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FilosofíaLiteraturaBiografía

Alvarado y Téllez, Fray Francisco de (1756-1814).

Religioso dominico, filósofo y escritor español, nacido en Marchena (Sevilla) el 25 de abril de 1756 y muerto en la misma ciudad el 31 de agosto de 1814. Estudió Filosofía en el colegio de San Pablo de Sevilla y Teología en el de Santo Tomás de la misma ciudad. Es autor del sermón titulado Sermón del glorioso mártir e Inquisidor San Pedro de Arbués, predicado en la aniversaria solemnidad que le consagra el Santo Tribunal de la Inquisición (Sevilla, 1809). Refugiado en Portugal (1811) a causa de la guerra, comenzó a escribir las Cartas del Filósofo Rancio (1812-1814), 47 en total, las dos últimas póstumas (1816), de las que se editó un suplemento en 1824. Fue la primera la Carta crítica de un Filósofo Rancio que impugna a la española antigua y no a la francesa el discurso del señor diputado Argüelles sobre contribución de diezmos y los dictámenes de otros varios señores diputados que distraen a las Cortes de su principal objeto (impresa en la oficina de Periu, 1811). Aunque no consta el nombre, se sabe que estaba dirigida a Francisco de Sales Rodríguez de la Bárcena, su gran amigo, quien publicó las Cartas en Sevilla (1814), a la caída de la Constitución. Volvió Alvarado a Sevilla en 1812. En 1826 aparecieron unas Cartas filárficas, que Alvarado habría publicado bajo el pseudónimo de "Aristóteles". Todas las Cartas conocieron multitud de reimpresiones y de ediciones posteriores, que llegaron hasta 1947. Tradujo del italiano el Nuevo vocabulario filosófico-democrático indispensable para todos los que deseen entender la nueva lengua revolucionaria, de Lorenzo Thjulen (Thiuli), que conoció impresiones en Sevilla, Zaragoza, Madrid, Valladolid y Barcelona. Se le deben además los periódicos Prodigiosa vida, admirable doctrina, preciosa muerte de los venerables hermanos los filósofos liberales de Cádiz (Cádiz, 1813, con varias reimpresiones), y El Filósofo de Antaño en su gabinete (Cádiz, 1813, con reimpresiones). Colaboró también con dos artículos comunicados en El procurador general de la Nación y del Rey, n. 137 (14 de febrero de 1813), en el que se entusiasma con el éxito del Tío Tremenda, y otro en el n. 272 (29 de junio de 1813), en el que decía no querer ni buscar secuaces, sino tan sólo a Jesucristo (artículos recogidos en el Suplemento a las Cartas de 1824). Fue, entre otros cargos: Examinador y juez sinodal del arzobispado de Sevilla, calificador del Santo Oficio, electo en 1814 consejero de la Inquisición. Escritor polémico y archireaccionario, que trata de ser castizo, fue muy elogiado por Menéndez Pelayo y otros apologistas católicos. Otros autores piensan que no le faltaba talento e imaginación, pero estaba "encerrado en un círculo estrecho de ideas".

Bibliografía

  • RIAÑO, Camilo: El Teniente General Don Antonio Nariño. Bogotá: 1973.

  • PALAU Y DULCET, Antonio: Manual del librero hispanoamericano. 2ª ed. Barcelona: 1948-1977.

  • PÁEZ RÍOS, Elena: Iconografía hispana. Madrid: 1966.

A. Gil Novales

Autor

  • A. Gil Novales