Aguado y Ramírez, Alejandro María (1784-1842).
Militar español, nacido en Sevilla el 28 de junio de 1785 y muerto en Gijón el 12 o 13 de junio de 1842. Hijo del conde de Montelirios y de Mariana Ramírez de Estenoz, sobre los primeros años de su vida todo son conjeturas; se dice que procedía de familia de judíos, por serlo los Aguado y que su abuelo, Antonio Aguado, había conseguido ser caballero de Calatrava y primer conde de Montelirios gracias al dinero ganado en América, título que, según las malas lenguas, usurpó nuestro personaje, ya que en realidad correspondía a José Aguado.
Sea como fuere, Alejandro ingresó en el ejército, en cuyo seno llegó a ser coronel de lanceros en 1808. De fuertes tendencias afrancesadas, el mariscal Soult le nombró su ayudante de campo, de forma que Aguado participó en la Guerra de la Independencia del lado de los invasores, acabada la cual tuvo que emigrar a París. Allí se dedicó a empresas mercantiles, especialmente a la banca, negoció empréstitos para Fernando VII después de 1823, y medió en asuntos financieros entre España, Francia e Inglaterra en 1828. Fernando VII, que había pagado con el cadalso o el destierro a los que pelearon seis años por devolverle el trono, nombró a Aguado banquero del gobierno español en París, y le hizo concesión de varias minas y de la propiedad de vastos terrenos, a los que añadió el título de marqués de las Marismas en 1830.
Cesó en la consideración de banquero de la Corte en 1832, pero volvió a serlo cinco años más tarde, pues suyo era el dinero con que se había fundado el Banco de San Fernando (véase Banco de San Carlos); también había sido él quien comenzó el canal de Castilla y la desecación de las marismas del Guadalquivir, aunque pronto abandonó esta empresa.
Por aquel entonces fue condecorado con la Gran Cruz de la Legión de Honor y se hizo ciudadano francés. Se ocupó después del empréstito griego; por su labor le fue concedida la Cruz del Salvador. Fue también alcalde de Evry, Gran Cruz de Isabel la Católica y comendador de la de Carlos III.
Fue íntimo amigo de Rossiniy protegió en su destierro a José de San Martín, el libertador de América del Sur, de quien había sido compañero en el ejército español. Es más, en su testamento dejó a San Martín como albacea general, tutor y curador de sus hijos menores, al mismo tiempo que le entregaba todas sus joyas y diamantes, según cuenta el propio San Martín en carta a José Ignacio Zenteno de día 22 de julio de 1842. Según San Martín la muerte de Aguado ocurrió el 12 de abril, cuando Aguado iba a visitar sus propiedades carboníferas en Asturias. Sorprendido por la nieve entre Oviedo y Gijón, tuvo que apearse del carruaje, cogió un enfriamiento y, al llegar a Gijón, murió de repente. Un año antes de su muerte había publicado Catalogue des Tableaux des Ecoles Espagnoles, Italiennes, Flamande, Hollandaise, Allemande (París, 1841).
Bibliografía
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Escenas contemporáneas. Revista política, parlamentaria, biográfica y necrológica, científica, literaria y artística, publicada bajo la dirección de Don Manuel Ovilo y Otero. (Madrid: 1857-1859) [En abril de 1857, la dirigía también Don Justo Canales Gómez, que se separó por disconformidad política).
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ROJAS, Ricardo. El santo de la espada (Buenos Aires: 1970).
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PÁEZ RÍOS, Elena. Iconografía hispana (Madrid: 1970).
