Juan de Aragón (1429-1475): El arzobispo de Zaragoza que marcó la historia de Aragón
Juan de Aragón, nacido en 1429 y fallecido el 19 de noviembre de 1475 en Albalate de Cinca (Huesca), fue un religioso español que se desempeñó como arzobispo de Zaragoza entre 1460 y 1475. Su vida estuvo marcada por su origen bastardo, siendo hijo ilegítimo de Juan II de Aragón y una dama de la familia Avellaneda. A pesar de no contar con vocación religiosa, Juan de Aragón llegó a ocupar importantes cargos eclesiásticos y políticos, destacándose en la corte aragonesa durante el reinado de su padre. Su legado sigue siendo relevante, no solo por su influencia política y religiosa, sino también por sus aportes literarios y culturales.
Orígenes y contexto histórico
Juan de Aragón nació en un contexto histórico de gran dinamismo político en el Reino de Aragón. Era hijo de Juan II de Aragón, monarca que gobernó el reino durante un periodo complicado, marcado por disputas internas, luchas de poder y la consolidación de la Corona de Aragón. La educación de Juan estuvo muy influenciada por la corte itinerante de la monarquía aragonesa, que le permitió formarse principalmente en habilidades militares y en las lecturas de tipo caballeresco, aspectos típicos de la formación de los nobles y príncipes de la época. Sin embargo, la historia de su vida tomó un giro decisivo cuando su padre decidió encaminarlo hacia una carrera eclesiástica, a pesar de que Juan no mostraba ninguna inclinación religiosa.
En la Edad Media, los hijos bastardos de los monarcas eran frecuentemente dirigidos hacia el clero, ya que el ámbito religioso ofrecía posiciones de poder y prestigio sin necesidad de que la legitimidad de su nacimiento fuera un impedimento. Fue así como, gracias a las buenas relaciones entre Juan II de Aragón y el Papa Calixto III, Juan de Aragón recibió en 1458 el respaldo papal para ocupar importantes cargos eclesiásticos, como el arzobispado de Zaragoza.
Logros y contribuciones
El arzobispado de Zaragoza
En 1460, Juan de Aragón asumió el cargo de arzobispo de Zaragoza sin haber tomado siquiera las órdenes menores, una práctica común en la época para los hijos bastardos de la nobleza. Su nombramiento fue un acto de gran significación política, ya que el arzobispado de Zaragoza era una de las instituciones eclesiásticas más importantes del reino aragonés. Desde esta silla, Juan desempeñó un papel relevante en las políticas de su padre, prestando apoyo tanto en la financiación de las campañas militares como en el control y vigilancia de las instituciones forales de Aragón.
En su rol como arzobispo, Juan de Aragón no solo se ocupó de los aspectos religiosos, sino también de los asuntos políticos y administrativos del reino. Su figura se encontraba muy vinculada a la corte, siendo miembro constante del consejo real. En 1472, también fue nombrado abad del monasterio de Veruela, cargo que consolidó aún más su influencia en la vida política y religiosa del Reino de Aragón. Este nombramiento, sin embargo, fue especialmente significativo ya que la abadesa de Veruela, hasta ese momento, había estado bajo el control de la orden cisterciense, pero Juan de Aragón fue el primer abad en no pertenecer a esta orden.
Un hombre de letras y de cultura
A pesar de su carrera eclesiástica, Juan de Aragón también se destacó por su interés en la cultura y la literatura. Rodeado de literatos y hombres de letras, comenzó a reunir una pequeña corte intelectual en su entorno, entre los que destacaba Gauberte Fabricio de Vagad, quien llegó a ser cronista y alférez de la casa del arzobispo. Esta corte literaria fomentó la creación de varias obras importantes, bajo la supervisión de Juan, aunque en algunos casos parece que él mismo participó en su redacción.
Entre las obras más relevantes de esta etapa se encuentran las Constituciones Sinodales del Arzobispado de Zaragoza (1462) y las Ordinaciones pertenecientes al oficio de los señores diputados hechas en las Cortes de Fraga (1460). Ambas son de gran relevancia para la historia de Aragón, pues reflejan las preocupaciones políticas y eclesiásticas del momento, además de ofrecer una visión de la administración y las normativas que regían la vida del reino. Estas obras se encuentran manuscritas y constituyen valiosas fuentes para el estudio del Aragón medieval.
Momentos clave en la vida de Juan de Aragón
A lo largo de su vida, varios momentos clave marcaron su trayectoria, tanto en el ámbito eclesiástico como en el político.
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1460 – Toma de posesión como arzobispo: Juan de Aragón asumió el arzobispado de Zaragoza el 29 de julio de 1460, un nombramiento que reflejaba la fuerte influencia política de su familia y la cercanía con el papado.
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1472 – Nombramiento como abad de Veruela: Además de su cargo eclesiástico en Zaragoza, Juan de Aragón también fue nombrado abad del monasterio de Veruela, una decisión que consolidó su poder en la administración eclesiástica del reino.
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1473 – Renuncia a la abadía de Montearagón: En 1473, renunció a la abadía de Montearagón, aunque continuó en el cargo de abad de Rueda. Este fue un paso significativo en su consolidación como una de las figuras clave dentro de la corte de Aragón.
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1475 – Enfermedad y muerte: En noviembre de 1475, mientras realizaba una visita a Albalate de Cinca, Juan de Aragón enfermó gravemente. Fue en esa localidad donde falleció el 19 de noviembre, dejando un legado de poder y de contribuciones a la historia de Aragón.
Relevancia actual
El legado de Juan de Aragón perdura hasta el día de hoy, tanto en el ámbito religioso como en el cultural. Su influencia en la política aragonesa de su época fue crucial, ya que desde su cargo de arzobispo desempeñó un papel activo en las decisiones del reino, en colaboración con su padre, Juan II de Aragón. A su vez, su interés por la literatura y las artes contribuyó al enriquecimiento cultural de la región, lo cual sigue siendo valorado por los estudiosos de la historia medieval de Aragón.
El sepulcro de Juan de Aragón, hecho de alabastro, permanece en la Seo de Zaragoza, en la capilla mayor, como testimonio de su importancia en la historia de la ciudad y del reino. Su muerte no solo marcó el final de una época, sino también el cierre de una etapa de intensa participación en los asuntos del reino. A través de sus contribuciones y su dedicación a la administración eclesiástica, Juan de Aragón se consolidó como una de las figuras clave de la Aragón medieval.
El testamento de Juan de Aragón, que dispuso la donación de todas sus riquezas a obras de beneficencia, refleja la generosidad y la preocupación social del arzobispo. Este acto de caridad, junto con su influencia cultural y política, sigue siendo un punto de referencia para entender la transición entre los siglos XV y XVI en Aragón.
MCN Biografías, 2025. "Juan de Aragón (1429-1475): El arzobispo de Zaragoza que marcó la historia de Aragón". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/aragon-juan-de [consulta: 28 de septiembre de 2025].