Balcells, Joan (1975-VVVV).
Tenista español nacido en Barcelona el 20 de junio de 1975 que, a pesar de contar con un concurso discreto en el circuito ATP, alcanzó un rotundo éxito como integrante del equipo español que en diciembre de 2000 consiguió la primera Copa Davis de la historia del tenis nacional.
Balcells comenzó a pelotear en la red a los diez años en el Club Natación Montjuïc, animado por un familiar apasionado del tenis. Abandonó pronto los estudios para dedicarse por completo al deporte de la raqueta y, con el apoyo económico de sus padres, consiguió debutar como profesional en enero de 1996. Desde entonces, su participación en los grandes torneos del circuito internacional ha sido siempre discreta y, aunque su palmarés está vacío de títulos importantes, logró alcanzar la semifinal del Conde de Godó en 1999 y la misma ronda en el torneo de Auckland un año después.
Perseguido por las lesiones, Balcells estuvo a punto de abandonar el tenis en varias ocasiones pero su debut en el equipo español de Copa Davis le compensaría con creces de todos los malos momentos anteriores. Hasta entonces, el discípulo de Pato Álvarez era un tenista desconocido para el gran público que luchaba por sumar puntos y ascender posiciones en la clasificación mundial de la ATP. En 1999 consiguió su primera victoria frente a un tenista de prestigio al imponerse a Carlos Moyá en el torneo de Mallorca y Manolo Santana decidió convocarlo como reserva del equipo español de la Davis que debía jugarse la permanencia en Nueva Zelanda. El combinado nacional consiguió la victoria y sentó las bases para que, un año y tres meses después, España consiguiera su primera Copa Davis. Para Balcells representaba una gran oportunidad y no la desaprovechó.
El camino para conquistar la "ensaladera" comenzó en Murcia en el mes de febrero de 2000. En la primera ronda, Italia se presentaba como un rival asequible y el equipo español venció por 4-1. La pareja de dobles Balcells-Corretja se impuso con claridad a los italianos Gaudenzi y Nargiso por 6-3, 6-4 y 6-1 y aseguraron la clasificación del equipo para los cuartos de final que debía celebrarse en Málaga. En la ciudad andaluza, el reto era batir a Rusia y los jugadores españoles no defraudaron. Repitieron el 4-1 conseguido ante Italia aunque, en esta ocasión, la pareja Balcells-Corretja no pudo conseguir el punto y cayó ante Yevgueny Kafelnikov y Marat Safin por 7-6 (7-4), 2-6, 7-6 (7-3) y 6-4. España se plantó en semifinales preparada para realizar una de las mayores hazañas del tenis nacional; lograr que el equipo estadounidense, capitaneado por el legendario John McEnroe, abandonara las pistas de Santander con una humillante derrota. Corretja, Balcells, Costa y Ferrerocolocaron un indiscutible 5-0 en el marcador y dos de los puntos del equipo fueron responsabilidad directa del joven Balcells. Junto a Corretja venció en el partido de dobles frente a Todd Martin y Chris Woodruff por 7-6 (8-6), 2-6, 6-3, 6-7 (5-7) y 6-3 y en su concurso individual se impuso ante Jan-Michael Gambill por 1-6, 7-6 (7-2) y 6-4. Después de treinta y tres años España alcanzaba la tercera final de toda su historia en Copa Davis y los entrenadores del equipo repitieron su confianza en el cuarteto que había arrasado en Santander para afrontar la histórica cita frente a Australia. España estaba preparada para ganar en Barcelona su primera "'ensaladera". El joven Juan Carlos Ferrero se convirtió en el héroe del equipo cuando consiguió el punto definitivo de la victoria (3-1) frente a Hewitt pero, en la segunda jornada del torneo, Balcells y Corretja habían disputado el partido más complicado a priori de la eliminatoria. La pareja australiana Woodforde y Stolle, una de las mejores del circuito, partían como claros favoritos para conquistar el punto en el partido de dobles pero Corretja y, sobre todo, un extraordinario Balcells, arrollaron en las pistas de Barcelona a los australianos con un triple 6-4.
Desde la retirada de Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal, el equipo nacional necesitaba un doble con posibilidades en la alta competición y Joan Balcells demostró su disposición a recoger el testigo.
