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PeriodismoLiteraturaBiografía

Aguiar Filho, Adonias (1915-1990).

Narrador, ensayista, periodista y crítico literario brasileño, nacido en la Fazenda São João (en Ilhéus, Bahía) el 27 de noviembre de 1915, y fallecido en su lugar de origen el 2 de agosto de 1990. Autor de una interesante producción narrativa ambientada en su estado natal de Bahía, está considerado como uno de los grandes renovadores de la prosa de ficción brasileña de mediados del siglo XX.

Hijo de Adonias Aguiar y Raquel Bastos de Aguiar, recibió desde niño una esmerada educación, primero en el instituto "Ginásio Ipiranga", de Salvador de Bahía, donde concluyó sus estudios secundarios en 1934, y más tarde en Río de Janeiro, donde se inclinó por las Letras y comenzó a darse a conocer como periodista.

Publicó sus primeros artículos periodísticos en el rotativo Correio da Manhã, y pronto adquirió un merecido prestigio por sus críticas literarias, divulgadas en otros medios de comunicación como Cadernos da Hora Presente, São Paulo (en el que empezó a colaborar en 1937), A Manhã (donde ejerció como crítico literario entre 1944-1945), Jornal de Letras (en el que estampó su firma durante el lustro que va desde 1955 a 1960) y Diário de Notícias (donde también cultivó la crítica literaria, compaginándola con su trabajo en el medio anterior, entre 1958-1960). El resto de su brillante trayectoria periodística se desarrolló en otros periódicos y revistas como la Folha da Manhã (de São Paulo) y el Jornal do Commercio (de Río de Janeiro).

A mediados de los años cuarenta, coincidiendo con su debut en la narrativa de ficción por medio de la novela Os servos da morte (Los siervos de la muerte, 1946), Adonias Aguiar empezó a ocupar un papel destacado en el mundillo literario de Brasil, en el que desempeñó cargos tan relevantes como el director de la prestigiosa Editora A Noite (1946-1950), director del Servicio Nacional de Teatro (1954) y director de la Biblioteca Nacional, al frente de la cual se mantuvo durante diez años (1961-1971). Además, asumió la dirección de la Agencia Nacional del Ministerio de Justicia, y ocupó también la vicepresidencia de la Associação Brasileira de Imprensa (1966). Su destacado papel en el ámbito público de la cultura brasileña de mediados del siglo XX se vio reforzado con otros cargos y nombramientos tan relevantes como el de miembro del Conselho Federal de Cultura (1967, 1969, 1971 y 1973), presidente de la Associação Brasileira de Imprensa (1972) y presidente del Conselho Federal de Cultura (1977-1990). El 14 de enero de 1965, Adonias Aguiar fue elegido miembro de la Academia Brasileira de Letras, en la que ocupó el asiento nº 21, en sustitución del poeta simbolista Álvaro Moreyra. Otro gran escritor brasileño natural del estado de Bahía, el mundialmente conocido Jorge Amado, fue el encargado de pronunciar, el 28 de abril de 1965, el discurso de salutación con el que el resto de los académico daban la bienvenida a Adonias Aguiar.

Entretanto, el escritor de Ilhéus había ido perfilando pacientemente una interesante producción narrativa en la que, contemplada en su conjunto, sobresale la denominada "Trilogía del cacao", constituida por su ya citada opera prima (Os servos da morte), Memórias de Lázaro (1952) y Corpo vivo (Cuerpo vivo, 1962). Adonias Aguiar, nacido en el corazón de la comarca cacaotera de Bahía, decidió ambientar sus narraciones en su tierra natal, aunque sin constituirse en un abanderado de la preocupaciones regionalistas que caracterizan las obras de otros autores similares -como el recién citado Jorge Amado, o el también bahiano Herberto Sales. Tomó, en cualquier caso, del ambiente cacaotero los materiales básicos para la construcción de Os servos da morte, y creó con ellos una colección de escenas de agobiante densidad, marcadas por la morbidez, la violencia, el odio y la desazón interior que sufren los personajes.

En esta obra maestra de la literatura contemporánea, los personajes que se mueven por ese entorno bárbaro y trágico viven encerrados en sí mismos, sometidos a la tiranía de oscuras fuerzas parapsicológicas, en una densa y acuciante soledad que agrava sus instintos primarios y acentúa lo peor de cada uno de ellos. Son seres dominados por una violencia interior que les impide buscar un auxilio espiritual (ya sea en la religión o en el resto de los personajes -siempre muy escasos- que les rodean), y anula en ellos cualquier asomo de sentimiento de perdón, misericordia o arrepentimiento. Así, todo parece encaminado a la explosión de crueles e implacables venganzas.

