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HistoriaPolíticaBiografía

Alvear, Marcelo Torcuato de (1868-1942).

Político argentino y Presidente de la República. Hijo de don Torcuato de Alvear y de doña Elvira Pacheco, nació en la ciudad de Buenos Aires el 4 de octubre de 1868 y murió en la misma ciudad el 23 de marzo de 1942. Su familia pertenecía al patriciado argentino: su padre era hijo del general Carlos María de Alvear, héroe de la independencia y director supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata en 1815, y había sido intendente de la ciudad de Buenos Aires durante la presidencia de Julio A. Roca.

Cursó sus estudios universitarios en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y los concluyó en 1889 al obtener el título de abogado. Desde su juventud se sintió atraído por la actividad política, lo que lo llevó a participar en 1889 en el nacimiento de la Unión Cívica de la Juventud, de cuya junta ejecutiva formó parte. Al año siguiente participó de la denominada "Revolución del 90", un levantamiento que condujo a la renuncia del sucesor de Roca en la presidencia de la república, el Dr. Juárez Celman, y que dio origen a uno de los principales partidos políticos de la Argentina contemporánea, la Unión Cívica Radical, en cuyas filas habría de militar Alvear años más tarde. En 1893 participó también en el levantamiento radical que tuvo lugar en la Provincia de Buenos Aires, durante la cual ocupó la estación ferroviaria de la ciudad de Temperley junto a otros compañeros para impedir el paso de una unidad de policía militarizada. En esa ocasión, se desempeñó como ministro de Instrucción y de Obras públicas del gobierno que rigió provisoriamente a la Provincia de Buenos Aires, encabezado por el Dr. Juan Carlos Belgrano.

Como otros jóvenes argentinos de los sectores más pudientes, Alvear pasó varios años en Europa para completar su formación cultural. En el Viejo Mundo participó de la vida de distinguidos círculos sociales y se destacó en la práctica de varios deportes, entre ellos el naciente automovilismo. Años después regresó al país y fue incluido en la lista de candidatos a diputados nacionales por la ciudad de Buenos Aires que presentó la Unión Cívica Radical en 1912. Hasta entonces el partido había seguido la política de abstenerse en los comicios, viciados como estaban por la práctica del fraude, y de recurrir intermitentemente a la lucha armada. Pero en 1912 la reforma de la ley electoral indujo a la dirigencia radical a participar en ellos, por lo que Alvear fue elegido diputado nacional para el período 1912-1916. En 1916 resultó reelecto, pero la situación política había variado sustancialmente por el hecho de que el radicalismo, en las mismas elecciones, había logrado imponer a su candidato a la presidencia de la república, el Dr. Hipólito Yrigoyen.

El gobierno radical designó en 1917 a Alvear Ministro plenipotenciario en Francia, cargo que lo retuvo en Europa durante cinco años. Durante este período asistió junto al entonces ministro de relaciones exteriores, Dr. Honorio Pueyrredón, y a Fernando Pérez, a la primera asamblea de la Liga de las Naciones reunida en Ginebra en 1920. En 1922, mientras se hallaba aún en París, fue consagrado Presidente de la República en representación de su partido, que lo había postulado en compañía del candidato a Vicepresidente Elpidio González. Al asumir el mando el 12 de octubre de 1922, el flamante presidente presentó como meta de su gobierno el crecimiento económico argentino: "Nuestro anhelo será asegurar la prosperidad de la República por la ampliación de sus fuentes de riqueza y la distribución cada vez más equitativa de sus frutos entre los elementos que concurren a su desenvolvimiento".

Representante dentro del radicalismo de la corriente más aristocrática, llamada "antipersonalista", en oposición al liderazgo popular de Yrigoyen, Alvear fue Presidente de la República durante el período 1922-1928, una época de bonanza para la economía argentina que le permitió llevar adelante una administración serena y concretar obras públicas de gran envergadura. En efecto, la recuperación de la economía mundial tras la crisis que significó la Gran Guerra se tradujo para la Argentina en un aumento de las exportaciones y de la renta nacional, motivado por el incremento de las compras de los países europeos y por la consecuente alza de los precios. Sin embargo, la deuda pública creció también de manera significativa, en parte por el auge de las obras públicas. Alvear implementó una política expansiva en los servicios públicos que lo llevó a promover, por ejemplo, la extensión de las vías férreas, que durante su gestión se prolongaron en más de 2.000 kilómetros.

