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PolíticaBiografía

Agoncillo, Marcela (1860-1945).

Revolucionaria filipina, nacida en Taal el 24 de junio de 1860 (otras fuentes señalan el año 1859) y fallecida en la misma localidad el 3 de mayo de 1946, que es célebre por haber sido quien confeccionó la primera bandera nacional de Filipinas. Apoyó junto a su marido Felipe la causa independentista erigiéndose en uno de los personajes legendarios de la historia del país.

Proveniente de una familia acaudalada, Marcela Mariño (apellido de soltera) recibió una educación acorde a su clase social en el Colegio Santa Catalina de Manila, aunque la temprana muerte de sus padres le llevó a quedar al cargo de su abuelo. A los treinta años se casó con Felipe Agoncillo, un destacado abogado vecino de su misma ciudad natal; fruto del matrimonio nacieron seis hijas: Lorenza, Greforia, Eugenia, Marcela, Adela, y María. En 1895 partió hacia el exilio en Hong Kong al ser acusado su marido de filibusterismo por las autoridades coloniales de Manila. La residencia de los Agoncillo en esta colonia británica se convirtió a partir de entonces, y sobre todo después del estallido de la revolución independentista de 1896, en punto de reunión de exiliados y patriotas filipinos que huían de la persecución española. Además, con el fin de sufragar los continuos viajes de Felipe como ministro plenipotenciario y contribuir con fondos a la causa de los independentistas, se dice que Marcela debió vender todas las joyas y enseres más preciados de la familia.

En diciembre de 1897 el general revolucionario Emilio Aguinaldo, recién llegado a Hong Kong tras la firma del Pacto de Byak-Na-Bató, encargó a Marcela Agoncillo la confección de la enseña de Filipinas siguiendo el diseño previo realizado por la Junta Patriótica; según su propia testimonio esta tarea le llevó cinco días de trabajo, siendo ayudada por su hija mayor, Lorenza, y una sobrina de José Rizal, Delfina Herbosa. Al parecer, la belleza de la bandera fue elogiada por el propio Aguinaldo, quien la enarboló en el balcón del Ayuntamiento de Cavite el 12 de junio de 1898 en la proclamación solemne de Independencia.

Tras la instauración del régimen estadounidense (1903) Marcela y su familia regresaron a las islas, arruinados pero orgullosos de la labor realizada; aún así, las crónicas de la época cuentan que continuó ayudando a las gentes más pobres de Manila. Durante la ocupación japonesa de las Filipinas (1941-1944) Marcela Agoncillo se erigió de nuevo en un símbolo de patriotismo y generosidad, afrontando con valentía y pese a su avanzada edad la pérdida de casa y propiedades.

Autor

  • Miguel Ángel Hernanz