La obra, plagada de asombrosos recursos narrativos tan eficaces como originales, muestra además la gran facilidad de Adonias Aguiar para adaptar sus técnicas de construcción a la realidad de los hechos que narra. Son, en efecto, procedimientos estilísticos altamente audaces, que refuerzan con gran plasticidad la violencia interior de los personajes. Con una elevada carga de elementos simbólicos que son un buena muestra de su compleja elaboración, Os servos da morte revela la adscripción de Adonias Aguiar a esa tercera generación de autores modernistas que, a mediados del siglo XX, buscaron en las Letras brasileños la recuperación de la disciplina formal (presente tanto en las técnicas de construcción como en la cuidadosa selección del lenguaje), y la extrapolación de los temas y motivos regionalistas a otros planos de la realidad geográfica y cultural (buscando, así, una proyección universal de los episodios protagonizados por personajes locales).

Mémorias de Lázaro, segunda entrega de la "Trilogía del cacao", no se aparta un ápice de Os servos da morte en la agobiante atmósfera de angustia y violencia que rodea a los personajes, ni en la imparable precipitación de la trama hacia una conclusión fatal. Como nota distintiva, cabe reseñar en esta segunda narración de Aguiar una mayor apertura de espacios (frente la agobiante reducción de escenarios de su opera prima, en la que todos los odios, obsesiones y venganzas quedan aislados en una apretada relación familiar); logra, así, el escritor bahiano conferir a su prosa una mayor fluidez, sin que por ello quede rebajada la sensación de angustia y barbarie que envuelve a los personajes, siempre marcados por la pesada carga de encarnar el sentido trágico de la vida.

No se trata, en cualquier caso, de una mejora o evolución de la prosa de Aguiar hacia la fluidez, pues ya se ha indicado con insistencia que la carencia de movilidad de su primera narración no obedece una supuesta falta de oficio ni a ningún otro defecto puramente formal, sino a una clara voluntad estilística que busca reforzar, con los recursos expresivos que maneja el narrador, la turbia y densa atmósfera en la que se desarrolla la trama.

Esta facilidad para utilizar cualquier recurso expresivo innovador quedó bien patente en Corpo vivo, la última entrega de la "Trilogía del cacao", considerada como una de las obras más representativas del esfuerzo renovador realizado por los autores brasileños de la generación de Adonias Aguiar Filho. Posteriormente, el autor bahiano continuó desplegando un intenso alarde de técnicas y procedimientos narrativos en su cuarta novela, O forte (El fuerte, 1965), así como en los relatos breves que conforman su excelente colección cuentística Léguas da promissão (Lenguas de promisión, 1968), y en su novela As velhas (Las viejas, 1974).

Además de esta valiosa producción narrativa, Adonias Aguiar dio a la imprenta varios ensayos de notable interés, entre los que conviene destacar los titulados Modernos ficcionistas brasileiros (1958), O bloqueio cultural (1964) y O romance brasileiro de '30 (1969). El resto de su obra literaria se completa con su diario Journal de um escritor (1954).

Entre los numerosos premios, honores y distinciones con que fueron reconocidos el autor bahiano y sus obras, cabe recordar el premio "Paula Brito" de crítica literaria (1968); el premio "Golfinho de Ouro" de Literatura (1968), otorgado a su colección de narraciones cortas Léguas da promissão; el premio del PEN Club de Brasil; el premio de la Fundación Educacional del Paraná (FUNDEPAR); el Premio del Instituto Nacional del Libro (1968-1969); el premio "Brasilia" de Literatura (1973), otorgado de la Fundación Cultural del Distrito Federal; y el Premio Nacional de Literatura (1975), del Instituto Nacional del Libro, que obtuvo por segunda vez merced a su novela As velhas. Además, Adonias Aguiar fue honrado en 1983 con el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Federal de Bahía.

Bibliografía

  • BRASIL, Assis. Adonias Filho (Río de Janeiro: Organização Simões, 1969).

  • CÄNDIDO, Antõnio. "Os servos da morte", en O Jornal (Río de Janeiro), 25 de agosto de 1946.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.