La buena situación económica se reflejó también en la llegada de inmigrantes de ultramar al país, que superaron en promedio las cien mil personas por año durante su gestión. Fue además decisión de su gobierno que el 1 de mayo fuese declarado día de fiesta y feria nacional, como signo de una política armonizadora de los intereses de clase. Su gobierno asignó particular importancia a las relaciones internacionales, política que se tradujo en acuerdos y tratados con otros países americanos y en la visita de importantes figuras de la política europea, entre las que cabe destacar al príncipe heredero de Italia en 1924 y al de Gran Bretaña en 1925. Tuvo lugar también durante su gestión un enfrentamiento con la Iglesia motivada por la propuesta, por parte del poder ejecutivo, de Monseñor Miguel De Andrea para la silla arzobispal de Buenos Aires, candidatura que suscitó disconformidades en sectores de la jerarquía eclesiástica argentina y que fue finalmente rechazada por Roma. Alvear intervino además en varias provincias argentinas en las que se produjeron situaciones de inestabilidad política, a saber: San Juan, Tucumán, Jujuy, Santiago del Estero, La Rioja, Catamarca y Salta.

En 1928 se realizaron nuevas elecciones que consagraron vencedor nuevamente a Yrigoyen, a quien Alvear hubo de entregar el mando. Su mandato había concluido y pudo retirarse a Europa, donde en 1930 lo sorprendió la noticia de que Yrigoyen había sido derrocado por un golpe de estado el 6 de septiembre. El golpe llevó al poder al general José F. Uriburu, en medio de un clima de creciente pérdida de consenso político agravada por los primeros síntomas de la crisis económica mundial, a que había dado paso la quiebra de la Bolsa de Nueva York en octubre de 1929. Alvear volvió al país y se dedicó a reorganizar las fuerzas de su partido, desplazado del poder por el golpe militar. Había sido uno de los dos presidentes radicales y su liderazgo era indiscutido, pero fue a partir de la muerte de Yrigoyen, producida en 1933, cuando se convirtió en el "hombre fuerte" de la Unión Cívica Radical. En tal sentido, cabe destacar que se desempeñó durante largos años como presidente del Comité Nacional del Partido Radical. Sin embargo, los tiempos no eran favorables para su fuerza política y en 1931, se dice que injustamente, Alvear se vio implicado en un movimiento militar de signo radical y fue exiliado al Uruguay. En ese mismo año, en las elecciones que llevaron a la presidencia al general Justo, se presentó nuevamente como candidato a la primera magistratura, pero su nombre fue vetado por el gobierno y la Unión Cívica Radical decidió volver a adoptar como arma de lucha la abstención electoral, en protesta por los manejos políticos conservadores del oficialismo. La fórmula del partido, entonces, que incluía como candidato a vicepresidente al Dr. Adolfo Güemes, no se presentó a los comicios. Alvear sufrió más tarde un ulterior confinamiento, esta vez en la isla Martín García. En 1937 fue nuevamente candidato a presidente por su partido en una fórmula integrada en segundo término por el Dr. Enrique M. Mosca, pero resultó derrotado por el candidato oficialista Roberto M. Ortiz, de extracción política radical pero miembro de la "Concordancia", la coalición gobernante.

Además, entre sus muchas facetas Alvear fue también oficial de la guardia nacional y llegó a obtener el grado de teniente coronel y el cargo de comandante del Regimiento Nº 9 de infantería. Gran deportista, se destacó en la práctica de varias disciplinas entre las que cabe destacar el tiro al blanco: fue un experto tirador, al punto de que su pericia le permitió ganar numerosos e importantes premios. Su acción diplomática y política le mereció el ser distinguido con condecoraciones de varios países americanos y del Imperio del Japón. Por último, aunque no sobresalió en el cultivo de las letras, fue autor de varios artículos periodísticos, numerosos discursos y varios ensayos entre los que hay que señalar Democracia y Acción Democrática. Alvear fue sin duda uno de los políticos más importantes de la Argentina en el siglo XX.

Roberto Di Stefano

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  • Roberto Di Stefano