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HistoriaPolíticaBiografía

Amadeo IV, Conde de Saboya (ca. 1195-1253).

Décimo conde de Saboya, nacido hacia 1195 y muerto el 11 de julio de 1253 en el castillo de Montmelian.

Fue el primogénito del conde Tomás I de Saboya y de su esposa, Margarita, hija del conde Guillermo I del Genevese. Carecemos de datos fiables acerca de su nacimiento, aunque éste debió suceder después de 1195, por el hecho de que su padre alcanzó la mayoría de edad tan sólo un año antes, que debió ser además el año de su matrimonio. Lo que es seguro es que Amadeo ya era mayor de edad en 1215, cuando es mencionado en el tratado de Piverone, entre el conde de Saboya y la Comuna de Vercelli, en el cual asumió empeños políticos y militares.

Amadeo IV sucedió a su padre a su muerte en marzo de 1233. Inmediatamente, su hermano Aimone contestó a Amadeo la sucesión paterna y, negando la existencia de un testamento de Tomás I a su favor, pidió la partición del patrimonio condal. Aimone fue apoyado en sus pretensiones por su hermano Pedro; Amadeo contó con el de otro de los hermanos, Tomás. Por intervención de los principales vasallos del país, que actuaron como pacificadores, en 1234 se alcanzó un acuerdo en Chillon: la unidad del Estado quedaría asegurada, pero Amadeo hizo concesiones a Aimone y Pedro; el primero murió sin descendencia en 1237 y sus dominios retornaron a Amadeo; Pedro casó con Inés de Faucigny y se independizó de Saboya. Para recompensar a Tomás por la ayuda prestada durante las luchas contra sus hermanos, Amadeo le cedió en calidad de feudo los dominios de la Marca de Turín (13 de abril de 1235); pocos meses después le entregó la lugartenencia en caso de su ausencia y le declaró heredero del condado y de la marca si muriese sin herederos. Este procedimiento respondió a la necesidad de conservar la legitimidad dinástica frente a las aspiraciones de sus vecinos, los marqueses de Monferrato y Saluzzo. Sin embargo, ya en diciembre de 1235 los dos marqueses protestaron por la sucesión establecida por el conde y Amadeo se vio obligado a ceder Susa, Avigliana, Cavour, Vigone y Miradolo, aunque pudo reservase la facultad de testar a favor de alguna de sus hijas, si éstas tenían descendencia masculina. El conde confirmó su testamento en 1238 y en 1240, introduciendo además la novedad de que si Tomás muriese sin descendencia el trono condal pasaría a otro de sus hermanos, Pedro o Felipe. Los dos marqueses insistieron en sus pretensiones y el de Monferrato pasó al ataque, teniendo que actuar Manfredo de Saluzzo como mediador.

En el fondo los enfrentamientos de Saboya con Monferrato y Saluzzo fueron ramificaciones de las luchas entre el Papado y el Imperio. La casa de Saboya vio como su prestigio en la política europea se incrementaba después de que las dos hijas de Raimundo Berenguer IV, conde de Provenza, Leonor y Margarita, se convirtieran respectivamente en reinas de Inglaterra y Francia; la primera por su matrimonio con Enrique III en 1235; la segunda por haber casado con Luis IX en 1234. El matrimonio casi contemporáneo de Federico II con la hermana de Enrique III fortaleció los lazos entre el emperador y los príncipes de Saboya. En la dieta de Turín de abril de 1238 Amadeo prometió apoyo militar al emperador Federico para el asedio de Brescia. Pero mientras los marqueses de Monferrato y Saluzzo permanecieron fieles al emperador, Amadeo, bajo la influencia de sus hermanos, prefirió apartarse de Federico II y cuando éste fue excomulgado en 1239, el conde de Saboya juró fidelidad al papa Gregorio IX. En 1243 el conde y su hermano Tomás se pasaron de nuevo al bando del emperador y fueron excomulgados por el legado pontificio en Saboya.

Amadeo IV adoptó una política de oscilante prudencia y después de haber logrado la absolución de la excomunión ofreció hospitalidad a Inocencio IV en su viaje a Lyón y obtuvo de él concesiones; no obstante, en 1245, junto con las comunas y príncipes del Piamonte, apoyó al emperador, que prometió a Amadeo la cesión de Rivoli. En 1246 el conde de Saboya se mostró totalmente partidario del emperador y trabajó como mediador entre Federico II y el papa. El cambio de bando del marqués de Monferrato al lado papal hizo más precioso el apoyo saboyano para el emperador, que encargó a Amadeo que viajase a Lyón para tratar la reconciliación con el papa. El plan no funcionó pero en 1248 Federico II invistió al hermano de Amadeo, Tomás (conocido como Tomás II, a pesar de que no llegó a ser conde de Saboya), por Ivrea y Turín y lo distinguió con el vicariato imperial. A la muerte de Federico II el conde de Saboya recibió el requerimiento de Inocencio IV de restaurar a la Iglesia de Turín todas aquellas tierras que hubiese recibido del emperador, pero la rápida maniobra de Tomás, que casó con una sobrina del papa, procuró a Amadeo la absolución de toda excomunión (mayo de 1252).

En otoño de 1252 Amadeo enfermó y comenzó a pensar en la sucesión. Su primera esposa había muerto en 1241 y hacia 1243 el conde contrajo segundas nupcias con Cecilia di Baux. En 1244 nació un hijo varón, Bonifacio, que hacía esfumarse las aspiraciones de sucesión en el condado de los marqueses de Saluzzo y Monferrato. En septiembre de 1252 Amadeo hizo testamento dejando a Bonifacio la herencia y todos los dominios del condado de Saboya y la marca de Turín y nombrando regente a su hermano Tomás, que habría recibido todos los Estados en caso de que Bonifacio muriese sin herederos masculinos.

Bibliografía

  • HAYWARD, F. Histoire de la Maison de Savoie, 1553-1796. París, 1943.

  • MONGIANO, E. Ricerche sulla successione intestata nei secoli XVI-XVIII. Turín, 1998.

  • PRIEUR, J. La Savoie antique: recueil de documents. Grenoble, 1977.

  • TABACCO, G. Piemonte medievale: forme del potere e della società. Turín, 1985.

JMMT

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero