Antón y Ferrándiz, Manuel (1849-1929).
Antropólogo español nacido en Muchamiel (Alicante) el 29 de diciembre de 1849 y fallecido en 1929.
Cursó sus primeros estudios en Alicante y Valencia, y terminó luego el bachillerato en Madrid. En la universidad de esta ciudad estudió ciencias físico-químicas, en las que se doctoró en 1876. Las teorías transformistas de la época le hicieron interesarse vivamente en las ciencias naturales, en las que se doctoró por la Universidad Central en 1883. Comenzó a publicar sus primeros trabajos sobre malacología. Durante su carrera en dicha universidad tuvo una corta experiencia docente en el Instituto de Córdoba, aunque regresó muy pronto a la Universidad de Madrid para ocupar el cargo de ayudante en el gabinete de historia natural en 1879.
En 1883 participó como zoólogo y botánico de una expedición científica a Marruecos, durante la cual decidió dedicarse definitivamente a la antropología. Como esta disciplina no era materia de estudio en ningún centro académico, decidió viajar a Francia por su cuenta para estudiar en el laboratorio de Antropología en el Museo de Historia Natural de París, dirigido por Armand de Quatrefages y René Verneau. El fin que perseguía Antón en Francia era aprender las nuevas técnicas que garantizaban el cientificismo de la antropología según la corriente positivista de Paul Broca y su escuela, es decir, los métodos craneométricos y antropométricos.
Las investigaciones de Antón durante estos años estuvieron marcadas por esta influencia, y encaminadas a la búsqueda de la huella de la presencia del hombre de Cro-Magnon en España, tomando como referencia los trabajos sobre los restos guanches realizados por Verneau, de ahí que su primer trabajo sobre el tema sea precisamente "La raza de Cro-magnon en España". La existencia en tiempos prehistóricos de esta raza, que a su juicio debiera llamarse guancha, alcanzó los tiempos del mamut, poblando no sólo el occidente de África y las Islas Canarias, sino también propagándose de uno a otro continente por la Península Ibérica.
Realizó un buen número de actividades científicas para consolidar la antropología en las instituciones académicas españolas, incorporando en ellas los conocimientos adquiridos en Francia. A su regreso de ese país inició la creación de la Sección de Antropología en el Museo de Historia Natural en Madrid, teniendo como base los hallazgos arqueológicos, objetos etnográficos y antropológicos traídos por los integrantes de la Expedición al Pacífico de 1862-1866 y, sumadas a éstos, algunas colecciones de las secciones de anatomía comparada y paleontológica. Deseaba que la aludida sección se convirtiera en un Museo-laboratorio semejante en estructura a la institución francesa.
En 1885 inauguró una cátedra libre de antropología a la que asistieron colegas, tales como Olóriz, Salillas y Bonilla y San Martín, con alumnos tan destacados como Telesforo de Aranzadi, Luis de Hoyos y otros. Con este último se encargó del estudio de los materiales antropológicos y etnográficos mostrados en la Exposición general de Filipinas, efectuada en el Retiro madrileño en 1887. En el laboratorio se llevaron a cabo las primeras investigaciones antropométricas, sistemáticas, y monografías realizadas con rigor en España. Gracias al reconocimiento a sus trabajos y a la labor política que desempeñó a partir de 1890 (perteneció durante algunos años al partido de Cánovas), logró ampliar la referida sección.
Como parte de la cúpula docente administrativa del Ateneo de Madrid (donde ocupó varios cargos), abogó por la difusión de la antropología mediante cursos y conferencias que impartió entre 1891 y 1898. Asimismo, creó la cátedra de antropología adscrita a la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid, en 1892, en además de esa asignatura, se impartió etnografía y etnología. En 1887, la Real Academia de Historia le encargó el estudio de los cráneos antiguos hallados por Vives en Ciempozuelos, cuyo resultado publicó en ese mismo año. Tres años después fue representante de España en el Congreso Internacional de Antropología y Arqueología Prehistóricos en París, así como en 1912 en el XIV celebrado en Ginebra. En este último presentó un trabajo sobre los cráneos cuaternarios en España, presentando la raza de Torremolinos como un nuevo tipo racial prehistórico.
Participó en el desarrollo de la Escuela de Criminología española, conjuntamente con Salillas, como profesor de dicha escuela. También actuó como Vocal de la Junta de Prisiones y Presidente del Instituto Español de Criminología. Al crearse el Museo de Antropología, Etnografía y Prehistoria en 1910, fue nombrado director del mismo, cargo que desempeñó hasta su muerte, ocurrida el 2 de septiembre de 1929. En esta institución realizó una activa labor docente, en la que se incluyó un curso de prehistoria que impartió en 1920. Un año después se fundaba en España la Sociedad Española de Antropología, Etnografía y Prehistoria, con organización y métodos de estudios más modernos, a cargo de relevantes figuras, como Salillas, Simancas u Olóriz.
Además de los trabajos mencionados, Antón publicó otros como: "Estudio de un cráneo humano, procedente del Golfo de Guinea" (1887); "¿El Antropopithecus?" (1895), basándose al descubrimiento de Dubois en la isla de Java; "Razas y tribus de Marruecos" (1903), donde analiza los caracteres raciales y culturales de árabes, bereberes y otros grupos; un Manual de Antropología e Historia (1912), donde se declaraba partidario de la evolución y monogenista; etc.
Bibliografía
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ORTIZ, C. "Antón y Ferrándiz, Manuel" en Diccionario Histórico de la Antropología Española, Madrid: CSIC, Departamento de Antropología de España y América.
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------------: Historia del pensamiento antropológico en España. Madrid, Universidad Complutense, 1988.
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RONZÓN, E. Antropología y antropologías. Oviedo, Pentalfa, 1991.
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SÁNCHEZ, D. "El Excmo. Señor D. Manuel Antón y Ferrándiz" en Sociedad Española de Antropología Etnografía y Prehistoria. Actas y Memorias, 10, 12-30, 1917.
