspira a entretener en un momento histórico en el que resulta difícil apelar a la inteligencia y la sensibilidad del espectador.

Posteriormente, Mercedes Ballesteros estrenó Una mujer desconocida (Teatro Cómico de Madrid, 28 de mayo de 1946), obra que no sería llevada a la imprenta. Se trata de una comedia de enredo que, sujeta a las mismas pretensiones de distraer y divertir al espectador, consiguió el aplauso unánime de crítica y público, como queda bien patente en las reseñas publicada en los días siguientes al de su estreno. Marcada por una acusada influencia del lenguaje y las técnicas cinematográficas, Una mujer desconocida posee su mayor efectividad en los ingeniosos equívocos lingüísticos que supo crear su autora.

El 10 de mayo de 1951, en el Teatro Arriaga de Bilbao, tuvo lugar el estreno de El ángel del milagro, una comedia original de Stefani, traducida al castellano por Mercedes Ballesteros y Claudio de la Torre. Esta labor de traductora la desempeñó también frente a otras obras de autores extranjeros como Chéjov (de quien ofreció una versión castellana de El oso, estrenada en el Círculo Catalán de Madrid el 4 de febrero de 1957); Frank Launder y Sidney Guilliat (cuya obra Meet a body, traducida al castellano por Mercedes Ballesteros y Charles David Leal bajo el título de Crimen contra reloj, se llevó a las tablas en Madrid el 8 de marzo de 1960, para ser editada al año siguiente [Madrid: Escelicer, 1961]); y Henrik Ibsen (cuya Casa de muñecas fue presentada en castellano el 19 de enero de 1961, en el Teatro Eslava de Madrid, en versión de la escritora madrileña).

Además de las mencionadas obras originales y traducciones, Mercedes Ballesteros Gaibrois escribió y estrenó otras dos piezas teatrales que contaron con el beneplácito de sus contemporáneos. La primera de ellas, estrenada inicialmente bajo el título de Tío Jorge vuelve de la India (el 29 de mayo de 1952, en el Gran Teatro de Burgos), volvió a ser llevada a las tablas en la década siguiente, ahora transformada en Lejano pariente sin sombrero (21 de mayo de 1965, en el Teatro Windsor de Barcelona, a cargo de la compañía de Alejandro Ulloa). De la primera versión (Tío Jorge...) no se realizó ninguna edición impresa, pero la segunda (Lejano pariente...) fue publicada al año siguiente de su estreno (Madrid: Escelicer, 1966). La obra es una comedia compuesta de tres actos, por medio la cual la autora pretende denunciar el excesivo materialismo que regulaba las vidas de los jóvenes de su época.

Su otro gran éxito teatral es Las mariposas cantan, una comedia compuesta de tres actos, que fue llevada a las tablas por vez primera en el Teatro Reina Victoria de Madrid, el día 14 de noviembre de 1952. Galardonada con el Premio Tina Gascó, es, sin duda, la obra más interesante y personal de la autora (si exceptuamos aquella breve pieza vanguardista de su etapa inicial). Se trata de una inquietante ficción escénica, poblada de personajes reales y presencias fantasmagóricas, que juega a la perfección con las antiguas técnicas del engaño dentro del engaño hasta trastocar, en un brillante -aunque un tanto forzado- juego de espejos, la realidad en apariencia -y viceversa- al final de la obra. El éxito de esta obra justificó su edición impresa (Madrid: Ediciones Alfil, 1953).

Bibliografía

  • - FALCÓN, Lidia y SIURANA, Elvira. Mujeres escritoras. Catálogo de escritoras españolas en lengua castellana (1860-1992). (Madrid: Comunidad de Madrid-Dirección General de la Mujer, 1992).

- HORMIGÓN, Juan Antonio (dir.) Autoras en la Historia del Teatro Español (1500-1994). (Madrid: Publicaciones de la Asociación de Directores de Escena de España, 1996). 2 Vols.

- MARSÁ VANCELLS, Plutarco. La mujer en la literatura (Madrid: Ediciones Torremozas, 1987)

- NIEVA DE LA PAZ, Pilar. Autoras dramáticas españolas entre 1918 y 1936. (Madrid: Consejo Superior de Investigaciones científicas, 1993).

- O'CONNOR, Patricia W. Dramaturgas españolas de hoy (Madrid: Fundamentos, 1988).

- RODRÍGUEZ ALCALDE, Leopoldo. Teatro español contemporáneo (Madrid: Epesa, 1973).

Autor

  • J.R. Fernández de Cano