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HistoriaPolíticaBiografía

Adolfo I de Nassau, emperador del Sacro Imperio (1255-1298).

Emperador del Sacro Imperio Germánico (1292-1298), nacido en 1255 y muerto en la batalla de Göllsheim el 3 de julio de 1298. Siempre con problemas de dinero, se desmarcó de la tutela de los electores eclesiásticos y buscó el amparo del rey de Inglaterra, lo que a la postre llevó a su deposición.

Perteneciente a una de las casas más antiguas de Alemania, Adolfo fue hijo del conde Walram II de Nassau y de la condesa Adelaida de Katzenellenbogen y en su juventud se distinguió por su valor en la batalla de Worigen, en la que luchó junto al arzobispo de Colonia. A la muerte del emperador Rodolfo I de Habsburgo (1291) fue designado para sucederle, aunque su candidatura no fue tenida en cuenta hasta que fueron rechazadas aquellas con más peso de Alberto de Habsburgo, hijo del fallecido emperador y Wenceslao IV de Bohemia. Después de nueve meses de intrigas, y gracias al apoyo de los electores eclesiásticos, en especial el arzobispo Gerardo de Maiz, pariente cercano de Rodolfo, éste fue elegido emperador (1 de mayo de 1292) y el 24 de junio fue coronado en Aquisgrán.

Los problemas financieros de Adolfo comenzaron incluso antes de su coronación, cuando se vio obligado a entregar el castillo de Cobern como pago a los 2.000 marcos que le habían sido adelantados para los gastos de elección. Poco después tuvo que entregar una parte de los dominios reales a Wenceslao IV, como señal del acuerdo de matrimonio entre Guta, hija del emperador y Ruperto, hijo de Wenceslao. Este enlace respondía a la necesidad de ganar alianzas contra los Habsburgo. Siendo el monarca más pobre que ocupó el trono imperial, Adolfo de Nassau tuvo que enfrentarse con numerosos enemigos, entre ellos Alberto de Austria, pero también con Conrado de Lichtenberg, obispo de Estrasburgo, Federico de Lichtenberg, Anselmo de Ribeaupierre o Walter Roesselmann, venciendo el emperador en todas las ocasiones.

La falta de dinero le llevó en 1294 a firmar un tratado con Eduardo I de Inglaterra, a quien se comprometió a enviar tropas para luchar contra Felipe IV de Francia, a cambio de una suma de 100.000 libras esterlinas (unos 30.000 marcos). Inmediatamente, Alberto de Habsburgo se rebeló contra la alianza con Inglaterra y se declaró partidario de Felipe el Hermoso; muchos príncipes alemanes se unieron a la casa de Austria y entonces comenzó una conjura para destronar a Adolfo. El papa Bonifacio VIII, que aún no se había enemistado con el rey de Francia, prohibió al emperador que empuñase las armas contra Francia y Adolfo, que ya había percibido la cantidad acordada, no se mostró remiso a acatar las órdenes papales y licenció un ejército de 2.000 jinetes, pero sin devolver la suma recibida. Utilizó el dinero en adquirir tierras para aumentar el esplendor de su linaje, comprando la sucesión en Turingia al duque Alberto el Degenerado, cuyos feudos ocupó en sendas campañas en 1294 y 1296. El arzobispo Gerardo de Maguncia reclamó a Adolfo una suma prestada anteriormente y éste se negó a devolverla. Gerardo, descontento también por no haber alcanzado la preponderancia deseada, logró reunir una dieta en Mainz (23 de junio de 1298) en la que se depuso a Adolfo, después de haberse formulado graves acusaciones contra él: servidor del rey de Inglaterra, destructor de iglesias, incapacidad, crueldad y corrupción de vírgenes, entre otras; se ofreció la corona a Alberto de Habsburgo. Aunque los electores habían solicitado que Bonifacio VIII confirmase esta deposición, el papa no dio su expreso consentimiento, dándose el caso de la primera deposición de un emperador sin la aquiescencia pontificia. Los electores que votaron la deposición fueron los de Mainz, Sajonia y Brandeburgo, pero Adolfo aún pudo contar con el respaldo del conde Palatino y del arzobispo de Trier, y se dispuso a luchar por su trono. Diez días después de la dieta de Mainz, Adolfo se encontró con sus enemigos en Göllsheim, cerca de Worms, donde fue muerto, según las crónicas, de manos de su propio enemigo, Alberto de Austria, que le sucedió como Alberto I. Adolfo I fue enterrado en Speyer.

Bibliografía

  • DIEGO HERNANDO, M. El Imperio en la Europa medieval. Madrid, 1996.

  • HALLER, J. y DANNENBAUER, H. De los Carolingios a los Satufer. Época antigua de los Emperadores alemanes (900-1250). México D. F, 1974.

  • SCHARAMM, P. Kaiser, Rom und Renovatio: Studien zur Geschichte des römischen Erneuerungsgedankens vom Ende des karolingischen Reiches bis zum Investiturstreit. Darmstadt, 1957.

  • THOMPSON, J.W. Feudal Germany. Chicago, 1928.

JMMT

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero