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LiteraturaBiografía

Aranda, Santiago Dimas (1924-VVVV).

Poeta, narrador y dramaturgo paraguayo nacido en Villa Rica del Espíritu Santo (en el departamento de Guairá) en 1924. Autor de una notable producción literaria que abarca las principales modalidades genéricas de la escritura creativa (novela, cuento, poesía y teatro), está considerado como una de las voces más representativas de la denominada "Promoción del 50", junto a otros autores de tanto relieve en las Letras paraguayas contemporáneas como José Luis Appleyard y Ramiro Domínguez.

Escritor relativamente tardío, Santiago Dimas Aranda irrumpió en el panorama literario paraguayo a comienzos de los años sesenta, cuando, ya rebasados los treinta y cinco años de edad, publicó su poemario titulado Sangre de Tierra y Luna (1960). Posteriormente, añadió a su particular bibliografía lírica otras colecciones de versos tan celebradas por la crítica y los lectores como las tituladas Antología del silencio (1970), Metal es la fragancia (1974) y Fragancia de raíces (1983). En líneas generales, su poesía gira en torno a dos de los grandes ejes temáticos de la lírica universal, el amor y la libertad, contemplados desde la óptica del compromiso: "Preguntas, joven poeta, si gritar es poesía. / Yo te respondo «sí» / en este tiempo sin metáforas / en que el cuerpo del hombre y su esperanza / no pasan de ser sólo sombras / y un gran silencio interrogante a cuestas. // Yo te respondo, poeta, / que la metáfora, hoy, / es piedra que aplasta y metal que hiere. // Yo te respondo «sí», / que gritar contra el silencio es poesía. // Grita, poeta, contra la sombra, / grita contra la muerte, / ¡grita hasta morir!" ("A un joven poeta", de Vida, ficción y cantos). El interés de Santiago Dimas Aranda por las nuevas voces de la lírica paraguaya contemporánea le ha llevado también a seleccionar y publicar, en colaboración con Hedy González Frutos, la muestra antológica titulada 14 Testimonios de la Poesía Paraguaya (1972).

Aún más tardía que su incursión en la poesía fue su irrupción en los dominios de la prosa de ficción, género en el que se dio a conocer por medio dos magníficas novelas que, presentadas bajo los títulos de La pesadilla (1984) y El amor y su sombra (1984), fueron galardonadas, respectivamente, con el primer y el tercer premio en el "Concurso Hispanidad 76". Aunque ambas narraciones extensas de Santiago Dimas Aranda obtuvieron dichos galardones en 1976, a causa de la condición de exiliado de su autor -como tantos otros escritores notables de las Letras paraguayas de la segunda mitad del siglo XX- no vieron la luz hasta mediados de la década siguiente.

Autor de numerosos poemas, relatos y escritos teatrales que permanecen inéditos, el escritor de Villa Rica del Espíritu Santo volvió a sorprender gratamente a críticos y lectores a mediados de los años noventa, cuando dio a la imprenta su excelente novela titulada Medio siglo de agonía (1994). Dos años después, Santiago Dimas Aranda volvió a los anaqueles de las librerías con Vida, ficción y cantos (1996), un volumen híbrido en el que recogió algunos de sus relatos y poemas inéditos. Esta interesante muestra de su quehacer literario, dividida en dos partes ("Vida y ficción", que comprende las excelentes narraciones breves "Los desterrados", "Perdonar es divino", "Pantalón de hombre", "La maldición de Juandé González", "Hijos y entenados en plena guerra", "Julián Centella", "Pena perpetua", "Un golpe del destino", "El bastón torsionado", "Una noche en el exilio" y "Ña Lujarda Aguirre, maestra de Paso Pé"; y "Cantos. Visión retrospectiva", que contiene algunos poemas tan destacables como "Página breve", "El reloj del nosocomio", "Juventud", "Aún soy yo", "Cardos santos", "Eran pupilas verdes" y, entre otros, el ya citado "A un poeta joven"), incluye un apéndice con poemas de Gerardo y Mariano Pignatiello, nietos del escritor de Villa Rica. En una auténtica declaración de intenciones acerca de su propósito de alentar las nuevas voces poéticas paraguayas, Santiago Dimas Aranda justifica la inclusión de estos poemas "porque los autores son jóvenes y libres de expresión y de intención", "porque los amo por ser de mi sangre, y porque son jóvenes capaces de pensamiento propio", y "porque lo que más amo de los jóvenes y de los pájaros es su libertad".

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.