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Arzáns Orzúa y Vela, Bartolomé de (1676-1736).

Escritor e historiador español, nacido en la Villa Imperial de Potosí (dentro del antiguo Virreinato del Perú, en el territorio denominado entonces Alto Perú, que en la actualidad conforma el suelo de la nación boliviana) en 1676, y fallecido en su lugar de origen en 1736. Su nombre ha quedado impreso en la historia de las Letras hispanoamericanas por haber sido el autor de un monumental trabajo literario e historiográfico que, bajo el título de Historia de la Villa Imperial de Potosí, le convierte en uno de los cronistas más lúcidos y amenos de la literatura colonial escrita en lengua castellana.

Vida

Apenas han llegado hasta nuestros días algunos datos biográficos relativos a este singular escritor autodidacto, autor de un magno empeño literario concebido desde el profundo amor que sentía hacia su tierra natal. Se sabe que, antes de embarcarse en su grandioso proyecto, ya había escrito un breve tratado titulado Anales de la Villa Imperial de Potosí, texto que le sirvió de esbozo para acometer, hacia el año de 1703, la redacción de su monumental Historia. Los caprichosos vericuetos por los que discurre la transmisión literaria propiciaron que, mientras que el breve texto de los Anales... circulaba profusamente por los mentideros culturales hispanoamericanos de los siglos XIX y XX, el extenso legado manuscrito de la Historia... (que, en su edición actual, ocupa más de mil doscientas páginas, distribuidas en tres gruesos volúmenes) no fuera rescatado hasta comienzos del siglo XX. A mediados de dicha centuria fue finalmente llevado a la imprenta por los estudiosos norteamericanos Lewis Hanke y Gunnar Mendoza (Historia de la Villa Imperial de Potosí [Providence (Rhode Island, U.S.A.): Brown University Press, 1965]). Cinco años después se reeditaron también los célebres Anales de la Villa Imperial de Potosí (La Paz: Ministerio de Educación y Cultura, 1970).

Al parecer, fue el hijo de Bartolomé de Arzáns de Orsúa y Vela quien culminó la redacción de la Historia..., cuyo proceso de escritura había quedado truncado en 1736, con motivo del fallecimiento del escritor de Potosí. Aquél fue el único vástago nacido de un matrimonio contraído por Arzáns, cuando contaba veinticuatro años de edad, con una mujer que pasaba los cuarenta. Del resto de su vida sólo se conocen algunos datos que pueden inferirse de su obra, como su gran afición a los toros, sus simpatías hacia los indios y su constante presencia en los más señalados eventos públicos de su querida patria chica, en los que alcanzó fama de brillante orador. También resulta fácil detectar el influjo de una férrea formación religiosa que, al lado del afán moralizante que preside numerosos pasajes de la Historia..., asoma en varios lances de innegable espiritualidad popular (así, v. gr., cuando el autor atribuye la salvación de su compadre Pablo Huancani, víctima de un accidente minero, a la intervención milagrosa de la Candelaria de San Pedro). Respecto a su formación literaria, parece innegable que, aunque se trata de un escritor autodidacto, Bartolomé de Arzáns había leído con fruición y provecho muchas de las obras picarescas que, a la sazón, satisfacían los gustos literarios de los habitantes más instruidos del Virreinato del Perú.

Historia de la Villa Imperial de Potosí

Desde una concepción del mundo propia del hombre barroco e indiano que era Arzáns, la Historia... quedó planteada como un ameno ejercicio literario que, sin apartarse en ningún momento del rigor historiográfico inherente a cualquier obra de su género, tenía como principal objetivo agradar a los lectores y hacerles partícipes de cuantas tradiciones y leyendas configuraban el rico acervo cultural de los pobladores de la Villa Imperial. Surgió, así, un deslumbrante texto misceláneo que, bajo la influencia directa de la obra anterior del cronista peruano Antonio de la Calancha (1584-1654), recogía entre sus apretadas páginas algunos de los episodios más destacados de la historia del Virreinato del Perú desde 1545 hasta 1736, junto con numerosas anécdotas locales de Potosí, abundantes referencias concretas a personajes relevantes de la Villa, y un sinfín de relatos y narraciones breves que, muy cercanas al género cuentístico, otorgaron a la obra una sólida dimensión literaria y permitieron que Arzáns se revelara como el magnífico narrador que era. Tanto es así, que la presentación de los datos históricos queda en todo momento supeditada a la construcción narrativa de la obra y al mantenimiento de esa tensión ficcional que se hace presente desde sus primeros párrafos, poniendo de relieve la manifiesta voluntad literaria de Arzáns de Orsúa.

