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PolíticaHistoriaReligiónBiografía

Acuña, Fray José Rosauro (1769-?).

Religioso y médico chileno, nacido en Santiago el 29 de agosto de 1769 y muerto en la isla de Juan Fernández en fecha que se desconoce, aunque posterior al año 1813.

Fueron sus progenitores Antonio de Acuña, soldado de la Compañía de Dragones de la Reina, y Josefa Chacón. Ingresó en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, en cuyo hospital se formó como médico bajo la dirección de fray Pedro Manuel Chaparro, y donde también dio los primeros pasos en el ejercicio de su profesión. Al comenzar el siguiente siglo se trasladó a Chillán, encomendado por sus superiores para dirigir un nuevo hospital de la orden, que se había fundado recientemente, con el cargo de prior.

Hizo numerosos viajes a Concepción, durante los cuales tuvo oportunidad de ponerse en contacto con los patriotas, cuya causa independentista abrazó sin titubeos desde el primer momento y exponía cuando regresaba a Chillán con el fin de reclutar nuevos adeptos. Se convirtió en un asiduo de las tertulias de Juan Martínez de Rozas; también trabó amistad con Bernardo O'Higgins, lo que fue causa de que en 1809 se dictara contra él orden de detención, acusado de conspirador, y bajo ese cargo fue trasladado a la capital para someterle a juicio. El día 1 de diciembre la Real Audiencia de Chile ordenó su definitivo traslado a Santiago y su reclusión en el convento de su orden, pero al año siguiente la orden fue revocada y fray Rosauro, que no era hombre para retirarse, volvió a Chillán y se consagró por completo a su apostolado patriota.

Fray José Rosauro cayó preso en 1813, cuando el general español Juan Francisco Sánchez, que había sido enviado a Chile para reconquistar el país, ocupó Chillán. Se le trasladó entonces a El Callao, y se le encarceló en las casamatas del Real Felipe, de donde pasó, poco más tarde, a las cárceles de la Inquisición. Allí estuvo un año y medio, transcurrido el cual fue enviado de vuelta a Chile, junto a otros patriotas, para cumplir su cautiverio en la isla de Juan Fernández, donde terminaron sus días. De estos últimos años de su vida queda constancia en una obra titulada El chileno consolado en los presidios o la filosofía de la religión, firmada por el escritor Juan Egaña.

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