En efecto, a través de los cientos de folios que conforman la Historia de la Villa Imperial de Potosí aparecen abundantes referencias a las guerras intestinas sostenidas entre las distintas facciones de los mineros que trabajaban en las minas de plata; numerosas noticias de los enfrentamientos que, originados en la metrópoli, se seguían reproduciendo allí entre los descendientes de vascos y andaluces; e innúmeras alusiones a los principales acontecimientos que marcaron el devenir histórico de la Villa desde su fundación hasta el momento en que escribe Arzáns (como, v. gr., la devastadora epidemia de peste declarada en 1719, que acabó con la vida de veinte mil potosinos). Pero, por encima de estos valiosos documentos históricos o testimoniales, brillan con especial fulgor las historias pasionales de amor y odio; las relaciones laborales entre negociantes, artesanos y mineros; las leyendas de los mártires consagrados en cada uno de los distintos grupos sociales que configuran el proteico entramado humano de la ciudad (negros, indios, mestizos, criollos y españoles); y, en general, las historias centradas en los temas predilectos de un poderoso narrador que, como Arzáns, enfoca su objetivo sobre las figuras femeninas (a la que, desde las pautas mentales propias de un hombre del barroco, no trata demasiado bien), las fiestas y celebraciones locales (con especial atención a los espectáculos taurinos) y las ceremonias públicas que, durante muchos años, constituyeron el mejor reflejo del esplendor de una de las ciudades más prósperas de la España ultramarina (a comienzos del siglo XVII, Potosí podía equipar su lujo y extensión con algunas de las principales capitales europeas, como Madrid y Londres).

Una de las mejores muestras de esa rara habilidad de Bartolomé de Arzáns a la hora de combinar el dato histórico con la anécdota local aparece en su relación de las guerras civiles prolongadas entre 1622 y 1625, en las que, en un terrorífico clima de violencia desatada, perdieron la vida más de tres mil trescientos españoles y cerca de dos mil quinientos peruanos. Según narra el ameno escritor de Potosí, en medio de esta cruel contienda fratricida sus paisanos hicieron un "alto el fuego" para llorar la muerte de Felipe III y festejar la canonización de san Ignacio de Loyola, acontecimientos celebrados con el lujo, el boato y la suntuosidad a que, a pesar de los años de guerra, seguían acostumbrados los potosinos.

Una buena prueba de la supremacía concedida por Arzáns de Orsúa a la dimensión literaria de su narración queda patente en su necesidad de inventarse algunas de las obras históricas que, supuestamente, le han suministrado los datos que maneja. Así, cita textualmente los nombres de ciertos "historiadores" de los que jamás se ha hallado referencia alguna, como Antonio de Acosta, Juan Pasquier, Juan Sobrino, Pedro Méndez y Bartolomé Dueñas, todos ellos "autores" -siempre según el juego ficticio de Arzáns- de diferentes historias sobre la Villa de Potosí. En realidad, Arzáns se está inventando así una tradición histórica y literaria que le permite presentar su ciudad natal como ese territorio mítico que, a partir de entonces, habrá de constituirse en uno de los procedimientos claves de la creación novelesca particular de numerosos autores hispanoamericanos.

Este procedimiento triunfa, sobre todo, en la primera parte de su obra, organizada en tres grandes ciclos que siempre culminan con terribles castigos divinos provocados por la pecaminosa vida de los pobladores de Potosí. En la segunda parte de la Historia..., mucho más cercana a la crónica "periodística", Bartolomé de Arzáns hace patente su tristeza ante la decadencia actual de su ciudad, al paso que narra la sublevación de indios y mestizos contra las ciudades españolas a comienzos del siglo XVIII. Así, en un lectura global de la obra se aprecia el trasfondo ideológico del narrador, plasmado en el pesimismo del criollo que añora la grandeza mítica del pasado de su ciudad (localizada en su esplendor económico durante los siglos XVI y XVII), desde la dura realidad prosaica del momento (manifiesta en la decadencia del siglo XVIII).

Por lo demás, otros detalles muy significativos delatan también esa predilección de Arzáns de Orsúa por los aspectos literarios de su obra. Así, v. gr., la mencionada inclusión de todos los relatos, tradiciones y leyendas que circulan por la ciudad, admitidos como verdaderos por el autor y presentados como una amena recopilación que, andando el tiempo, habría de dar lugar a algunas de las colecciones de cuentos coloniales más destacadas de las Letras bolivianas y peruanas (como las célebres Tradiciones, de Ricardo Palma). A todo ello hay que sumar su declaración expresa de que escribe para agradar al lector, y el empleo de una constante ironía que, al tiempo que introduce un cierto distanciamiento del narrador frente a los hechos narrados, relativiza el discurso puramente histórico de su obra.

La importancia de la Historia de la Villa Imperial de Potosí en la posterior tradición literaria andina no sólo se hizo patente en el mencionado texto del peruano Ricardo Palma, sino también en otras muchas obras que, de una u otra manera, acusaron la influencia directa de Bartolomé de Arzáns. En efecto, la riqueza expresiva y miscelánea de su Historia... constituye un fecundo venero de temas, tópicos, motivos, acontecimientos y personajes que ha surtido de material literario a algunos escritores como el filósofo y dramaturgo boliviano Guillermo Francovich (autor de pieza teatral El monje de Potosí, que recupera una de las crónicas legendarias de Arzáns), o su compatriota Néstor Taboada Terán (responsable de la novela Manchay Puytu, el amor que quiso ocultar Dios, también basada en la Historia... de Arzáns). A ello hay que sumar la importancia del texto de Bartolomé de Arzáns a la hora de trasmitir hasta nuestros días el conocimiento de algunas muestras de la poesía colonial de su época, recogida entre las páginas de la Historia de la Villa Imperial de Potosí en forma cantares y pasquines anónimos.

Bibliografía.

  • GARCÍA PABLO, Leonardo. Espacio andino, escritura colonial y patria criolla. La historia de Potosí en la narrativa de Bartolomé Arzáns (Ann Arbor: UMI, 1990).

HANKE, Lewis y MENDOZA, Gunnar. "Introducción" a Bartolomé de Arzáns de Orsúa y Vela: Historia de la Villa Imperial de Potosí (Providence [Rhode Island, U.S.A.]: Brown University Press, 1965).

HANKE, Lewis. "Um misterio bibliográfico: A Historia de Potosí, de Antonio de Acosta", en Revista Portuguesa de História, VIII (1961), págs. 5-10.
------------. Bartolomé Arzáns de Orsúa y Vela's History of Potosí (Providence [Rhode Island, U.S.A.]: Brown University Press, 1965).
------------. "Bartolomé Arzáns de Orsúa y Vela, y las opiniones sobre indios en su Historia de la Villa Imperial de Potosí", en XXXVI Congreso Internacional de Americanistas. Actas y memorias (Sevilla, 1966), vol. IV, págs. 131-141.
MENDOZA, Gunnar. "Análisis de los manuscritos de la Historia de Potosí utilizados para esta edición", en Bartolomé de Arzáns de Orsúa y Vela: Historia de la Villa Imperial de Potosí (Providence [Rhode Island, U.S.A.]: Brown University Press, 1965), vol. III, págs. 461-467.
RIVERA RODAS, Óscar. "Niveles diegéticos en las crónicas de Arzáns", en Revista Iberoamericana (Pittsburgh [Pensilvania, U.S.A.]), 134 (1986), págs. 9-28.

Autor

  • JR